La start-up ya da empleo de forma directa a 100 personas y ha generado más de 2.500 posiciones para cuidadores para las familias Qida

La calidad del servicio ha seguido aumentando, con un 4.9 / 5 en valoraciones por parte de sus familias

En tan solo tres años, la start-up Qida, dedicada a la atención domiciliaria integral, ha atendido a más de 3.000 familias y genera más de 1.500.000 euros de ventas brutas mensuales, consiguiendo mantener siempre un alto nivel de calidad.

La compañía cerró 2020 con una facturación bruta de más de diez millones de euros y las previsiones indican que en 2021 esta puede crecer un 250%. Ambas cifras suponen un significativo aumento con respecto a la cifra alcanzada en 2019, cuando sobrepasó ligeramente los cuatro millones de euros. El equipo de Qida ha crecido al mismo ritmo que su evolución en ventas, llegando este mes de septiembre a las 100 personas.

Asimismo, en relación con el crecimiento continuado de la demanda de sus servicios,

Qida ha abierto puestos de trabajo para más de 500 cuidadores y cuidadoras durante el verano con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida y el bienestar de los pacientes crónicos y personas mayores que confían en esta empresa de marcado impacto social.

Un crecimiento continuado, aumentando la calidad del servicio

Entre las causas de este crecimiento significativo, tanto económico como de equipo humano, se encuentra la llegada de Qida al País Vasco y la consolidación de su presencia en la Comunidad de Madrid.

Esta expansión por el territorio nacional se ha realizado aumentando la calidad del servicio y con un nuevo modelo de atención domiciliaria que combina tres aspectos clave: primero, un cuidado y seguimiento continuado, experto y de calidad por medio de un/a trabajador/a social y de un/a cuidador/a; en segundo lugar, la recogida de los datos del paciente y una actuación proactiva, juntamente con el sistema sanitario, es decir, convertirse en los ojos del sistema público y privado en el hogar; y tercero, ofrecer una cobertura de servicios integrales y tecnológicos que permitan, por un lado, detectar y anticiparse a posibles descompensaciones, y por el otro, mantener informado tanto a las familias como a los/las trabajadores/as sanitarios/as.

El gran objetivo de Qida es posicionarse como la empresa de atención domiciliaria de mayor calidad de servicio del mundo y la implementación de este modelo de atención implica un enfoque poner el foco en mantener una atención de calidad centrada en las necesidades de cada persona, reforzando sus capacidades y fortalezas y poder ofrecer servicios personalizados en función de las necesidades concretas de cada persona..

Asimismo, Qida tiene en su ADN el objetivo de devolver el estatus social del colectivo cuidador defendiendo unas condiciones laborales justas, recomendando un salario un 7% superior a la media del sector y en un 85% de los casos, contratos indefinidos.

Acuerdos con “Adeslas es más”, DKV y QuirónSalud

En el primer semestre de 2021, Qida ha cerrado sendos acuerdos con las compañías de seguros Adeslas y DKV, para que sus usuarios puedan disfrutar de una asistencia completa que integre tanto los cuidados en el hogar, así como un seguimiento personalizado y profesional, a precios diferenciales.

El objetivo de los acuerdos es facilitar el acceso a una solución de atención domiciliaria de calidad, dando respuesta a aquellas familias que deseen residir en el domicilio consiguiendo estar más días con más salud en el domicilio (a día de hoy +95% de las personas prefieren residir en el domicilio).

Por otro lado, Qida se ha aliado también con el mayor grupo hospitalario del estado: QuirónSalud. Gracias a este acuerdo, ha presentado QDoctor24, una nueva innovación, que permite a las familias que confían en Qida la atención telefónica inmediata para consultas de salud con un equipo profesional de QuirónSalud.

La atención domiciliaria: un sector en auge

Qida opera en el sector de la atención a la dependencia en el domicilio, en clara expansión. Crece al 8% anual, empujado mayoritariamente por el envejecimiento, la cronificación de las enfermedades y la creciente voluntad de las personas mayores de vivir y finalizar sus días en casa. En España viven 1,2 millones de personas dependientes. Se calcula que esta cifra ascenderá a 1,5 millones en 10 años llegando a un tercio el número de españoles con más de 65 años en 2050.

En palabras de Oriol Fuertes, CEO de la compañía: “Ciertamente, ha habido un incremento de la demanda con motivo de la pandemia.. Nosotros hemos doblado la demanda desde marzo. Crecemos un 50 % al trimestre. El número de personas que nos llaman es el mismo, pero cambia de los que llaman, cuántos compran, la conversión. Eso sí ha aumentado mucho, quizás por situaciones más urgentes”.

El punto diferencial de Qida es la calidad del servicio de atención domiciliaria y la apuesta por el seguimiento continuado a la familia que realizan a través del rol del o la Referente Social y la tecnología.

Desde su puesta en marcha, la compañía ha logrado casi siete millones de euros de financiación privada. Qida cerró su primera ronda de financiación, de 1,2 millones de euros, en 2018. En ella participaron Equity4Good, el vehículo gestionado por Ship2B, y BStart-up, vehículo de inversión semilla de Banco Sabadell.

La compañía cerró su segunda ronda de financiación, de 3,6 millones de euros, en junio de 2020 y estuvo liderada por Creas, gestora nacional centrada en inversión de impacto. A la ronda se sumaron los fondos Equity4Good, el vehículo gestionado por Ship2B, y el Fondo Bolsa Social. Por otro lado, Qida ha recibido apoyo financiero por importe de 1,3M€ en la Convocatoria Fondo SAADSS en 2021.

Recientemente, Creas recibió el premio a la Mejor Iniciativa de Impacto en la última edición de los Premios al Capital Privado (ASCRI) por haber invertido en Qida. Un galardón que reconoce el crecimiento acelerado de la compañía (X3 en 12 últimos meses), pero sobre todo el cómo construye una atención domiciliaria diferente: de base tecnológica, humana, personalizada, proactiva e integrada con un modelo que aporta calidad de vida a los usuarios, estabilidad y condiciones laborales justas al colectivo cuidador y ahorro al sistema sanitario y social.