Procesionaria, roedores y otras plagas del otoño. Aunque parezca que el verano es la estación por excelencia de las plagas, el otoño es un periodo en el que hay que tener especial cuidado
En primer lugar, porque con el cambio climático se están alterando los ciclos vitales de algunas plagas, por lo que no es inusual encontrar plagas propias del estío durante el otoño también. Y, en segundo lugar, porque con el otoño llegan el descenso de las temperaturas y las lluvias, lo que provoca que algunos animales buscan refugios mejor aislados o comida.
La multinacional especializada en control de plagas e higiene ambiental Rentokil Initial cuenta cuáles son las plagas más comunes de la época otoñal y los tratamientos más convenientes para combatir cada una de ellas.
Oruga procesionaria del pino
La procesionaria es una de las principales plagas forestales en España y es, a su vez, una plaga considerada un problema de salud pública debido a las reacciones alérgicas que producen, tanto a animales como a personas, los pelos urticantes que tienen. Estos pelos provocan irritación en la piel en forma de sarpullido o erupción, pero también puede producir irritación de los ojos y problemas respiratorios. Se considera una plaga otoñal porque, aunque sus huevos eclosionan durante el verano, no es hasta finales de septiembre y en octubre cuando comienzan a crear los bolsones. Y es, por tanto, en otoño cuando hay que realizar un tratamiento preventivo.
Para tratar la procesionaria del pino Rentokil Initial recomienda realizar un tratamiento con endoterapia en esta época otoñal, ya que sirve para evitar que la plaga se empiece a desarrollar. Este tratamiento consiste en inyectar en el tronco del pino un insecticida que se va absorbiendo y adhiriendo a la savia hasta llegar a las hojas de las que se alimenta la procesionaria.
Ratas y ratones
Los roedores son otra de las plagas presentes en otoño, especialmente en zonas donde no hay mucha higiene. Las lluvias propias de esta estación y la llegada del frio obligan a los roedores a salir de sus escondites en busca de un lugar mejor donde pasar el invierno y, como necesitan un lugar cálido y con alimentos, intentan entrar en casas, naves industriales o edificios de cualquier tipo.
Las ratas y los ratones pueden transmitir enfermedades como tuberculosis, salmonelosis, leptoriosis, la E. coli o la enfermedad de Weil. Por ello, es primordial detectar la plaga a tiempo para poder acabar con ella cuanto antes. A la hora de enfrentarse a una plaga de roedores se puede optar o por remedios caseros o por contar con una ayuda profesional. Comprar trampas puede resultar efectivo a medio plazo, pero si se quiere evitar que esta plaga vaya a más y que no se produzcan daños en la casa, con el mobiliario o con los cables eléctricos es necesario contratar una empresa profesional que emplee la tecnología y los tratamientos adecuados.
Las chinches
Las chinches son una de las tres plagas más comunes en España y su escondite favorito son los pliegues y las costuras de la cama. Si, por desgracia, se han traído chinches de las vacaciones y no las has detectado, en otoño se comenzará a sufrir sus efectos, ya que se habrán producido varios ciclos reproductivos. En este caso la higiene no tiene nada que ver, ya que se pueden encontrar chinches en cualquier tipo de alojamiento o casa, desde los sitios más limpios y lujosos hasta los albergues y apartamentos más humildes y, además, se trata de una plaga difícil de eliminar.
La señal más habitual que indica la presencia de chinches es encontrar pequeñas manchas de sangre en las sábanas, un olor característico, denso y desagradable, y, evidentemente, la presencia de chinches vivas en la cama. La apariencia de estas chinches es ovalada, de color marrón-rojizo, con patas gruesas y de un tamaño de entre cinco y siete milímetros.
Para acabar con las chinches es fundamental contar con ayuda profesional porque no hay remedios caseros lo suficientemente efectivos para eliminar definitivamente esta plaga. El tratamiento que un profesional emplee para eliminarlas puede ser con agentes químicos o no, pero estos tipos de tratamientos se tienen que decidir con base en el nivel de infestación y las características de la zona a tratar.