El año 2022 está siendo un muy buen año para los vehículos de dos ruedas, además de la comodidad y maniobrabilidad de las motos en los desplazamientos diarios y del menor tiempo empleado tanto en la circulación como en los aparcamientos, el ahorro que supone el comprar este tipo de vehículos comparados con los coches, así como su mantenimiento y menor gasto en combustible están haciendo que las ventas se disparen. De hecho, por cada moto que se compra nueva, se venden dos motos y media de segunda mano, y en el último año, el mercado de este tipo de vehículos ha crecido en España un 25 %.
Hay muchos motivos para comprar una moto de segunda mano, pero según datos que maneja AMV, para la mitad de los españoles (51 %), el precio, es el principal motivo de compra, seguido por un 30 % de ellos, que lo hacen debido a la falta de stock o la gran demora para conseguir el modelo nuevo que querían. Y es que, la falta y el encarecimiento de las materias primas, componentes y chips electrónicos fundamentales para la fabricación de motos, están haciendo que se incrementen, tanto los precios de los vehículos, como el tiempo de fabricación, y provocando la venta de ocho de cada diez motos de segunda mano.
La multitud de ofertas del mercado (9 %), el uso que le vamos a dar (6 %), el poder probar una con unas características especiales (3 %) son otros de los motivos de los españoles para hacerse con una moto de ocasión. Pero sea cuál sea la razón para compra una moto de segunda mano, hay que tener en cuenta una serie de aspectos, los expertos de AMV han recopilado una serie de consejos para que adquiramos la que mejor convenga a nuestras necesidades:
1. Analizar qué necesitamos
Lo primero que debemos preguntarnos cuando vamos a comprar una moto de segunda mano es ¿para qué la queremos? No es lo mismo utilizarla para ir en carretera viajando constantemente, que para ir a trabajar o simplemente para hacer alguna escapada. Además, podemos caer en la tentación de comprar una con mucha cilindrada y que después no vamos a necesitar, hay que tener en cuenta que, por lo general, cuánta mayor sea la potencia, más pagaremos por el seguro. Por ello, si la vamos a utilizar para todo tipo de desplazamientos y especialmente por el centro de la ciudad, con un scooter, preferiblemente de 250 c.c. tendremos más que suficiente. Además, en lo que respecta al precio, siempre debemos de ser realistas y comprar solamente lo que nos podamos permitir.
2. Informarnos sobre ella
Es fundamental que, una vez elegida la marca y el modelo que nos interesa, nos informemos bien sobre ella: características, piezas de recambio, fiabilidad, problemas que suele tener, coste de mantenimiento, averías más frecuentes, etc. Internet es el mejor lugar para obtener toda la información que necesitemos saber, ya que existen muchísimos foros, páginas especializadas o clubes de propietarios a los que podemos recurrir para que nos informen antes de comprarla.
3. Elegir el mejor vendedor
Para comprar una moto de segunda mano tenemos básicamente dos opciones: los concesionarios y las tiendas de motos de ocasión y los particulares, aunque actualmente han aparecido muchas aplicaciones de venta de motos, en su mayoría, no dejan de ser particulares que suben a estas plataformas sus ofertas. En ambos casos, es fundamental saber cuál es la reputación del vendedor, y si existen garantías de negocio fiable, pero en muchas ocasiones, especialmente si se trata de particulares, esto es bastante difícil, al no tener referencias de ellos.
Si optamos por un particular, tendremos la ventaja de que podremos negociar su precio con una mayor flexibilidad, pero, deberemos solicitar probar la moto, y es muy importante que su estado y kilometraje sean revisados por un mecánico experto. Si vamos a un concesionario o una tienda de motos, encontraremos una mayor oferta, garantía y opción de descuento, pero la transacción será más cara.
En ambos casos hacer ciertas preguntas nos dará muchas pistas del estado de la moto: ¿Cuánto tiempo tiene? ¿Ha tenido algún otro dueño? ¿Cuántos kilómetros ha hecho en el último año? ¿Se le han hecho revisiones periódicas? ¿Ha tenido algún accidente? ¿Por qué la quiere vender?
4. Comprobar el estado general del vehículo
Es fundamental comprobar el estado general de la moto en persona ya que muchas veces las fotos pueden llegar a engañar. Lo mejor es que lo hagamos de día y podamos arrancarla y dar una vuelta en ella. No hay que olvidar comprobar el arranque, carenado, asiento, chasis, pantallas, óxido, neumáticos, luces, frenos... También habrá que revisar el número de kilómetros del vehículo, sin embargo, hay que tener cuidado ya que el tacómetro puede ser manipulado fácilmente. Y en caso de que estemos decididos, que un mecánico nos haga una revisión más profunda.
Es recomendable evitar comprar motos que llevan mucho tiempo paradas, ya que, es más fácil que haya que cambiarle piezas, neumáticos, gomas o manguitos. Pero si somos aficionados a las reparaciones o la restauración, quizá se le pueda sacar un buen precio al vendedor por ella teniendo en cuenta el estado y la inversión posterior que se deberá hacer.
Por último, deberemos asegurarnos de que todos los elementos sean los originales o estén homologados. Y en caso de que haya habido modificaciones, que estas estén recogidas en la ficha técnica del vehículo.
5. Asegurarnos que todo está en regla
Si por fin nos hemos decidido por una moto en concreto, es importantísimo asegurarnos de que tiene todos los papeles en regla, para ello deberemos solicitar a la DGT un informe completo con su historial y una nota informativa al Registro de Bienes Muebles para estar seguros de que tiene todos los pagos al día. De esta manera comprobaremos también que no se trata de una moto embargada y si ha pagado el Impuesto de Circulación, identificación del titular, municipio donde está domiciliada la moto, kilometraje, número de titulares o posibles multas pendientes. También es importante que haya pasado, lo más recientemente posible, la ITV, porque, además de ser una “garantía” de que debería funcionar correctamente, la ley no permite el cambio de titularidad si no se ha pasado. El informe completo nos dará, además, el historial de la ITV,
Además, el vehículo deberá de tener también el permiso de circulación, que deberemos cambiar a nuestro nombre lo antes posible, para no tener problemas en caso de un accidente, y un seguro de moto en vigor. Es recomendable mirar diferentes precios de seguros, y valorar la opción de aseguradoras especializadas en seguros de moto, como AMV, que nos ofrecen coberturas especialmente diseñadas para motoristas.
6. Formalizar el contrato de compraventa
Por último, si llegamos a un acuerdo con el vendedor, habrá que formalizar un contrato de compraventa, en el que demuestre que es el titular de la moto. No deberemos hacer ningún desembolso económico por adelantado. Lo normal es que la entrega de la moto y el pago sean simultáneos y que nos entreguen una factura por dicho concepto.
En caso de que adquiramos la moto en un establecimiento, deberemos asegurarnos de que nos dan una garantía de un año y que esta queda reflejada en un documento. Y si queremos ahorrarnos tiempo y papeleo, aunque nos cuente un poco más, deleguemos los trámites de cambio de titularidad de la moto en los profesionales de una gestoría.