La directiva de hoy en día, al contrario de lo que se pueda pensar, es una mujer que ha desaprendido todos los días. Para llegar hasta donde estamos, hemos trabajado a diario en decodificar y desinstalar patrones culturales y sociales preestablecidos. En esta materia hemos sido autodidactas.
Nuestra zona de confort es la incomodidad, la inconveniencia y la competencia. Es cierto, hemos recorrido caminos de espinas para llegar donde estamos mientras que otros pisaban pétalos de rosas. Por eso tenemos la obligación de cambiar el mundo profesional y abrir puertas a las nuevas directivas.
El "status quo" se cambia desde la acción y para eso estamos aquí. No queremos ser noticia, sólo aspiramos a la normalidad. Si pretendemos romper los techos de cristal y que se deje de hablar de cuotas y paridad debemos intervenir activamente, ser parte del cambio. También debemos dejar de ponernos trabas y de escudarnos en excusas parapetadas en la inseguridad que limitan nuestro desarrollo.
Sólo nosotras sabemos qué necesita una mujer para llegar a lo más alto de su carrera profesional, qué obstáculos salvar y cómo enfocarte. De ahí la importancia de apoyar proyectos con los que te identificas y te sientes representada. La adhesión a asociaciones como ADIMUR permiten dar nuestro particular punto de vista, nos ayudan a tener mayor peso frente a las instituciones y una mayor visibilidad en la empresa, tanto en la propia como en la ajena. Ese es el objetivo: participar en foros enriquecedores, compartir experiencias con otros compañeros, aplicar en nuestro trabajo casos de éxito de otros asociados, aumentar nuestra red de contactos, estar en la vanguardia de la dirección... Crecer.
La directiva necesita dar un paso adelante en la sociedad. Cada uno asume en la vida el papel que desea interpretar, protagonista o de reparto. El ciclo de la vida nos marca en qué medida podemos involucrarnos en los proyectos en cada momento, pero lo importante es estar.
Para todo esto hay una pieza imprescindible en este cambio de paradigma: el hombre. A nivel personal necesitamos que se implique en nuestro desarrollo profesional, alentándonos moralmente y aupándonos a esa mejora, aceptando los sacrificios que conlleva que tu pareja asuma mayores responsabilidades profesionales. Debemos trabajar como lo que somos: un equipo. Desperdiciamos talentos en las organizaciones debido a los prejuicios y la escasa flexibilidad laboral para conciliar con la consiguiente pérdida de oportunidades para la mujer. Necesitamos una legislación que apueste por medidas de conciliación reales y que se apliquen sin atajos.
Sólo hay un lenguaje que entienden los empresarios: hablar de retorno de la inversión y/o productividad. Podemos asegurar que la mujer es una inversión rentable, en concreto hasta un 20% aumenta la productividad de una empresa cuando incorpora en puestos de dirección a la mujer. (Estudio de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas 2019)
Estamos trabajando para romper mitos, aportar soluciones al desequilibrio de género en los puestos de dirección, la potenciación de nuestro desarrollo profesional y acabar con el síndrome del impostor. Somos directivas comprometidas con nuestro trabajo, nuestro entorno y contigo. Si en algo de esto te has sentido identificada te animo a conocernos y convertirte oficialmente en una directiva comprometida.
Trini Guía.
Miembro de la Junta directiva de ADIMUR.