Todos los vehículos de motor de gasolina tienen que contar con una bujía. Tanto si la mecánica apasiona, como si no, hay que tener unas nociones básicas sobre tipos de bujías en el caso de que el vehículo sufriera alguna avería o, simplemente, hubiera que cambiarlas por su propio desgaste. Aquí va una guía básica sobre tipos de bujías
Las bujías son elementos son imprescindibles para que el coche pueda rodar. Su función principal es producir una chispa que produce la explosión de la mezcla de carburante y aire en la cámara de combustión. Son las responsables de encender la mezcla y que haya movimiento de trabajo. Al ser tan importantes en la mecánica general del vehículo, es imprescindibles revisarlas y cambiarlas cuando comienzan a desgastarse. Por eso, hay que conocer sus diferentes tipos y saber diferenciarlas para hacer un correcto sustituimiento.
La chispa eléctrica que se genera para prender la mezcla de carburante lo hace a través del electrodo. Pero los electrodos no son la única parte imprescindible de la bujía. También se diferencia por su tipo de asiento: cónico o plano de arandela. Además, toda bujía tiene un rango térmico, o en otras palabras, si es una bujía fría o una bujía caliente.
Empezando por los electrodos, existen 3 tipos, en función del material con el que esté construido la bujía. Estos son 3:
Cobre. Este material tiene una muy buena conductividad, que ejerce menos resistencia al paso de la corriente. Además, tiene muy buena durabilidad, hasta 25000 km.
Iridium. No tienen tanta conductividad de corriente pero tiene una mayor durabilidad que las de cobre, hasta 100000 km. Por ello, su precio es superior.
Platino. Al igual que las de Iridium, tienen menos conductividad para que sean más resistentes a su desgaste, duran hasta 100000 km y su precio también es más elevado.
Sin embargo, hay otro factor tan importante como el material del electrodo, y es el grado térmico de la bujía. Es la capacidad de la bujía de disipar el calor. Éstas deben trabajar con una temperatura comprendida entre los 450 y 800 grados. Si se trabaja por debajo de estas temperaturas, no va a eliminar bien el carbón de la combustión.
Tienen un componente cerámico, el aislante del electrodo. En las bujías calientes hay poco material aislante en contacto con el metal de la bujía. En la bujía fría hay más superficie de contacto que ayuda a disipar el calor. Por ello, el aislante cerámico transmite el calor al cuerpo metálico de la bujía y después a la cabeza. De este modo, se escogerán bujías más frías en motores modificados.
Ahora, algunas recomendaciones:
Numerar todas las bujías antes de sustituirlas para que, cuando se desgasten, sea más fácil reconocer cuál fallaba.
Antes de instalar una bujía de cobre es necesario calibrarla. Puedes elegir un medidor estilo navaja, moneda o de alambre.
Las bujías de platino o iridium no necesitan calibración.
Utilizar la punta del revestimiento de un cable de bujía para colocarla en su lugar, ya que aporta más distancia y resulta mucho más sencillo instalarlas.