El ajo, ¿realmente tiene tantas propiedades?

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Nutritienda muestra todos los beneficios para la salud de uno de los alimentos más utilizados en la cocina de los españoles

El ajo, ¿realmente tiene tantas propiedades?

El ajo no es solo un condimento, sino mucho más, es uno de los ingredientes más usados en las cocinas españolas, y uno de los que más propiedades tiene. ¿Pero es tan bueno el ajo como se cree?, ¿realmente tiene tantas propiedades curativas?. Según los expertos de Nutritienda, el ajo contiene aminoácidos esenciales, vitaminas, enzimas, lípidos, sales minerales y muchos componentes activos que hacen que sea uno de los alimentos con más propiedades curativas. La gran mayoría se deben a la alicina que contiene, a la vitamina B6, al yodo, fósforo, manganeso, selenio, potasio y vitamina C.

El ajo procede de oriente medio y lleva usándose desde hace cientos de años tanto para la cocina como para fines terapéuticos. Se extendió poco a poco, primero Asia, luego la India y el Mediterráneo, hasta llegar a Grecia. Las primeras referencias que se tienen del ajo con fines terapéuticos fueron en el Antiguo Egipto, le otorgaban poderes mágicos y llegó a considerarse como un icono sagrado, de hecho, se ponía ajo en las tumbas ya que se creía que alejaba a los espíritus. Más tarde se comía ajo para evitar enfermedades como el tifus y el cólera. Fue en la época Romana cuando empezó a cultivarse y extenderse de forma acelerada por Europa, aunque tuvo retractores a lo largo de la historia, como Isabel la Católica, que prohibió que se sirviera en la Corte, o Alfonso de Castilla, que detestaba su olor y no dejaba que se le acercase nadie que lo hubiese consumido y más recientemente, aunque no de la realeza, Victoria Beckham, con su famosa frase “España huele a ajo”. El ajo, además, tiene “poderes”, incluso cinematográficos, ya que se usa para ahuyentar a los vampiros.

La planta del ajo se caracteriza por tener una cabeza con ocho o diez bulbos llamados dientes de ajo, es una planta que crece bajo tierra y existen más de 500 variantes, pero las más consumidas son el ajo blanco, el morado y poco a poco se está poniendo muy de moda el uso del ajo negro, que es un ajo blanco fermentado de forma natural. En ese proceso de fermentación el ajo cambia de color y textura, es más seco por fuera, pero, sin embargo, al abrirlo, es más blando. En su proceso de maduración el contenido de azúcar aumenta dándole un sabor más dulce y suave, evitando que repita tanto como el ajo blanco. Las propiedades también varían respecto al ajo blanco, contiene entre cinco y siete veces más de polifenoles, por lo que se le puede considerar hasta diez veces más antioxidante que el ajo blanco, mejorando así el sistema inmunológico.

El ajo es recomendable tomarlo crudo, ya que al cocinarse pierde muchas propiedades, y si puede ser en ayunas, mejor, ya que mejora el metabolismo estimulando los ácidos gástricos gracias al sulfuro de alilo y haciendo que los alimentos se asimilen mejor. Hay que tener en cuenta que el ajo crudo repite más que cocinado, por lo que una buena opción es cortarlo por la mitad en vertical, retirarle el germen, que es el brote que llevan en su interior, y tragarlo con un poco de agua. En el mercado también existen multitud de complementos alimenticios a base de ajo en formato cápsulas, mucho más sencillos de tomar.

El ajo, es el alimento más usado en la cocina española, pero ¿cuáles son exactamente sus propiedades?, los expertos de Nutritienda muestran todas sus propiedades y beneficios:

1. Propiedades antibacterianas y antisépticas

En 1858 Pasteur informó de las propiedades antibacterianas del ajo debido a la alicina que contiene. Años después es un alimento que ha sido muy estudiado por ser fuente de componentes sulfurados como la alicina y el ajoeno, entre otros. Estos compuestos bioactivos son conocidos por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, aunque dependen del tipo de ajo que se utilice y de si está cocinado o crudo. En la primera Guerra Mundial el ajo fue usado como antiséptico, para la desinfección de las heridas cuando faltaban las medicinas.

2. Propiedades antibióticas

El ajo es un gran antibiótico natural, ayuda en los resfriados y catarros, y es usado desde la antigüedad por todas las culturas para fines terapéuticos.

3. Antioxidante

El ajo posee ingredientes activos como los fenoles y las saponinas con propiedades antioxidantes. Los antioxidantes contribuye a inhibir la formación de radicales libres, y aumenta las enzimas antioxidantes celulares. También ha sido estudiado por sus propiedades hepatoprotectoras, es decir, que ayudan a proteger el hígado bloqueando la entrada de algunas sustancias nocivas y mejorando su funcionamiento.

4. Mejora la presión arterial y el correcto funcionamiento muscular

El ajo es fuente de potasio, un mineral esencial que contribuye al mantenimiento de la presión arterial en niveles normales. Junto con el sodio juega un papel fundamental en el organismo. El potasio, además, contribuye a un correcto funcionamiento muscular. El potasio es uno de los minerales más prescritos para la hipertensión. Como dato curioso, que no todo el mundo sabe, el ajo contiene más potasio que el plátano, por lo que lo convierte en un alimento muy recomendable para la salud.

5. Reduce el colesterol malo

El colesterol malo (LDL) es capaz de obstruir las paredes de nuestras arterias, el ajo ha sido estudiado por su posible capacidad para reducir el colesterol. Junto a una dieta llena de otras hortalizas y frutas, es necesario para mantener una buena salud cardiovascular.

6. Otras propiedades nutricionales

Aunque la mayoría de propiedades del ajo se deben a sus componentes sulfurados, también es fuente de otros micronutrientes esenciales para nuestro organismo. Entre ellos, destaca el yodo, un mineral que contribuye a que el tiroides funcione correctamente y a la producción normal de hormonas tiroideas, que están involucradas en regular las reacciones metabólicas. También destaca su contenido en fósforo que contribuye al metabolismo energético. Y, en cuanto a vitaminas, es fuente de vitamina B6, una vitamina que ayuda a regular la actividad hormonal.

Para disfrutar de todas sus propiedades, Nutritienda explica cómo elegir un buen ajo, cómo conservarlo y las distintas formas para incorporarlo en multitud de recetas:

Cómo elegir los ajos

Para saber si un ajo está fresco hay que observar la “cáscara”, ver que esté tensa y no suelta o seca. Cuánto más fresco es un ajo mayores propiedades beneficiosas para la salud tiene. Si el ajo comienza a tener brotes verdes es signo de que ha empezado a germinar y ya no está en su mejor momento, y tampoco está en buen estado si empieza a tener manchas negras.

Cómo conservar los ajos

El mejor sitio para guardar un ajo es en un sitio con temperatura ambiente pero fresco y oscuro, sin que le dé la luz solar de forma directa, pero nunca en la nevera ya que los sitios húmedos hacen que se reblandezcan. Se puede poner en un recipiente cerrado, pero es recomendable que los ajos puedan “respirar”, es decir, el recipiente debería tener agujeros para que se conserve lo mejor posible. Se mantiene mejor si no se separan los dientes, es mejor separarlos solo cuando se vayan a consumir.

Recetas cuyo ingrediente principal es el ajo

El ajo se puede tomar de multitud de maneras, se puede partir en rodajas y freír para aderezar cualquier plato, pero hay recetas que no serían lo mismo sin el ajo ya que es su ingrediente principal.

Sopa de ajo

Ingredientes para dos personas:

Pan seco al gusto

4 dientes de ajo

2 litros de caldo

Sal

Pimentón

Aceite de oliva

3 huevos

Chorizo

Elaboración:

En una sartén se fríen los ajos en láminas y se reservan, en ese aceite con sabor a ajo se echa el pan en rodajas y se fríe, pero no mucho, más tarde se añade otra vez el ajo, un poco de chorizo, pimentón, se rehoga un poco y después se le añade el caldo, se deja que cueza a baja temperatura. Cuando la sopa ha espesado un poco, se echan los huevos con el fuego muy bajo, o incluso apagado, hasta que se hagan.

Alioli

Ingredientes para dos personas:

1 diente de ajo

100 ml de aceite

1 huevo

Un poco de vinagre

Sal

Perejil

Elaboración:

Se pone en un vaso para batir el ajo en trozos y el huevo, se bate poco a poco mientras se echa el aceite poco a poco, como si se hiciese una mahonesa, cuando ha emulsionado se puede echar una pizca de sal, el perejil picado y un poquito de vinagre y remover hasta llegar a la textura deseada.

Ajoblanco

Ingredientes para dos personas:

200 gr almendras crudas

2 dientes de ajo

100 gr de miga de pan

1 litro de agua

100 ml aceite de oliva

Vinagre

Sal

Elaboración:

Poner en remojo la miga de pan para que se ablande, una vez esté blanda, se introducen en un vaso para batir todos los ingredientes menos el aceite y se tritura, una vez triturado, se añade el aceite poco a poco para que emulsione. Si no se tiene una batidora muy potente es recomendable dejar las almendras en agua un tiempo para que se ablanden.

Bacalao al ajoarriero

Ingredientes para dos personas:

250 gr Bacalao

500 gr patatas

3 dientes de ajo

1 guindilla

1 pimiento morrón

1 pimiento verde

1 tomate

1 cebolla

2 huevos duros

Aceite

Agua

Nueces

Sal

Elaboración:

Hay que preparar el bacalao desalándolo y cortando en taquitos, para desalarlo hay que dejarlo en agua abundante unas 24 horas cambiándole el agua cada 8 horas. Se cuecen los huevos y se reservan. A continuación, se fríen los ajos en láminas, los pimientos y la cebolla con la guindilla, posteriormente se echa el bacalao picado en trozos pequeños o desmigajado y deja que se cocine unos minutos, por último se le añade el tomate rayado, la sal y se cocina a fuego lento durante 20 minutos, si es necesario, se le añade un poco de agua. Para decorar se echan por encima los huevos duros rayados y las nueces picadas.

Pollo al ajillo

Ingredientes para dos personas:

Un pollo troceado

5 dientes de ajo

Harina

Zumo de limón

Caldo de pollo

Aceite

Sal

Vino

Laurel

Perejil

Elaboración:

Se pone el pollo en harina y se fríen los trozos para que el exterior se dore, en otra sartén se fríen los ajos en láminas y se reserva. Cuando el pollo está dorado se echa el zumo de limón y un chorrito de caldo de pollo, se deja a fuego lento para que se vaya haciendo, una vez evaporado el líquido se echa el vino blanco, el ajo picadito, el perejil, la sal, el laurel y se deja un poco más hasta que el pollo esté hecho. 

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