En un artículo recién publicado, el doctor Jan Tesarik recomienda abandonar el raspado y su sustitución por métodos más eficaces y menos invasivos, como el tratamiento con la hormona de crecimiento y la administración intrauterina de plaquetas aisladas de la sangre de la misma paciente
El “raspado” del endometrio (revestimiento interno de la cavidad uterina) se empezó a utilizar en 2003 con el fin de mejorar la posibilidad de embarazo. Sin embargo, un estudio reciente concluye que, a lo largo de los últimos 11 años, no se ha podido demostrar ningún efecto significativo del raspado sobre los resultados de la reproducción asistida. En opinión del doctor Jan Tesarik, director de la clínica MARGen de Granada, existen otros métodos alternativos que sí tienen efectos positivos en la mejora de la fertilidad.
El uso del raspado para mejorar la fertilidad estaba fundado en la hipótesis que la lesión local del endometrio, provocada por el raspado, actuaría mediante la liberación de diferentes citocinas y factores de crecimiento desde la lesión hacía la cavidad uterina. Pero otras técnicas, menos invasivas, ejercen un efecto claramente significante sobre el crecimiento del endometrio y la posterior mejora de la receptividad uterina (capacidad del útero para acoger los embriones). Cabe recordar que el raspado es una intervención algo molesta para la paciente y en algunos casos, aunque no muy frecuentes, puede causar desmayos, dolor agudo y un sangrado excesivo.
Teniendo en cuenta la falta de argumentos convincentes a favor del raspado, y su carácter invasivo, el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, directores de la clínica MARGen, recomiendan sustituirlo por métodos más eficaces y menos invasivos, como el tratamiento con la hormona de crecimiento y la administración intrauterina de plaquetas aisladas de la sangre de la misma paciente (plaquetas autólogas). “La administración de las plaquetas autólogas es una técnica mínimamente invasiva y el tratamiento con la hormona de crecimiento es totalmente no invasivo. En nuestra clínica hemos obtenido excelentes resultados con ambas técnicas”, concluyen los doctores.
Estudios
El estudio al origen del concepto de la utilización del raspado para mejorar la fertilidad presentó un análisis de los resultados de fecundación in vitro (FIV) en 134 mujeres en las cuales previos intentos habían fracasado. En 45 de ellas se realizó el raspado antes del siguiente intento de FIV, mientras que el resto de las mujeres tuvieron el intento de FIV sin raspado. En las mujeres con el raspado se alcanzaron más embarazos, pero el grupo estudiado fue relativamente pequeño y varios estudios posteriores, involucrando números más grandes de pacientes no detectaron ningunas mejoras después del legrado. La falta de efecto del legrado en cuanto a la probabilidad del embarazo después de la FIV fue definitivamente confirmada por un metaanálisis de 12 grandes estudios publicados entre los años 2010 y 2021 y involucrando un total de 3382 mujeres.