Después de un largo verano llega septiembre, la vuelta al cole y con ello, volvemos a retomar nuestras rutinas de horarios, colegios y actividades extraescolares.
Hasta hace poco, la oferta de extraescolares estaba muy limitada debido a la situación sanitaria. Pero este año nos podemos encontrar una larga lista de actividades que los alumnos pueden hacer una vez finalizada su jornada escolar. Actualmente, y con la vida frenética que llevamos, se ha olvidado el principal cometido de estas actividades: despejar y hacer disfrutar a los niños después del colegio. En cambio, muchos padres las necesitan para conciliar la vida familiar con el trabajo. Por ello, Pilu Hernández Dopico, maestra, formadora de formadores y CEO de El Pupitre de Pilu, abre este debate.
La experta en educación tiene una posición clara respecto a este tema: "Muchas veces las actividades extraescolares se utilizan para conciliar la vida familiar, más que para la actividad en sí. No hay inicio de curso sin encaje de bolillos para la conciliación y por ello, muchas familias tiran de este tipo de actividades".
Este problema se presenta a los padres año tras año. En ocasiones, es necesario que los niños tengan actividades todos los días porque el horario laboral de sus padres no se acopla con el suyo. Hay que tener en cuenta que los niños pasan muchas horas en el colegio y que recargarlos con estas actividades puede ser perjudicial. "No es normal que niños de infantil y primaria tengan actividades todos los días, porque llegan a casa tarde y cansados y se tienen que poner a hacer los deberes. Al final, lo que estamos haciendo es saturarlos. Tenemos que conseguir que de una vez por todas que haya una conciliación real", explica Dopico.
A la hora de elegir las extraescolares es muy importante fomentar y reforzar cualidades innatas. Por esto, Hernández Dopico añade: "Deberíamos reflexionar sobre si no nos estaremos pasando con tanta clase después del colegio. Para hablar de este tema tendremos que diferenciar por edades, porque no es lo mismo los alumnos de infantil, primaria y primer ciclo de la ESO, que los estudiantes de segundo ciclo y bachillerato. En el primer caso, aunque los niños vayan más flojos en una asignatura que en otra, las extraescolares deberían de enfocarse en sus fortalezas. ¿Por qué no apuntarle al conservatorio, a clases de cocina o gimnasia rítmica si se les da bien?". Además, la opinión y las necesidades del niño también deberían de estar en primer lugar. "No existe la actividad extraescolar perfecta, varía según las necesidades y gustos de cada niño. Si le gusta estar activo, una actividad física le beneficiara, además, si tenemos en cuenta que se pasan más de cinco horas sentados todos los días."
Y la experta concluye, que hay que consultar con los hijos qué actividades extraescolares le gustaría hacer y también hablar con los centros por si pueden dar alguna recomendación concreta a cada niño. Y termina recalcando: "desde aquí un llamamiento a las familias, a los niños lo que realmente les gusta es ir a jugar con sus amigos después del cole, como a nosotros nos gusta quedar con los nuestros".
