Por mucho que hayamos avanzado en las sociedades occidentales hacia la igualdad de género y los derechos laborales y sociales de mujeres y niñas, su situación en el mundo sigue sin ser igualitaria. En concreto en España, en muchos ámbitos profesionales aún se encuentran en desventaja con respecto a sus colegas masculinos, todavía hay profesiones no ‘conquistadas’ por el género femenino, y de momento, ninguna mujer ha llegado a presidenta del Gobierno. ¿Cómo se vive todo esto desde la universidad? ¿Qué podemos esperar para las generaciones del futuro?
Suele decirse que mientras existan días mundiales será porque todavía hay aspectos que reivindicar, recordar y mejorar en torno a los temas que tratan estas efemérides. Cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña, una fecha que pretende visibilizar los retos a los que se enfrentan las mujeres desde sus edades más tempranas, y las desigualdades de derechos y tratos que sufren por el simple hecho de serlo en muchos lugares del mundo. La educación es uno de los pilares fundamentales para conquistar la igualdad de género, de manera que puedan construir su futuro y su independencia al mismo nivel que los hombres. Pero según UNICEF, solo 2 de cada 5 niñas de todo el mundo completa la educación secundaria.
En España esta etapa es de enseñanza obligatoria, pero las verdaderas diferencias comienzan en ese punto de partida, y en la falta de referentes en profesiones consideradas ‘masculinas’ o en carreras técnicas que, posteriormente, les abrirán el camino de su vida laboral. Porque, aunque es cierto que cada vez se ven más mujeres taxistas, camioneras o policías, en las ingenierías y otras carreras técnicas sigue habiendo una importante brecha de género, a pesar de que las chicas son, en general, mejores estudiantes y obtienen mejores calificaciones en la etapa universitaria.
Esto lo comprueban cada día en el Centro Universitario U-tad, institución especializada en formación digital, entre los que se encuentran grados y posgrados técnicos y tecnológicos (como en realidad virtual, big data, física, matemáticas, ingeniería del software, animación, videojuegos y diseño digital). “Las universitarias aprueban de media el 82% de los créditos en los que se matriculan, 10 puntos más que los hombres, cuando además el número medio de créditos matriculados es superior en las mujeres. La nota media de su expediente es mejor que la de los hombres, y terminan la carrera en el tiempo previsto en mucha mayor proporción que sus compañeros (la diferencia es de casi 20 puntos porcentuales)”, explica su director de Admisiones, José García-Romero.
Las estadísticas indican que las mujeres son mayoría en las universidades, acaban en mayor proporción la carrera y abandonan menos los estudios obligatorios. Pero, curiosamente, la realidad es que se emplean menos que los chicos, no suelen estudiar carreras tecnológicas (vinculadas a una mayor empleabilidad) y están infrarrepresentadas en los claustros universitarios. Así lo recoge el informe ‘La igualdad en cifras’ publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.
“Somos más persistentes, solemos organizar los equipos de trabajo en las aulas de manera más metódica, somos más sociales, hablamos y empatizamos más con los compañeros. Es curioso que, con una capacidad tan organizativa, de trabajo multitarea y de habilidades sociales, luego no se valore en lo profesional y veamos a muchas menos mujeres directivas que hombres”, se lamenta Laura Raya, ingeniera informática y directora de los posgrados en Realidad Virtual en este Centro Universitario.
Y no solo eso, las orientaciones profesionales siguen sin ser equiparables: mientras las chicas son mayoría en Ciencias de la Salud (70,3%), Artes y Humanidades (61,6%) y Ciencias Sociales y Jurídicas (59,8%), no sucede lo mismo si miramos a carreras consideradas “más técnicas”, como Ingeniería y Arquitectura, donde se reduce la presencia femenina hasta el 24,8%, es decir, 34 puntos por debajo de la media nacional.
Para Vanessa Ruiz, arquitecta y coordinadora académica del Grado en Diseño Digital en U-tad, “el problema fundamental no es que haya áreas o profesiones en que las mujeres no estén presentes, sino el porcentaje en que lo están. Es un hecho probado que hay menos chicas cursando carreras relacionadas con ingeniería, informática, industria, construcción, electrónica o el sector del automóvil porque socialmente son áreas asociadas al sexo masculino, y esta mentalidad es la que hay que cambiar”.
Y no se trata de que ellas no quieran o no se sientan atraídas por este tipo de profesiones, sino que muchas veces existe un componente ‘histórico’ de fondo. “Muchas chicas que se plantean iniciar una ingeniería o una carrera tecnológica se preguntan si serán capaces, si el aprendizaje ‘tan de ciencias’ realmente les abre puertas y les habilita para trabajar en cualquier ámbito o, por el contrario, las convierte en ‘reos de biblioteca o de laboratorio’. Eso hace que el número de alumnas en las titulaciones científicas y tecnológicas en la Universidad no haya crecido al ritmo que lo hace la demanda de mujeres en puestos científicos y tecnológicos en todos los sectores y ámbitos”, explica Mar Angulo, matemática y coordinadora académica del Doble Grado en Ingeniería del Software y Matemática Computacional en esta universidad.
Aunque lentamente, en algunos casos, sí se están apreciando avances en el ámbito de la igualdad. “La ruptura de ciertos esquemas y tabúes con respecto a la identidad de género hace que los roles sean cada vez menos diferenciados, y aunque se siguen encontrando grandes sesgos en diversos sectores, se ha visto de manera cada vez menos excepcional el ejercicio por parte de mujeres de profesiones que tradicionalmente eran ocupadas por hombres”, sostiene Beatriz M. Pabón, doctora en Física y profesora en el Doble Grado en Ingeniería del Software y Física Computacional en U-tad.
Es labor y responsabilidad de la sociedad, de las familias y de los educadores, en todas las etapas, enseñar y sensibilizar en el respeto y en la igualdad de trato y oportunidades, porque un mayor conocimiento garantiza una mejor elección. Es fundamental ofrecerles información precisa para desterrar falsos mitos o ideas que puedan alejar a las chicas de determinados ámbitos como la ciberseguridad, la ingeniería, la programación o la física.
El Centro Universitario U-tad fomenta la incorporación de las chicas en sus áreas STEM a través de becas específicas para ellas. Pero lo más importante es la presencia de referentes en sus campos, pues cuantas más mujeres tengan como modelo, mayor será el efecto llamada. Creer en sí mismas y en sus capacidades, es el mejor consejo que les podemos ofrecer, el resto llegará solo.