Tras la cirugía, se recomienda no exponerse a la radiación solar y no practicar deportes de alta intensidad
Actualmente, el 60% de los hombres y el 30% de las mujeres de nuestro país padecen alopecia o pérdida de densidad capilar, unos datos que han llevado a que los trasplantes capilares en España se encuentren en auge y se hayan convertido en una intervención que no entiende de géneros. Por ello, los expertos de la clínica de medicina capilar MC360 indican las principales pautas que los pacientes deben seguir durante el proceso preoperatorio y postoperatorio de un injerto capilar.
En primer lugar, cabe recalcar que esta intervención es permanente, ya que el cabello injertado no estará afectado por la alopecia androgénica. Sin embargo, existen determinados factores como el estrés, antecedentes familiares o cambios hormonales, que pueden provocar la caída del pelo nativo; por lo que los pacientes podrán optar por tratamientos de mantenimiento como el PRC (Protocolo de Redensificación Capilar) o el PRP (Plasma Rico en Plaquetas), complementarios una vez realizado el injerto capilar.
Preoperatorio y cirugía
En lo que respecta al preoperatorio, los especialistas de MC360 recomiendan no consumir alcohol ni tabaco una semana antes de la cirugía, ya que "la nicotina interfiere en el proceso de cicatrización y puede provocar infecciones". Asimismo, se aconseja prescindir de la teína o la cafeína en este mismo periodo, así como la comida picante o el jengibre.
Por otro lado, si el paciente toma fármacos como el Minoxidil, deberá suspender su ingesta 15 días antes de la intervención, aunque otros como el Finasteride se pueden llegar a consumir hasta el mismo día. "Generalmente, medicamentos o fármacos con aspirina, antiinflamatorios o vitamina E o B deben suspenderse. En el caso de anticoagulantes o antiagregantes, así como fármacos con nitrato, antidepresivos de la familia MAO, será un médico quien valore su suspensión", explican desde MC360.
Además, en el caso de tener canas, será necesario teñirlas antes de la cirugía, ya que éstas dificultarán el proceso de extracción e implante, al ser prácticamente imperceptibles. Sin embargo, los tintes para el cabello deben evitarse aproximadamente dos meses después de realizarse el injerto capilar.
La cirugía, por su parte, conlleva una duración de entre seis y ocho horas y se trata de un procedimiento indoloro que no requiere hospitalización, por lo que los pacientes podrán marcharse a casa tras someterse a la misma, evitando la radiación solar y no practicando deportes de alta intensidad durante el primer mes.
Postoperatorio
Tras la cirugía, será necesario que el paciente duerma incorporado haciendo uso de una almohadilla. En caso de sufrir picor en la zona afectada, "se puede aliviar aplicando agua termal en spray en la zona del injerto cada hora a una distancia mínima de 15-20 centímetros", recomiendan desde MC360.
En cuanto a los lavados, cabe destacar que "no se puede tocar ni manipular la zona de los injertos, por lo que para enjabonarse se deberá aplicar la espuma del champú suavemente sobre ellos durante 2 minutos aproximadamente. Una vez pasados los siete días de la intervención, los injertos se lavan presionando suavemente la yema de los dedos para facilitar el desprendimiento de las costras de la zona receptora".
En cualquier caso, como con cualquier cirugía, debemos tener paciencia, ya que los resultados no se empezarán a apreciar hasta pasados seis meses y será al año cuando podrá evidenciarse el crecimiento y el volumen total del cabello. Además, cabe recalcar que, entre dos semanas y mes y medio después de la intervención, sucederá el efecto Shock Loss, un proceso que ocurre a causa del trauma que sufre el cuero cabelludo durante el injerto capilar, en el que el pelo se cae pero la raíz del folículo se mantiene intacta; por lo que el cabello volverá a crecer una vez que transcurra esta fase.