¿Población ibérica en América hace 7000 años? Momias chilenas con ancestría genética de Europa occidental

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¿Población ibérica en América hace 7000 años? Momias chilenas con ancestría genética de Europa occidental

La alta civilización marítima de los que hace más de 6000 años crearon las pinturas de barcos con velamen de la cueva gaditana de "Laja Alta" pudo haber sido protagonista de la mayor hazaña marítima de la prehistoria. Un individuo masculino hallado entre las célebres momias de Chinchorro, Arica (Chile), ha sido datado en hace unos 6200 años, y contra todo pronóstico, su linaje paterno no es amerindio sino euroasiático como el que entonces existía en Iberia

¿Es posible que los antiguos habitantes de Iberia llegasen a América por mar hace 7000 años? Una evidencia genética podría confirmar tal posibilidad. Según artículo publicado por el escritor y epigrafista, Georgeos Díaz-Montexano, Historical-Scientific Atlantology Adviser para James Cameron y National Geographic y Vitalitius Accepted Member de The Epigraphic Society, una momia de Chinchorro, Chile, comparte ancestría genética paterna con un antepasado europeo occidental del Mesolítico que vivía en la península ibérica.

Unos estudios genéticos en 2017 confirmaron la presencia de ancestría europea en las momias de Chinchorro.

La momia de un hombre (Chinchorroi15) de la Cultura de Chinchorro ha sido datada en unos 6200 años (ca 4292 – 4242 a. C.) y contra todo pronóstico, el linaje paterno de este individuo no pertenece a ninguno de los linajes amerindios (BT, IJK, Q, P, C, F) que vinieron desde Asia, vía Beringia o a través del Pacífico, sino que pertenece a un linaje Euroasiático, CT-M168, que en los tiempos en que vivió el hombre de Chinchorro, y antes, solo existía en Europa y en un sitio de Jordania. De hecho, el linaje paterno (ADN-Y) CT-M168 no llega hasta el Asia Central hasta miles de años después.

Para los análisis de componentes de mezcla genética o ancestría, el estudio de Robert Smith (2017), editor del blog especializado en paleogenética "genetiker" tomó como referencia los datos de ancestría publicados en la revista Science en "Genomic evidence for the Pleistocene and recent population history of Native Americans" (2) y utilizó una alta resolución para descartar contaminaciones modernas (26 982 SNPs de transversión). A muchos le parecerá algo imposible que las momias de 6000 años de Chinchorro, Chile, puedan tener algo de mezcla europea, ni siquiera en un pequeño porcentaje, dado que lo esperable es una ancestría absolutamente amerindia con mezcla evidente de ancestría asiático-siberiana y algo de eurasiático-altaica (la misma ancestría que mucho después se ve como predominante entre los esteparios), pero sin nada de mezcla europea y africana. En el análisis K11 realizado por Smith (2017) se ve como además de la esperable ancestría Amerindia, aproximadamente la mitad se corresponde con la nada esperable ancestría del Mesolítico Europeo, un tercio con la tampoco esperable ancestría Afrasiático-Anatólica del Neolítico, seguido de una sí esperable ancestría del Sureste de Asia y un poco de ancestría Esteparia/Iránica, que tampoco debería hallarse en un individuo amerindio de más de 6000 años.

La proporción de ancestría del Mesolítico Europeo de un 21% y de ancestría Afrasiático-Anatólica del Neolítico de un 14% que se observa en las momias de Chinchorro es favorable a un origen en la península ibérica, dado que para esas fechas (en torno al 4000 a. C.) el componente de ancestría Afrasiático-Anatólica del Neolítico apenas llevaba unos 1500 años en la península. Esa proporción es totalmente consistente con la que se observa en esos tiempos entre la Península Ibérica y en un par de sitios de la Europa occidental, especialmente en Alemania.

Smith (2017) hizo finalmente otro tipo de análisis para cruzar la información con los anteriores. Sometió los datos de las momias de Chinchorro a un análisis qpAdm (3) el cual confirmó la mezcla europea en el ADN antiguo de Chinchorro.(4). Aún así, Smith recibió algunas críticas. Y es que entonces prácticamente solo se conocía el perfil genético de los linajes maternos de ADN mitocondrial de las momias de Chinchorro, el cual era típico amerindio (A y B), pero cuando se pudo determinar el linaje paterno (ADN-Y) de una de las momias más antiguas, Chinchorroi15, se comprobó que su haplogrupo paterno se corresponde con el linaje CT-M168, un linaje paterno que no es amerindio, ni asiático siquiera, sino más bien europeo, pero que podría haber surgido hace unos 88 000 años en algún punto del nordeste de África o bien en las antiguas tierras de Canaán.

El hombre de Chinchorro con linaje paterno CT-M168 podría descender de antiguos pobladores de la península ibérica

El hecho relevante es que cuando se analiza la distribución antigua prehistórica del linaje paterno CT-M168 en tiempos previos y contemporáneos al individuo momificado de Chinchorro, queda claro que los hombres portadores de su mismo linaje paterno, CT-M168, solo vivían en Europa y en Jordania. Casi mil años después de morir el hombre CT-M168 de Chinchorro es que se ve también en Marruecos, pero no antes. Ver el mapa nº 1.

De todos los individuos con linaje CT-M168 reportados desde la prehistoria hasta la Edad Media (29 países), el mayor porcentaje (17%) se halla en la península ibérica. De el resto de los países, quince cuentan con un solo individuo constatado, Israel, Rusia y Suecia tienen dos individuos y Alemania tres individuos. Queda claro pues que Iberia es la mejor hipótesis, no solo por tener individuos CT-M168 con dataciones anteriores y casi contemporáneas al individuo CT-M168 de Chinchorro, Chile, sino por tener la mayor concentración antigua de individuos con dicho linaje paterno, así como tener sus costas marítimas del Sur-Sudoeste de cara a las corrientes circulares del Golfo que en su sentido dextrógiro (como en las agujas del reloj) favorecen el arribo a las costas atlánticas del Norte de Suramérica, hecho más que demostrado con no pocos naufragios de pequeñas y medianas embarcaciones veleras de tiempos históricos que perdiendo el rumbo, pocos días después de pasar el Estrecho de Gibraltar en dirección hacia las Canarias o hacia otros puntos de las costas africanas occidentales, terminaron en algún punto entre las costas de Venezuela, Guayana, Brasil o de Centroamérica, o bien en alguna isla del Caribe o de las Antillas.(5)

Una cosa queda clara, no hay ni la menor evidencia científica genética que permita sostener que el linaje paterno CT-M168 de Chinchorro pudiera haber llegado a través de Beringia, ni atravesando el Pacífico desde cualquier otro lugar de Asia. Tampoco hay evidencias que soporten una llegada al continente suramericano desde las costas de África. De momento, el único individuo antiguo hallado en toda África con linaje CT-M168 es casi mil años posterior al hallado en Chinchorro, y el hecho de que haya sido hallado justo en Kef el Baroud, Rabat, Marruecos, muy cerca de la salida al Atlántico por el Estrecho de Gibraltar, pero con una datación posterior a la de los varones CT-M168 de la península ibérica, podría interpretarse más que correctamente como una evidencia de tales navegaciones desde la península, llevando una de tales navegaciones (que fue posterior en casi mil años a la que terminó en América del Sur) dicho linaje a estos parajes de la vecina región africana de Rabat en Marruecos.

¿Toponimia euroasiático-afrasiática en América del Sur?

Por otra parte, una serie de antiguos hidrónimos y topónimos ubicados entre el Golfo de Urabá (Colombia) y los alrededores de Arica (Chile), tales como Atrato, Atlato, Atara, Ataraca, Atala, Ebera o Embera, parecen estar relacionados con raíces Euroasiáticas y Afrasiáticas muy antiguas que podrían remontar a finales del Mesolítico y principios del Neolítico. Ver mapa 2.

La relevancia de esta evidencia genética es inconmensurable, no solo para la historia de la península ibérica como cuna de una alta civilización marítima del Neolítico, que solo podría ser la misma que por tradición se trasmite por todo el norte de África hasta llegar a los egipcios y desde estos a Solón, dando así nacimiento a la logografía (leyenda histórica o parahistórica) de la Atlántida, sino también altamente relevante para la historia de la navegación en general y de las grandes proezas de la especie humana. La presencia de un individuo que fue momificado en la Cultura de Chinchorro, Chile, hace unos 6200 años, cuyo linaje paterno euroasiático-caucasoide, CT-M168, parece a todas luces proceder de la península ibérica, desde algún punto de lo que hoy es parte territorial de España, habla de lo que podría considerarse —sin exageración alguna— como el suceso marítimo protagonizado por humanos más relevante de todos los tiempos. Mientras que, por otra parte, viene a confirmar la existencia de una alta civilización marítima atlántica, que solo puede ser la misma que ya ha sido constatada en la ‘Cueva Laja Alta’, Jimena de la Frontera (Cádiz), científicamente datada(6) por extrapolación de fechas radiocarbónicas en no menos de 6000 años, y la misma que por tradición (vía norteafricana) llegó hasta los egipcios y desde estos hasta Solón, quien decide entonces llamarla Atlántica o de Atlantis, por tratarse de una civilización marítima esencialmente atlántica.(7) Mientras que, por otra parte, aunque el hecho haya ocurrido de manera accidental, esta evidencia genética demuestra que no fueron lo vikingos (ancestros de los actuales nórdicos) los primeros europeos que llegaron a las costas de América, sino los prehistóricos habitantes del territorio que actualmente se conoce como España. 

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