El CNOO, que cuenta con más de 7.700 colegiados ejercientes, reivindica la incorporación de los profesionales sanitarios ópticos-optometristas en la Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que supondría un ahorro de 70 millones de euros al año para la sanidad pública, según un estudio avalado por la SEO.
Además de mejorar la eficiencia del sistema y reducir las listas de espera, los ópticos-optometristas contribuirían a la prevención de la salud visual solucionando deficiencias refractivas y binoculares altamente prevalentes.
Con motivo del Día Mundial de la Visión, que se celebra cada año el segundo jueves del mes de octubre y en el que las organizaciones reclaman una mayor atención respecto a la salud visual, el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) hace un llamamiento a la población para utilizar los más de 10.000 establecimientos sanitarios de óptica existentes en España a su disposición con el objetivo de mantener la visión en óptimas condiciones.
Del mismo modo, el CNOO, que cuenta con más de 7.700 colegiados ejercientes, reivindica la incorporación de los profesionales sanitarios ópticos-optometristas en la Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que supondría un ahorro de 70 millones de euros al año para la sanidad pública, como indica un estudio avalado por la Sociedad Española de Optometría (SEO) y presentado en el 26° Congreso de Optometría, Contactología y Óptica Oftálmica.
"Nuestra formación, conocimientos y experiencia ayudarán a que, tanto en la Atención Primaria, como en los hospitales públicos y privados, donde realizamos funciones optométricas, se mejore la calidad del servicio. Esto garantizaría la satisfacción de los ciudadanos y mejoraría la calidad asistencial", afirma el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral.
Además de incrementar la eficiencia del sistema y reducir las listas de espera, los ópticos-optometristas "contribuirían a la prevención de la salud visual solucionando deficiencias refractivas y binoculares altamente prevalentes", añade Martínez Moral.
El papel preventivo del óptico-optometrista
"No hay que olvidar que la mitad de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con una detección temprana y el tratamiento correcto", explica el decano del CNOO. A través de un examen visual, el óptico-optometrista no solo es capaz de determinar si una persona padece algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que puede percibir una sospecha diagnóstica de posibles anomalías que afectan a la salud ocular, como cataratas, retinopatía diabética o deficiencias visuales, de las que no se es consciente, pero que pueden provocar una pérdida irreversible de la visión, refiriendo al paciente al especialista correspondiente.
Una jornada para concienciar sobre la salud ocular y la higiene visual
El Día Mundial de la Visión es una efeméride que forma parte de una iniciativa conjunta entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB). El objetivo es sensibilizar a la opinión pública sobre la ceguera y la discapacidad visual como grandes problemas de salud pública a nivel internacional y educar acerca de la prevención de la ceguera a través de los buenos hábitos visuales.
Este año, con una campaña que lleva por lema #LoveYourEyes (Ama tus Ojos), la meta es que más de un millón de personas se comprometan a hacerse un examen visual o a cuidar sus ojos. En base a lo que la IAPB define como 'las cuatro P para amar tus ojos' (prevenir, proteger, preservar y priorizar), el CNOO ha desarrollado una frecuencia de visitas a los ESO, en función del perfil de cada paciente, que ayudará a prevenir muchas enfermedades oculares, ya que muchos tienen el riesgo de sufrir una deficiencia visual que no está siendo compensada por desconocimiento.
Visitar al profesional óptico-optometrista al menos una vez al año en caso de que no se perciban síntomas que indiquen alguna afección.
Si se es consciente de algún problema ocular, lo recomendable sería acudir cada seis meses para evitar que este se agrave con el paso del tiempo y la edad.
Realizar un primer examen visual optométrico y oftalmológico cuanto antes durante la infancia.
Entre los 20 y los 40 años de edad se recomienda revisar la visión cada dos años, siempre que el problema no obligue a acortar ese plazo.
A partir de los 40 aumenta el riesgo de padecer disfunciones visuales, por lo que lo mejor es acudir al menos una vez al año.
En el caso de la población mayor de 55, donde se dan casos de presbicia y se es más propenso a sufrir problemas visuales como consecuencia de la retinopatía diabética, cataratas, glaucoma o degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una visita a tiempo ayudaría a detectar signos y síntomas de sospecha de estas patologías, por lo que habrá que aumentar la frecuencia de la visita en el año.