La obra está ambientada en el 406 D.C. y acompaña a sus dos protagonistas, Quinto y Licia, en un viaje repleto de aventuras; pero también desventuras. Santiago Díaz Morlán ha realizado un exhaustivo trabajo de investigación con el objetivo de que las tramas encajen sin contradicciones al mismo tiempo que se respetan los tiempos históricos

El Imperio de Occidente estuvo marcado por la congelación inesperada del cauce del Rin, frontera natural que separó esa civilización del resto. El desbordamiento de esa defensa provocó que en pocos años aquel mundo desapareciera. Todos los detalles de aquel acontecimiento protagonizan Cuando el hielo deje de crujir, novela del autor bilbaíno Santiago Díaz publicada por la editorial Caligrama, del Grupo Lantia.

Cuando el hielo deje de crujir está ambientada en el 31 de diciembre del 406 D.C. y protagonizada por Licia y Quinto. Con el río helado, vándalos, alanos y suevos cruzaron en masa sembrando el caos en Roma y haciendo que el mundo, que hasta entonces conocían, desapareciera por completo.

Quinto, general atormentado por su fracaso militar, y Licia, una joven esposa de alto linaje, son los protagonistas de la obra. Ambos personajes, al principio unidos y después por separado, realizan un viaje donde la valentía, la duda, el coraje y la entereza les harán convivir con sus fortalezas y debilidades.

El derecho, la lengua, la moral y la ingeniería son algunas de las cualidades de aquella civilización que todavía impregna la sociedad actual. Analizar el momento exacto en el que se desplomó el Imperio de Occidente fue para Santiago Díaz Morlán "un hecho fascinante".

El autor

Santiago Díaz Morlán (Bilbao, 1965) es abogado y compagina desde 1989 el ejercicio profesional con su verdadera pasión: la historia y la escritura. Convencido de la importancia de Roma en la conformación de lo que hoy se entiende por Europa, lleva toda su vida tratando de profundizar en el legado de aquella civilización que ha llegado hasta hoy en día a través del derecho, la lengua y la ingeniería. Fruto de ese interés es su primera novela, Cuando el hielo deje de crujir, ambientada en el momento exacto en el que aquel impulso grandioso comenzó a entrar en un túnel oscuro que, sin embargo, no acabó del todo con la luz que hoy sigue deslumbrándonos.