Naturaleza y cocina: la propuesta del British Council para que este verano los niños aprendan inglés y desarrollen "soft skills"

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El objetivo es un aprendizaje en contexto, libre de las ataduras digitales

Naturaleza y cocina: la propuesta del British Council para que este verano los niños aprendan inglés y desarrollen

Según un estudio realizado por el British Council, los padres se muestran ahora preocupados porque sus hijos desarrollen las competencias vinculadas con el mundo offline, como las habilidades sociales y comunicativas

Expertos de British Council han diseñado una actividad didáctica pensada para que las familias con niños pequeños puedan poner en práctica durante las vacaciones de verano

El British Council, la organización internacional del Reino Unido para las relaciones culturales y las oportunidades educativas, propone actividades de exterior para reforzar las 'soft skills' y dar respuesta a las nuevas necesidades educativas de las familias.

Y es que, según una investigación impulsada por el British Council, los padres ya no se muestran tan preocupados por las habilidades digitales de sus hijos, sino que dirigen su atención al mundo offline, buscando la desconexión digital durante las vacaciones.

Así, entre las habilidades que más preocupan a familias no se encuentra ninguna vinculada al mundo online. Ahora, entre sus prioridades se encuentran las habilidades sociales y el trabajo en equipo, seguidas de las competencias comunicativas (la capacidad de expresarse en conversaciones formales e informales). En tercer lugar, se sitúan la adaptabilidad y la resiliencia y, en cuarto lugar, la creatividad y la imaginación.

Cómo convertir un picnic en una oportunidad para aprender inglés y desarrollar 'soft skills'

Para dar respuesta a estas demandas, el British Council ha diseñado una sencilla guía, con cuatro actividades gratuitas, pensada para que las familias, con hijos en las etapas de Infantil y Primaria, puedan realizar durante estas vacaciones. El objetivo es ayudar a los niños a desarrollar habilidades blandas, tales como el trabajo en equipo, la comunicación, la flexbilidad y la creatividad. Todo ello, mientras interactúan en inglés con sus familias, en un entorno de naturaleza, diversión y desconexión digital.

Así, por ejemplo, la actividad comienza con el momento de planificar el menú. Para definir los platos a preparar y los ingredientes requeridos se trabajan habilidades como la colaboración o la creatividad, entre otros.

A continuación, la familia debe encargarse de preparar la comida, desarrollando competencias vinculadas al trabajo en equipo, la creatividad y la comunicación. Para convertirlo en un momento más divertido, la propuesta es añadir juegos a este momento, con retos para hacer que los más pequeños adivinen, por el olor o por el gusto, un alimento concreto. También es un momento perfecto para retomar el repaso del inglés con cuestiones sencillas, como los colores, los olores y los sabores de la comida que se está preparando. El hecho de aprovechar momentos lúdicos y creativos para integrar el inglés refuerza la motivación de los niños, que potenciarán su relación positiva con el aprendizaje de este idioma.

El momento del picnic, supone también elegir en conjunto una localización en un parque o un espacio natural. Para este momento, los expertos de British Council proponen realizar una actividad que les motive y les divierta, en la que se continúen trabajando las 'soft skills'. En un momento posterior y, como si de un programa de cocina se tratara, todos los miembros de la familia deberán evaluar los platos en base a cuestiones como la presentación, la originalidad y el sabor.

Por último y, para terminar la jornada, también se recomienda llevar preparada una actividad para realizar todos juntos. Una opción puede ser un 'reto en la naturaleza', en el que los niños deben encontrar distintos elementos (un objeto pequeño, una pieza verde…) en el entorno. Así, en esta actividad se pueden trabajar en inglés habilidades como el pensamiento crítico o la comunicación, entre otros. También se pone el foco en el mundo natural, haciendo que los más pequeños se fijen en el entorno y aprecien sus detalles. Algo que, en el día a día, resulta difícil de realizar por falta de tiempo.

Con esta actividad, los expertos de British Council recuerdan que cualquier momento puede ser bueno para reforzar las 'soft skills' a la vez que se trabaja, de una forma sencilla y sin esfuerzo, el aprendizaje del inglés. 

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