Es a mediados de abril cuando se inicia este espectáculo bello y efímero en el Valle Venosta que estos días alberga la floración de sus manzanos, Miles de árboles se cubren del blanco y rosa de las flores que después se convertirán en las sabrosas frutas
Manzanas Val Venosta es uno de los primeros productores de manzanas de Europa, líder en la aplicación de técnicas de cultivo naturales. Con motivo de la floración, un período breve y trascendente en el que se define la cosecha potencial del año, ha querido recordar en qué consiste este fenómeno tan importante para sus cultivos descubriendo algunas incógnitas sobre este fascinante espectáculo de la naturaleza, para que así el consumidor conozca todo lo que hay detrás de una sabrosa manzana, del campo a la mesa.
Cada primavera, entre mediados de abril y principios de mayo, se produce un fenómeno natural. La floración es uno de los momentos clave para la producción de manzanas, los paisajes cambian y arranca de nuevo el ciclo para las más de 1.700 familias que se agrupan en las cooperativas de Val Venosta. Durante este proceso los huertos, de lo que se conoce como el Paraíso de las Manzanas, ya no son terrosos, sino blancos y rosados, el aire se perfuma delicadamente y los pájaros cantan en las ramas. La primavera y la vida resplandecen en los campos de este valle alpino.
Empieza este descubrimiento fijando la vista a la impactante estampa que forman los 20 millones de árboles situados al pie de los Alpes, más de 5.200 hectáreas llenas de manzanos cubiertos de flores, junto a matorrales y construcciones de piedra donde se cobijan insectos, reptiles y pequeños mamíferos que ayudan al equilibrio natural, contribuyendo a la polinización y a la biodiversidad. Estos son los enigmas de la floración que desvela Manzanas Val Venosta:
¿Cuándo empieza?
El Paraíso de las Manzanas rebrota cada primavera con la llegada de la floración, un momento de esplendor efímero que contiene la esencia de esta zona. El día exacto de abril, cuando se abren los primeros brotes, cambia de año en año. Sin embargo, los más de 1.700 agricultores de Val Venosta como atentos observadores siempre logran predecir el inicio de la floración de sus manzanas. Si el invierno ha sido frío y seco, la floración del manzano tiende a retrasarse, pero si ha sido templada y húmeda, llegará pronto. Las temperaturas suaves hacen que las flores broten en primavera.
¿Cuántas flores se convierten en manzanas?
Con las primeras floraciones, los agricultores de Val Venosta viven con ilusión el inicio de la campaña esperanzados, pero para la predicción exacta de la cantidad y calidad de la cosecha hay muchos factores en juego. El clima favorable, el invierno húmedo y la primavera soleada, y la fertilización del suelo hacen que maduren más manzanas. Las heladas durante la floración y las enfermedades, por otro lado, reducen el rendimiento. El éxito de la cosecha también depende de la diligencia de las abejas y otros insectos polinizadores.
¿Por qué la escarcha resguarda de las heladas?
En primavera, las heladas son uno de los principales riesgos para los cultivos. Por la mañana se pueden ver las delicadas flores de manzano del valle cubiertas por una brillante capa de hielo. Pero no se trata de una helada que pueda dañar el cultivo, sino todo lo contrario. Esta fina capa de hielo es el resultado de una técnica natural y de protección contra las heladas, la irrigación antihelada, que protege las flores de temperaturas demasiado bajas. En las noches frías, el agua se congela formando una fina capa de hielo, por debajo de la cual la temperatura se mantiene constante. Protegidas del hielo, las flores son seguras y pueden convertirse en frutas deliciosas.
¿Por qué son tan importantes los insectos?
Las abejas, abejorros e insectos similares son indispensables para los manzanos, porque llevan el polen de una flor a otra, lo que permite la fertilización, sin la cual ni una fruta maduraría. Una abeja puede polinizar 4.000 flores al día. Algunos agricultores albergan grandes panales en sus campos de manzanos. Al hacerlo, aseguran suficientes polinizadores en el momento de la floración, y los pequeños ayudantes son recompensados â€?â€?con el dulce néctar de las flores. Una vez más los agricultores utilizan técnicas de producción integrada que combinan la mejor ubicación, el uso reducido de fitosanitarios, el buen cuidado de los huertos y el control natural de las plagas, para garantizar a los consumidores manzanas sabrosas y de alta calidad en septiembre. Un ejemplo de respeto por la tradición y el medio ambiente.