La dermatitis seborreica es un trastorno crónico de la piel que afecta al cuero cabelludo en la que aparecen zonas inflamadas y caspa persistente, dándose brotes de mayor intensidad durante los meses de otoño e invierno, según los expertos de Hospital Capilar
La genética, el estrés, tener una piel grasa, el uso de productos o tratamientos inadecuados o los desequilibrios hormonales son factores externos que suelen agravar esta afección
Llevar una dieta equilibrada, prevenir episodios de sudoración intensa o evitar rascarse la cabeza con frecuencia, entre las principales recomendaciones para prevenir esta enfermedad
El frío y los cambios constantes de temperatura que los meses de invierno traen consigo son factores que suelen provocar, en muchos casos, una mayor sequedad y deshidratación en la piel, condiciones que, a su vez, producen el agravamiento de patologías como la dermatitis seborreica, una enfermedad que afecta al 5% de la población y que suele manifestarse tanto en el cuero cabelludo como en la región facial. Desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, explican cómo influye esta afección en la caída del cabello, así como las principales pautas a seguir para disminuir el impacto de la dermatitis en nuestro pelo.
"La dermatitis seborreica es una enfermedad crónica y común que se caracteriza por la aparición de zonas inflamadas y caspa en el cuero cabelludo, con brotes de mayor intensidad en las temporadas de otoño e invierno. Esta inflamación dermatológica produce un aumento de la secreción grasa que conllevará a una descamación a nivel capilar, piel enrojecida o pruito, estando presente también en determinadas zonas de la cara como la nariz, mejillas, orejas, cejas, o bien en otras zonas del cuerpo como las axilas, el pecho e, incluso, las ingles", explica el director médico de Hospital Capilar, Carlos Gómez.
Aunque esta enfermedad inflamatoria tiene un fuerte componente hereditario, hasta en el 42% de los casos, determinados factores externos como el estrés, tener una piel muy grasa, la utilización de algunos fármacos o de productos inadecuados para la piel, la exposición a sustancias irritantes, la anemia, o los desequilibrios hormonales, pueden conllevar su agravamiento. Además, suele darse con mayor frecuencia en hombres que en mujeres, fundamentalmente en la pubertad y en la franja de edad que oscila entre los 30 y 50 años, así como en recién nacidos y niños de pocos meses de edad.
En lo que respecta a la caída del cabello, es importante recalcar que la dermatitis seborreica no suele conducir directamente a la alopecia, aunque puede llegar a perjudicar al crecimiento del pelo, debido a la situación de inflamación que hace que no se produzca el equilibrio adecuado en la piel. Sin embargo, en casos más graves, este problema puede hacer que el exceso de sebo obstruya los folículos, afectando al ciclo vital del cabello y contribuyendo, por ende, a su posterior caída o a una alopecia seborreica.
"Si se detectan síntomas característicos como picor, descamación o enrojecimiento en el cuero cabelludo, lo más recomendable es acudir a un especialista que nos ayude a determinar si padecemos este trastorno y que, además, nos ayude a optar por el tratamiento más adecuado, ya que, por ejemplo, si el componente descamativo es importante, se deben utilizar productos que ayuden a exfoliar dicha descamación, en detrimento de otros. Cabe destacar que, hoy en día, la dermatitis seborreica es una enfermedad recurrente que encontramos hasta en el 30% de los casos cuando analizamos el cuero cabelludo de los pacientes que acuden a nuestras clínicas para la realización de un injerto capilar, tratándose de una afección que, si se trata a tiempo, suele ser temporal", detalla el director médico de Hospital Capilar.
Con el fin de mantener bajo control la dermatitis seborreica, los expertos recomiendan seguir una dieta sana y equilibrada, rica en vitaminas A, E y C y en ácidos grasos Omega 3 y Omega 6; evitando los excesos de azúcares, grasas y alcohol y primando la ingesta de alimentos como legumbres, carnes, pescados, huevos o frutas y verduras frescas. Asimismo, se aconseja mantener una correcta higiene del cuero cabelludo mediante champús y productos capilares específicos; así como prevenir, en la medida de lo posible, episodios de sudoración intensa o evitar rascarse la cabeza con asiduidad, al tratarse de un hábito que favorece la aparición de nuevas infecciones, empeorando la inflamación y creando nuevas lesiones en la piel.