Ventajas y razones de la poda de árboles, por PODAS MANAGE

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Ventajas y razones de la poda de árboles, por PODAS MANAGE

No hay una regla general sobre cómo podar: cada árbol tiene sus propias características, hay que aprender a reconocer los diferentes tipos de ramas y brotes y saber cuáles son productivos, pero para cada árbol es diferente

Lo importante es realizar siempre un trabajo limpio, con herramientas afiladas y desinfectadas, para no dañar la planta.

La poda de árboles es sin duda una de las etapas más importantes para mantener un árbol sano. La capacidad productiva del árbol también depende en gran medida de esta intervención.

El otoño es un buen momento para podar, con la temporada de frío a la vuelta de la esquina y por tanto con los ciclos naturales cambiantes, hay que empezar a pensar en el cuidado de los árboles y las plantas de del jardín. Esto se debe a que la naturaleza tiene sus propios tiempos que hay que respetar.

Poda correcta

¿Por qué hay que podar los árboles? La poda es una operación fundamental en el jardín:

Si se hace correctamente, permitirá en primer lugar disciplinar la planta, dándole la forma y el tamaño adecuado.

En segundo lugar, puede mejorar la cosecha, tanto en términos de calidad como de cantidad.

La poda no es fácil, y una mano inexperta puede hacer mucho daño a la planta, pero con el tiempo y la experiencia se aprende.

Existen diferentes tipos de podas, pero la poda correcta depende de demasiados factores, muchos de los cuales difieren de una planta a otra, y no basta con enumerarlos en un libro para saber cómo aplicarlos.

A continuación, se exponen algunos criterios útiles para saber qué ramas cortar y cuándo hacerlo:

Consejos útiles para una buena poda

La mejor época para la poda es sin duda el otoño/invierno, más concretamente el periodo comprendido entre octubre y marzo.

En general, es mejor podar un árbol cuando ya no tiene hojas, que aportan a la planta sus nutrientes y la llenan de energía. Por eso es aconsejable esperar a que las hojas se hayan caído por completo, para que el árbol tenga suficiente energía para afrontar tanto el invierno como la poda. Además, si las ramas están desnudas, se podrán distinguir mejor las partes a cortar y podar el árbol con mayor precisión.

Es aconsejable podar el árbol después de que haya perdido sus hojas y antes de que vuelva a brotar, para no dañar las nuevas flores. También se recomienda podar a una temperatura superior a los 5 °C, ya que las heladas pueden dañar las ramas del árbol.

En cuanto a las ramas a cortar, hay que decidir qué ramas cortar: ¿es mejor cortar las ramas horizontales o las verticales? Esto depende del objetivo.

Las ramas horizontales crecen más lentamente, pero dan más frutos, mientras que las verticales crecen más rápido, pero son menos frondosas. Por lo tanto, si se pretende obtener una mayor cosecha, se recomienda podar principalmente las ramas verticales. Se recomienda podar todas las ramas que crezcan en direcciones poco naturales o demasiado cerca de otras ramas y eliminar los frutos podridos y las hojas viejas que aún estén adheridas al árbol.

Cortar siempre las ramas lo más cerca posible de la rama o el tronco principal. Esto evitará que los nuevos brotes de los viejos tocones crezcan en el árbol. Hay que tener cuidado de no desgarrar la corteza, lo que puede ocurrir especialmente cuando se podan ramas grandes y fuertes. Para no dañar la corteza, hay que adelgazar la rama serrando ligeramente por delante antes de cortarla.

La cantidad que hay que cortar depende del árbol y de las intenciones personales: si se quiere una mayor cosecha, no se querrá cortar demasiado. Si, por el contrario, se quiere que la madera vuelva a crecer más sana, entonces se puede podar un poco más.

Para dar forma al árbol, primero hay que decidir qué forma se quiere tener. A continuación, dibujar la forma actual del árbol y dibujar encima la forma deseada para ver si es realmente factible y qué partes del árbol hay que podar para crearla.

Después hay que destacar las ramas que hay que cortar utilizando cinta adhesiva o tiza para luego podar estas partes.

Las herramientas que deben utilizarse para podar los árboles son tijeras de podar y una sierra.

Los cinco axiomas de la poda

Realizar cortes limpios para facilitar la cicatrización de la herida y el desarrollo de nuevos tejidos; cuanto más rápida sea la cicatrización, menos probable será la penetración de hongos y bacterias.

Hacer el corte por encima de una yema o un nudo.

Recordar siempre que la máxima reacción vegetativa se manifiesta por el máximo vigor de las yemas apicales y las más cercanas al corte. Si el objetivo de la intervención es provocar un nuevo crecimiento, hay que cortar por encima de una yema que esté orientada en la dirección que se desea que tome la nueva rama.

Las ramitas y ramas superfluas deben cortarse en la base, es decir, en su punto de unión con otras ramas o con el tallo.

La poda de reforma varía mucho de una especie a otra. En general, las plantas leñosas se recuperan rápidamente si se podan las ramas del año anterior, mientras que sufren durante más tiempo si se cortan las partes más antiguas.

Los consejos

1) No podar nunca una rama de un año (manteniendo la yema terminal)

Consecuencia de recortar la rama de un año:

Desplazamiento de la vegetación hacia arriba.

Denudación de la parte inferior.

Pérdida de un buen grado de vigor.

2) Cortar la rama de más de un año:

Eliminar las ramas excesivamente vigorosas y erguidas situadas o dirigidas hacia el interior de la copa.

Retirar las ramas enfermas, deformadas o secas.

Dar a los órganos una buena distribución.

Técnicas de corte

Estudios experimentales recientes han aclarado la unión entre el tronco y la rama, que suele ser muy firme y distintiva. Se trata de una doble unión que proporciona fuerza y elasticidad a la planta y a cada una de sus ramas.

En la naturaleza, cuando una rama se seca por falta de luz, la separación entre la madera viva del tronco y el tejido muerto de la rama es muy visible.

Es necesario que la intervención del hombre siga también lo que ocurre en las situaciones naturales.

Por ello, es necesario cortar lo más cerca posible del cuello de la rama, sin dañarlo. Esto se debe a que el cuello contiene barreras químicas protectoras que se oponen naturalmente a los microorganismos. Al eliminar estas barreras, los cortes al ras o al ras facilitan la entrada de patógenos.

Además, el corte a ras daña directamente el tronco, provocando la formación de las llamadas zonas de barrera, que son puntos estructuralmente más débiles que pueden agrietarse o partirse más adelante.

Los beneficios de cubrir los recortes de poda con masillas "curativas" no están científicamente probados. El único sanador natural, que ha estado activo durante millones de años, es respetar el cuello y las barreras protectoras internas naturales. Cortar correctamente es la única arma disponible para ayudar al árbol a sanar.

En general, la poda debe realizarse durante el periodo en que las plantas están en reposo vegetativo; el mejor momento depende, por tanto, de la especie de planta y de las condiciones climáticas.

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