Utilizar la energía solar para el funcionamiento del aire acondicionado tiene ventajas no solo a nivel medioambiental sino también en el ahorro en la factura de la luz
Aunque la inversión inicial es elevada, las placas solares fotovoltaicas pueden suponer un ahorro de entre un 80 y un 90% de la energía consumida en el aire acondicionado
Las constantes subidas del precio de la luz, unido al aumento de consumo eléctrico en los meses de verano, hacen que muchas personas busquen alternativas para ahorrar en la factura de electricidad.
Cada vez son más los que se plantean instalar aire acondicionado solar. Gana Energía, analiza los diferentes tipos de aires acondicionados solares, así como sus ventajas y desventajas, para poder valorar la inversión en esta alternativa sostenible de climatización.
¿Cómo funcionan las placas solares? El sol que genera el calor nos protege a su vez del mismo
Utilizar la energía solar para el funcionamiento del aire acondicionado tiene ventajas no solo a nivel medioambiental sino también en el ahorro en la factura de la luz.
Al no usar la corriente eléctrica reduce el coste del recibo eléctrico, a la vez que las emisiones de CO2 a la atmósfera. En cuanto a los resultados, el aire acondicionado solar enfría igual que los aires convencionales; su función es refrigerar la vivienda o local en el que se sitúa. La única diferencia es su fuente de energía y el proceso de enfriar el aire.
Las placas solares para aire acondicionado suelen ser fotovoltaicas y se instalan en la parte del edificio en la que puedan recibir la mayor cantidad de rayos de sol posible. Mediante una sencilla instalación, los paneles se conectan al aire acondicionado. Además, suele coincidir que las horas en las que más se utiliza el aire acondicionado son las horas de mayor radiación solar.
La instalación adecuada para cada vivienda o negocio se determina en función de las características del aparato de refrigeración: el tipo de placas, las frigorías, la potencia, el presupuesto, etc
Tipos de aires acondicionados solares
Existen dos formas de hacer funcionar un aire acondicionado con energía solar. Una es el aire acondicionado solar híbrido y otro se basa en la absorción:
Aire acondicionado solar híbrido: su tecnología utiliza la energía solar en las horas de sol mientras que cuando no la hay hace uso de la tecnología fotovoltaica hace uso la red eléctrica para no "quedarse tirado". De esta forma, permite ahorrar en consumo eléctrico en las horas de sol y además, almacenar hasta un 100% de esta energía gracias a las baterías.
Aire acondicionado solar por absorción: funciona a través de un líquido refrigerante. En este caso la energía solar se usa para la evaporación del líquido refrigerante que enfría el aire. Si bien su consumo es mucho bajo también lo es su rendimiento y aún tiene que desarrollarse más para que pueda ser rentable. A nivel industrial, una gran opción son los evaporadores, que resultan muy efectivos y, sobre todo, muy respetuosos con el medioambiente.
¿Son realmente rentables las placas solares para el aire acondicionado?
El coste de los paneles solares, las baterías y el inversor pueden superar los 3.000 euros, a lo que hay que sumar el precio del aparato de aire acondicionado y la instalación correspondiente, si no se cuenta con ella. El precio total ronda los 5.000 euros, aunque depende del tipo de inmueble en el que vaya a instalarse.
Aunque la inversión inicial es elevada, las placas solares fotovoltaicas pueden suponer un ahorro de entre un 80 y un 90 por ciento de la energía consumida en el aire acondicionado.
Además, existe la posibilidad de vender la energía generada que no se ha llegado a consumir. Algunas compañías como Gana Energía compran los excedentes de autoconsumo. Esto permite al usuario de placas solares obtener una mayor rentabilidad y aumentar el ahorro en la factura de la luz mes a mes.
En definitiva, utilizar placas solares para el aire acondicionado puede ser una opción rentable y mucho más respetuosa con el medio ambiente en el medio y largo plazo. Eso sí, es importante sopesar, ya sea a nivel particular o en un centro de trabajo, el uso que se vaya a dar a medio y largo plazo.