De acuerdo a los fabricantes especializados, como Mosquiteras24h, y estudios realizados en los moquitos en nuestro país, se estima que el cambio climático está provocando la proliferación de este insecto, sobre todo de especies invasoras
Los mosquitos presentan ciertas características que pueden facilitar su rápida evolución y adaptación al cambio climático y esto se está demostrando ante el creciente número de estos insectos. Su corto ciclo de vida y la alta tasa de crecimiento son algunos de los elementos que hace que los moquitos ya están demostrando respuestas evolutivas frente al cambio de la climatología, según estudios e investigaciones llevadas a cabo en los últimos años fabricantes especializados, como Mosquiteras24h.
Lo que se había hasta ahora, es que los mosquitos son altamente sensibles al entorno, por lo que cualquier cambio de temperatura o precipitaciones les puede afectar, siendo sus lugares predilectos aquellos cálidos y húmedos.
Debido a que son de sangre fría, su temperatura se parece bastante a la que existe en el ambiente que les rodea, por lo que, si hace calor, esto es un buen caldo de cultivo para que se reproduzcan y se desarrollen. En el caso de las larvas, necesitan estar entre los 7 a 16ºC, por lo que aparentemente no sobreviven en el frío del invierno y proliferan mejor en ambientes tropicales y subtropicales. Pero está cambiando debido al calentamiento global.
Esta situación extrema está provocando que la aparición y distribución de insectos se modifique y aumenten su número en zonas donde antes no podían sobrevivir fácilmente. Por ejemplo, en 2018 se encontraron mosquitos tigres en Windsor (Ontario, Canadá), dando la alarma de que en zonas frías también llegará y el riesgo de aparición de enfermedades como el Dengue o el Zika.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), las enfermedades transmitidas por los mosquitos son una carga a tener en cuenta en la salud pública, ya que provocan cerca de 500 millones de casos y muertes en todo el mundo, año tras año. Del mismo modo, un estudio ha demostrado que existen presiones selectivas y suficiente material genético en bruto para que estos insectos se adapten de forma evolutiva. Esto hace que sobrevivan ante un aumento de las temperaturas y que sigan siendo portadores de enfermedades que no eran comunes en zonas frías.
En otras palabras, que aumente la temperatura a nivel global es un beneficio para estos insectos típicos de zonas subtropicales y cálidas. Para conseguir esta adaptación, se basan en tres mecanismos donde las temperaturas son favorables.
El primer mecanismo consiste en rastrear las temperaturas ideales mediante los cambios de rango de temperatura, mientras que el segundo consiste en evitar o enfrentar temporalmente a temperaturas estresantes mediante la plasticidad fenotípica. En este último caso, dentro de las respuestas plásticas se incluyen los cambios en los patrones de actividad, el comportamiento de la picadura o escoger un microhábitat que les permita vivir bien e hibernar cuando sea necesario.
El tercer mecanismo sería la evolución genética, donde el mosquito aprenda, a nivel genético, a adaptarse a las condiciones ambientales desfavorables. Esto se podría conseguir mediante la inactividad, donde minimizan su actividad metabólica mediante la diapausa o la quiescencia.
En estos estudios también se ha comprobado cómo la temperatura puede acelerar el ciclo de vida de los mosquitos. Para ello, analizaron cómo el aumento de la temperatura afectaba al mosquito en las distintas etapas de su desarrollo (huevo, larva, pupa y adulto) y se demostró que, a más temperatura, más rápida es la transición entre una fase y otra. Por ejemplo, si una hembra a 20ºC pone 200 huevos hasta que son larvas pasan 8 días, pero si la temperatura se eleva a 26ºC, el tiempo se reduce a tres días y, si se elevase a 30ºC el calor ambiente, solo bastarían 2 días.
Esto conlleva a que cuanto menor sea el ciclo de crecimiento de un mosquito, más numerosos serán y más posibilidades habrá que aparezcan especies invasoras y que transmitan enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya.
Por lo tanto, hay que estar muy pendientes ahora y en los próximos años para tomar medidas antes de que sea tarde y que el cambio climático no solo cambie las rutinas de animales como mosquitos, sino también la propia rutina.