Las personas que mantienen relaciones sexuales al menos dos veces por semana tienen hasta un 50% menos de probabilidades de sufrir un infarto frente a aquellas que las mantienen una vez al mes, según The American Journal of Cardiology.

Jesús E. Rodríguez, Director del Instituto Sexológico Murciano y sexólogo de MYHIXEL, señala que debido las similitudes entre las arterias helicinas, encargadas de la erección y las arterias coronarias, es muy posible la aparición de una enfermedad del corazón si las primeras aparecen estrechadas.

La disfunción sexual tras sufrir un infarto de miocardio afecta al 38-78% de los hombres y al 65% de las mujeres.

Según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), 17 millones de personas mueren anualmente debido a las enfermedades cardiovasculares (ECV), siendo la principal causa de muerte en el mundo. La influencia de la genética, hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol o factores como la edad, padecer diabetes, hipertensión, niveles altos de colesterol u obesidad aumentan la probabilidad de sufrir un evento o enfermedad cardiovascular en un periodo de tiempo determinado. De la buena salud y funcionamiento de nuestro corazón depende nuestra calidad de vida, así como de nuestras relaciones sexuales. Ambas están tan estrechamente relacionadas que dos de cada tres hombres con hipertensión arterial manifiestan disfunción eréctil, y más de la mitad de los que poseen disfunción eréctil, tiene colesterol elevado, lesiones coronarias y prueba de esfuerzo alterada, tal y como dicta la Asociación Española del Corazón.

Jesús E.Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano (ISM) y sexólogo de MYHIXEL, startup española destinada a mejorar el bienestar íntimo masculino, arroja luz sobre aquellas cuestiones más comunes relacionadas entre la salud sexual y el corazón con motivo del Día Europeo de la prevención del Riesgo Cardiovascular.

¿Puede la disfunción ser una señal de alerta en el diagnóstico de una patología cardiovascular? Si, sobre todo en hombres varones a partir de 45 años que combinan otros factores de riesgo como son la hipertensión arterial, niveles altos de colesterol, tabaquismo, obesidad o diabetes. Las arterias del pene, llamadas helicinas tienen muchas similitudes con las arterias coronarias, por lo que si un especialista diagnostica a un paciente disfunción eréctil por incapacidad de erección y las arterias helicinas están estrechadas, significa que muy posiblemente, también estén afectadas otras arterias como las coronarias. Por lo tanto, es altamente recomendable realizar una valoración médica si la disfunción aparece a partir de esta edad, ya que puede ser el medio para detectar una enfermedad vascular. Lo habitual es realizarla por medio de una ergometría o test de esfuerzo cardiovascular.

Tras padecer una enfermedad cardíaca, ¿se desaconsejan las relaciones sexuales durante un tiempo? Siempre que el paciente sea capaz de subir dos pisos de escaleras sin sufrir disnea (dolor torácico), que es aproximadamente el esfuerzo comparativo al que requiere una relación sexual y su situación clínica sea estable, el paciente será capaz de mantener relaciones sexuales sin problema. En cuanto al tiempo de espera para la reanudación de la actividad sexual, esta dependerá del tipo de problema sufrido. Generalmente, este intervalo oscilará entre la semana y el mes y medio. Si se trata de un infarto agudo de miocardio, a las dos semanas. Si es un episodio de insuficiencia cardíaca, cuando este se haya resuelto y el paciente permanezca asintomático. En los casos más complicados de cirugía coronaria, hay que esperar más hasta la cicatrización.. En cualquier caso, debemos apoyarnos en nuestro cardiólogo para tipificar cada caso.

¿Puede morir un paciente por culpa de la práctica sexual? Solo en casos excepcionales cuando el paciente sufra algún problema médico que le impida realizar ejercicios de intensidad moderada. Según la Fundación Española del Corazón, sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas sólo 34 de ellos fueron por motivos cardiológicos y se produjeron durante el coito. Cabe destacar que en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual y eso es un factor desestabilizador. Indudablemente, factores externos como el nerviosismo, mayores niveles de excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien… influyeron de forma significativa en el desenlace.

¿Puede tomar soluciones contra la disfunción eréctil una persona que ha padecido o padece una enfermedad cardiaca? Dependerá de cada caso particular. Según la American Heart Association, los hombres que usan nitratos —indicados para el tratamiento de dolores de pecho ocasionales— no los deberían tomar junto a fármacos para la disfunción eréctil, porque su combinación podría ocasionar una peligrosa caída de la presión arterial. En cambio, si se tiene un buen control de su enfermedad o se sufre una insuficiencia cardíaca leve, no debería existir problema alguno. Una alternativa para aquellos pacientes que sientan el respeto hacia los medicamentos son los suplementos como MYHIXEL MAX, cuya composición se basa en ingredientes naturales tales como la quercetina o el hipérico que ayudan a controlar la ansiedad previa a las relaciones sexuales gracias a la regulación natural de la serotonina. Sea como sea, la valoración y el seguimiento de un médico son obligatorios.

¿Una vida sexual activa y satisfactoria puede también ayudar a tener una mejor salud cardiovascular?. La práctica de sexo es beneficiosa para nuestra salud ya que es un ejercicio aeróbico que quema de calorías; además, reduce el estrés y favorece la salud emocional. Si disminuye el estrés, factor determinante en cardiovasculares del tipo hipertensión, ictus e infarto de miocardio, se disminuye exponencialmente el riesgo. Por ello, una vida sexual activa en un sentido amplio (no solo la realización del coito, sino las caricias, la intimidad) mejora el perfil cardiovascular. De hecho, según The American Journal of Cardiology, aquellas personas que mantenían relaciones, al menos dos veces por semana, tenían hasta un 50% menos de probabilidades de sufrir un infarto, frente a aquellos que lo hacían una vez al mes.