"Cuantos más saltos haya entre aves a humanos más números estamos comprando para que haya un día que el virus de la gripe aviar se adapte y pueda transmitirse entre humanos"
Desde el pasado mes de enero, los focos de influenza aviar, también conocida como gripe aviar, se han ido extendiendo por varios puntos de la Península Ibérica. "Es una enfermedad devastadora para la producción avícola que se tiene que monitorizar y controlar", ha asegurado Natàlia Majó directora del Centro de Investigación en Sanidad Animal IRTA-CReSA en el podcast divulgativo 'Con V de Vet' de MSD Animal Health.
"La gripe aviar es un virus que puede afectar a los humanos. Se han reportado muchos saltos desde las aves, por contacto directo, a los humanos. Normalmente son casos que acaban en la persona que ha tenido contacto con las aves. Es decir, se han reportado muy pocos casos de virus de gripe aviar que luego se hayan trasmitido entre los humanos", ha señalado Majó, diplomada europea especialista en patología veterinaria y ciencia avícola.
"El riesgo de infección de un virus aviar a humanos en Europa es muy bajo" ha recordado Majó en base a las valoraciones del Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC). Eso si, la experta avisa: "Cuantos más saltos haya entre aves a humanos más números estamos comprando para que haya un día que el virus de la gripe aviar se adapte y pueda transmitirse entre humanos".
Por ello, el papel de los veterinarios es fundamental. España cuenta con un Programa Nacional de Vigilancia de Influenza Aviar basado en el riesgo. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación realiza una monitorización en aves domésticas y fauna silvestre. "Es importante monitorizar para ver que no está adquiriendo capacidad transmisora entre humanos", ha afirmado Majó, quien también es profesora titular en la Universidad Autónoma de Barcelona.
El IRTA-CRESA estudia el virus
Desde que apareció el tipo H5N1 "hemos visto que este virus afecta a muchas más aves. Le ha dado una amplitud de huésped más elevada. El que tenemos ahora parece que afecta más a los pollos y los pavos", ha afirmado.
Desde el IRTA-CReSA, el equipo de Majó no solo vigila, también estudia el virus "para hacer infecciones experimentales. Llevamos 15 años trabajando con los virus que van saliendo para ver cómo se transmite".
"Es un virus que entra por vía oro nasal y que en 24 horas las aves lo tienen en sangre. A partir de aquí se distribuye por todos los tejidos, sobre todo en el sistema nervioso central. Es muy neurotrópico. Realmente la muerte se da por un fallo multiorgánico, pero la afectación del sistema nervioso es importante. Destruye la barrera hematoencefálica y se distribuye por todo el encéfalo", ha explicado.