Piernas hinchadas y cansadas, consecuencias habituales del verano

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Desde TK Home Solutions explican por qué ocurre y cómo prevenirlo

Piernas hinchadas y cansadas, consecuencias habituales del verano

El calor tiene múltiples efectos en nosotros. Sudamos, necesitamos más líquidos, nos sentimos más cansados, dormimos peor... El verano es una época del año que puede resultar incómoda, especialmente los mayores y las personas que tienen alguna enfermedad. Una de las consecuencias más habituales del calor es la acumulación de líquidos. Puede afectar a distintas partes del cuerpo, pero sobre todo a las extremidades inferiores (los pies, los tobillos y las piernas). Las altas temperaturas provocan que los vasos sanguíneos se dilaten, por lo que estos pierden elasticidad y se vuelve más difícil que los líquidos de las piernas se muevan correctamente por el cuerpo.

A veces, ese líquido se sale de los vasos sanguíneos y se va acumulando en los tejidos de alrededor. El sistema linfático es el encargado de eliminarlo antes de que se acumule, pero no siempre lo consigue. El resultado es que las extremidades se hinchan y se notan pesadas, molestas y doloridas. El término por el que se conoce este efecto es edema periférico.

Aunque el calor es uno de los motivos principales por los que aparece el edema periférico, hay otros muchos, que se ven agravados por las temperaturas. Los expertos de TK Home Solutions,  explican cuáles son las causas por las que se nos pueden hinchar los pies y las piernas.

Sedentarismo

Mantenerse mucho tiempo en la misma postura, sin moverse, hace más difícil que los líquidos del organismo fluyan con normalidad. Es por eso que el edema periférico afecta más a quienes tienen problemas de movilidad y pasan gran cantidad de tiempo sin moverse. También es frecuente en las personas que trabajan muchas horas de pie y quienes tienen obesidad.

Cambios hormonales

Las mujeres tienden a sufrir más este problema debido a que las hormonas juegan un papel importante. Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, la menopausia o la menstruación pueden provocar que se dilaten los vasos sanguíneos y, con ello, se complique la circulación.

En el caso concreto del embarazo, se añade que el tamaño de la tripa, que va aumentando, hace que se comprima la zona baja del abdomen. Eso dificulta la circulación entre la zona superior e inferior del cuerpo.

Ciertas enfermedades y medicamentos

El edema periférico es más habitual en las personas con diabetes, enfermedades renales, cardiacas o relacionadas con el sistema linfático. Igualmente, puede tratarse de un efecto secundario de algunas medicaciones.

Dieta

Una alimentación muy rica en sodio (comidas con mucha sal) puede influir en nuestra circulación. El sodio produce una subida de la tensión sanguínea, es decir, que las venas y arterias se estrechan y, por tanto, la sangre no fluye con la misma facilidad.

Así pues, desde TK Home Solutions explican que las personas que cumplan alguna de estas características son propensas a las piernas y pies hinchados. Para tratar de evitarlo, además de conocer el motivo por el que puede aparecer (para lo que puede ser necesario acudir al médico, que valorará si se debe a alguna enfermedad o problema que hay que vigilar), proponen una serie de consejos sencillos para seguir durante este verano.

1. Mantener una buena hidratación

Es importante beber agua sin esperar a tener sed. Si el cuerpo no tiene suficientes líquidos, se produce una caída de la presión sanguínea, lo que al mismo tiempo se traduce en una peor circulación.

2. Evitar las horas de mayor calor

Aproximadamente entre las 13:00 y las 17:00 horas es el periodo más caluroso en España. Puesto que las altas temperaturas son un factor de riesgo, hay que evitar estar al aire libre durante esas horas.

3. Dieta equilibrada

El exceso de sal y otros alimentos que contribuyan a la retención de líquidos, como las bebidas alcohólicas o el café, deben quedar fuera de nuestra dieta.

4. Medias de compresión

Hay ciertas prendas que ayudan a mejorar la circulación de las piernas, como las medias de compresión. Aprietan suavemente para forzar que la sangre vuelva hacia el corazón.

5. Mantenerse activo

La Organización Mundial de la Salud recomienda hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada o vigorosa a la semana, incluso para aquellas personas con alguna discapacidad o enfermedad crónica. El sedentarismo favorece la acumulación de líquidos en las extremidades inferiores, al tiempo que fomenta la obesidad.

Quienes permanezcan mucho tiempo en la misma posición (por ejemplo, trabajando de pie) deben mover las articulaciones y los músculos de las piernas regularmente. Puede ser suficiente con caminar un poco cada treinta minutos o una hora, a fin de que la circulación vuelva a funcionar correctamente.

6. Reposar con las piernas en alto

Es útil descansarlas y mantenerlas ligeramente elevadas durante unos 15 o 20 minutos, para así favorecer el retorno de la sangre hacia el corazón. Las personas que trabajen sentadas pueden beneficiarse de usar un reposapiés que permita tenerlas un poco en alto.

7. Masajes

Además de ser muy agradables, ayudarán a deshinchar la zona y a impulsar la circulación. Son especialmente útiles con cremas u otros productos hidratantes que aporten frescor. Este consejo es especialmente importante en el caso de las personas con problemas de movilidad. 

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