La Región de Murcia promociona la Capital Española de la Gastronomía 2021 y todo su potencial culinario en Valencia. El director general del Instituto de Turismo (Itrem), Juan Francisco Martínez, participó hoy en el acto de presentación de la Región de Murcia y su proyecto gastronómico en el telar de Miguel Martí, en Valencia, ante periodistas y profesionales del sector.
Durante la jornada, el chef del restaurante Cabaña Buenavista, Pablo González, con dos estrellas Michelin y tres Soles Repsol, ofreció un menú degustación para los asistentes conformado por 10 tapas elaboradas con productos del mar, del interior y de la huerta murciana, maridado con vino de las Denominaciones de Origen de la Región de Murcia (Bullas, Jumilla y Yecla).
La actividad forma parte del ciclo de presentaciones que la Región está llevando a cabo por distintas ciudades de España con el objetivo de demostrar que es una de las comunidades autónomas más importantes del país a nivel culinario, preparada para hermanarse con otras grandes comunidades gastronómicas del país para atraer turistas, usando como reclamo la riqueza de los '1.001 Sabores'.
Tras las presentaciones, estos meses, en Madrid, Bilbao, Santander, Gijón, Alicante y Valencia, estas continuarán en Albacete y Almería.
El director del Itrem señaló que la Capitalidad Española de la Región de Murcia 2021 constituye una "herramienta fundamental para consolidar la Región como un destino gastronómico de primer nivel, así como para apoyar al sector hostelero". Actualmente, subrayó, "ocho de cada diez turistas que vienen a la Región reconocen que una de las principales motivaciones por las que nos visitan es precisamente la gastronomía".
Almuerzo 1.001 Sabores
El almuerzo ofrecido por Pablo González-Conejero comenzó con sushi elaborado con atún rojo Ricardo Fuentes, procedente de los viveros de la Región de Murcia y varios quesos murcianos D.O.P, para continuar con un Mars de hueva de mújol y un pescado de la encañizada en escabeche de zanahoria.
También se degustó el tradicional caldero de dorada y langostino del Mar Menor. Algunos pequeños bocados que también pudieron probar los invitados fueron el marmitaco de morrillo de atún rojo, sobre una hoja de shiso en forma de taco o un mollete de cabrito lechal, relleno de chapinas (mollejas).
El campo de crucíferas o los gazpachos del Altiplano continuaron este recorrido gastronómico que se completó con el chato murciano (el cerdo autóctono), con su carrillera y papada. La degustación finalizó con el café típico de la zona de Cartagena, el Asiático, pero en forma de postre con diferentes texturas: cremoso, helado y gelatina.