El profesor Guillermo Antón Pardo ha presentado una web y una serie de libros dedicados a reducir el tiempo dedicado al trabajo de profesores, quienes en los últimos cursos han experimentado un aumento sustancial en su carga de trabajo. La web y los libros ofrecen numerosas técnicas adaptadas a los diversos aspectos del trabajo docente. Ante la complejidad de redactar un único texto de estas características con lenguaje inclusivo, los libros se publican en dos versiones, usando género masculino y femenino
Guillermo Antón Pardo es un profesor de Biología de educación secundaria en Málaga que ha publicado una web y una serie de libros que tienen como objetivo ayudar a otros docentes como él, quienes han experimentado en los últimos años un constante incremento de las tareas asociadas a su profesión: a causa de los recortes económicos se aumentaron tanto la cantidad de horas lectivas como el número de estudiantes; las tareas administrativas que recaen en profesores y en tutores no han hecho más que crecer en los últimos años; y el coronavirus obligó a llevar en paralelo la enseñanza presencial y online, en muchos casos invadiendo tiempos de la vida personal o familiar. Como comenta el profesor Antón Pardo: “Se ha hablado mucho sobre el bienestar emocional de los estudiantes durante la pandemia, pero no tanto de la sobrecarga personal y laboral experimentada por el profesorado en el mismo periodo. Ha llegado el momento de enfrentar el problema y buscar opciones y una solución que los docentes podemos aplicar son técnicas que reduzcan el tiempo de trabajo”.
La web y la serie de libros de Profesores Productivos recogen numerosas técnicas de productividad adaptadas al trabajo docente: principalmente para la preparación de clases, para la corrección de tareas o exámenes y para todo tipo de tareas administrativas. Por la experiencia docente de Guillermo Antón Pardo, quien lleva más de 20 años dando clase, los materiales y ejemplos usados se extraen de la educación secundaria, pero el blog contiene estrategias y trucos que son aplicables a otros niveles educativos e incluso a mejoras importantes de la productividad personal: “Hay dos técnicas que sirven para todos los ámbitos y que permiten obtener resultados inmediatos de ahorro de tiempo en cualquier contexto: rechazar las tareas innecesarias y apagar el móvil mientras trabajamos. Sólo poniendo en práctica estas dos, cualquier persona puede ahorrar mucho tiempo diariamente”. En cuanto a las técnicas específicas del trabajo docente, las más importantes se centran en optimizar el diseño de exámenes y tareas para que resulten rápidas de corregir, ya que el trabajo de corrección es uno de los que más tiempo ocupa, principalmente debido al creciente número de estudiantes en cada aula. También son muy útiles las plantillas o modelos de documentos que puedan ser aplicados en las diversas tareas administrativas repetitivas, como la redacción de informes de estudiantes, de actas o de comunicaciones a las familias. “Lo más importante es buscar el ahorro en todas y cada una de las tareas que los docentes realizamos a diario para que la cantidad de tiempo reducida sea significativa. Cada minuto cuenta, es el lema de la web”.
Cuando se le pregunta por el origen de la idea que le llevó a crear estos recursos, el autor refiere su propia necesidad personal de marcar unos límites de tiempo al trabajo cuando durante los últimos cursos el número de estudiantes y las tareas docentes fueron creciendo sin control, acaparando los tiempos de su propia vida personal y familiar. “El trabajo docente es muy vocacional y la mayoría de los profesores hemos respondido de forma ejemplar cuando se nos han pedido esfuerzos adicionales. Sin embargo, estos aumentos de horas lectivas, de número de estudiantes o de tareas administrativas no han dejado de crecer, se han mantenido o incluso empeorado y el panorama no tienen perspectiva de mejorar. Este estrés del profesorado repercute en la calidad de la enseñanza. Un sistema educativo que mantiene el nivel académico de los estudiantes a costa de la sobrecarga del profesorado y de invadir sus tiempos personales no es sostenible y debería ser reformado. Un profesor infeliz no es un buen profesor”.
El autor es también muy crítico con la visión que se ha venido ofreciendo del trabajo docente en los medios e instituciones para justificar los recortes económicos y los aumentos de horas lectivas y estudiantes por clase: “Cuando desde los medios e instituciones se habla de que a los profesores se les aumentan «sólo» dos horas lectivas, la gente no se da cuenta de que eso implica un nuevo grupo de 25-30 estudiantes, una nueva asignatura cuyas clases hay que preparar y cuyos exámenes hay que evaluar y eso supone mucho tiempo adicional, mucho más que 2 horas semanales. Nadie critica que un futbolista trabaje «sólo» los 90 minutos que dura el partido, porque es consciente de todo el entrenamiento y preparación que hay detrás. Sin embargo, ese tiempo de preparación y corrección se minimiza y menosprecia en el caso de los profesores”.
Como curiosidad, se han publicado dos versiones de los libros, una usando el masculino como genérico (la fórmula tradicional normativa) y otra versión donde se usa el femenino para referirse a grupos o colectivos. “Cuando comencé a escribir los libros, traté de usar un lenguaje inclusivo, pero pronto me di cuenta que había tantas repeticiones constantes —los profesores y las profesoras, las y los estudiantes, el alumnado, etc.—que no ayudaban a la claridad y productividad que eran los objetivos fundamentales de los libros. Así que redacté una segunda versión en femenino. Que cada persona elija el libro que desee”.
En paralelo a la web y los libros, el autor también ha creado un canal de YouTube, una cuenta de Instagram y una página de Facebook para conseguir que el mayor número posible de docentes se puedan beneficiar de algunas de sus ideas y técnicas a través de su difusión en las redes sociales. “Espero que estas técnicas sean tan útiles para muchos otros profesores como han resultado para mí”.