La factura electrónica sigue sin calar en las empresas de Ceuta y Melilla en el primer año de la pandemia

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La factura electrónica sigue sin calar en las empresas de Ceuta y Melilla en el primer año de la pandemia

Las empresas ceutíes y melillenses representaron en 2020 tan solo el 0,24 % de todas las empresas emisoras de facturas electrónicas en España y el 0,01 % de los documentos emitidos, registrando en ambos casos el volumen más bajo de emisión de facturas electrónicas del país

“Todavía queda recorrido por delante para las empresas ceutíes y melillenses, que pueden beneficiarse mucho más de las ventajas económicas, medioambientales y operativas que ofrece la factura electrónica”, comenta Alberto Redondo, director Marketing & Mass Market de SERES

El uso de la factura electrónica en España evitó 1.868 millones euros en costes de gestión y un uso de papel equivalente a 12.960 pinos, además de ahorrar un tiempo en horas de trabajo equivalente a 515 años laborables

SERES, compañía pionera y especialista en Intercambio Electrónico seguro de Documentos, ha publicado en su “Estudio comparativo del uso de la factura electrónica en España” un análisis de la evolución del uso de la facturación electrónica en Ceuta y Melilla y en el resto de Comunidades Autónomas, así como en los distintos sectores de actividad en España entre 2019 y 2020.

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El informe destaca que en 2020, un año marcado por el estallido de la crisis sanitaria derivada de la pandemia, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla siguieron a la cola en cuanto a uso de la factura electrónica en España pese a las ventajas económicas, operativas y medioambientales que ofrece como solución digital. Concretamente, las empresas de Ceuta y Melilla suponen el 0,24 % de todas las empresas emisoras de facturas electrónicas a nivel nacional en 2020, presentando apenas un incremento del 0,01 % respecto al dato de 2019. Se trata del volumen más bajo de empresas emisoras de e-facturas del país.

En lo que respecta a la recepción de facturas electrónicas, las empresas de Ceuta y Melilla se sitúan también en el último puesto de la tabla al representar solo el 0,27 % del total de empresas receptoras a nivel nacional, aunque registrando en este caso un incremento del 0,4 % respecto al año anterior, en línea con una cierta tendencia al alza que las ciudades autónomas vienen registrando en los últimos años.

En el ranking general por comunidades autónomas, sumando todos los ámbitos de intercambio de facturas electrónicas (B2B, B2C y B2G), Ceuta y Melilla siguen presentando el volumen de emisión de facturas electrónicas más bajo de España con el 0,01 % del total. En cuanto a la recepción de e-facturas, Ceuta y Melilla recibieron solo el 0,02 % de los documentos. En ambos datos se ha producido un aumento de una centésima en términos anuales, probablemente como consecuencia del aumento del 16,6 % que registró el uso de la factura electrónica en el conjunto de España en 2020.

En palabras de Alberto Redondo, director de Marketing & Mass Market para Iberia y Latam de SERES: “Es cierto que Ceuta y Melilla muestran cada año unos datos que corresponden a su peso en el tejido empresarial español. No obstante, esto no significa que la factura electrónica esté tan implantada en las ciudades autónomas como podría. Todavía queda recorrido por delante para las empresas ceutíes y melillenses, que pueden beneficiarse mucho más de las ventajas económicas, medioambientales y operativas que ofrece la factura electrónica, además de ser una herramienta de gran utilidad en sus relaciones comerciales con la península”.

El estudio de SERES estima que uso de la factura electrónica en 2020 permitió el ahorro de más de 1.868 millones euros en costes de gestión y evitó un uso de papel equivalente a 12.960 pinos, ahorrando además un tiempo en horas de trabajo equivalente a 515 años laborables.

Datos nacionales

A nivel nacional, el Estudio refleja que el volumen total de facturas electrónicas emitidas en España en 2020 (sumando los ámbitos B2B, B2G y B2C) ascendió a 240.731.047, lo que supone un incremento del 16,60 % con respecto a 2019 y 34.266.994 facturas electrónicas más. La Comunidad de Madrid registró el mayor volumen de emisión de facturas electrónicas con el 36,81 % del total, seguida de Cataluña con el 27,27 % y Andalucía con el 10,54 %.

El sector servicios encabeza el uso de la factura electrónica con el 61,78 % de los documentos emitidos y el 77,17% de los recibidos, representando el 55,88 % de las empresas emisoras y el 58,52% de las receptoras. En segundo lugar se encuentra la industria, con el 27,81 % de los documentos emitidos y el 28,07 % de los recibidos. Este sector comprende al 41,80 % de las empresas emisoras y al 36,68 % de las receptoras. En el sector primario se encuentra en último lugar, representando el 0,46 % de los documentos emitidos y el 0,54 % de los documentos recibidos. Tan solo un 1,19 % de las empresas emisoras y un 1,57 % de las empresas receptoras de facturas electrónicas pertenecen a este sector.

La pequeña empresa lidera el uso de la factura electrónica con el 34,78 % de las emisiones totales y el 32,09 % de las recepciones. La mediana empresa, por su parte, representa el 34,02 % de las emisiones de e-facturas y el 25,11 % de las recepciones. Le sigue la gran empresa con el 15,78 % de las emisiones y el 13,65 % de las recepciones, mientras que la microempresa emite el 15,42 % de las facturas y destaca por recibir el 29,15 % del total.

Las claves: pandemia, transformación digital y obligatoriedad en Europa

El estudio detalla que la crisis sanitaria del Coronavirus explica, en parte, el auge de los servicios de facturación electrónica registrado en 2020, siendo especialmente relevante su crecimiento en las transacciones entre empresas. En un contexto que ha obligado a reducir la presencialidad en las relaciones comerciales, la firma y la factura electrónica han tomado una importancia significativa, sirviendo incluso como primer paso para la digitalización total de muchos negocios.

Además, el 18 de abril de 2020 se hizo obligatoria la recepción de las facturas en formato electrónico de todas las entidades y organizaciones no centrales de las Administraciones Públicas de los países que integran Unión.

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