La nueva situación tras la emergencia sanitaria ha supuesto un aumento de la demanda de este tipo de proyectos en todos los sectores. Javier Goñi, director de Nuevo Sistema Modular (NSM), destaca el buen momento de la construcción modular y cómo con la crisis sanitaria se ha disparado el interés debido a las ventajas que ofrece este modelo. La vivienda modular es una de las líneas que más está. Gracias a estos nuevos proyectos la empresa navarra tiene comprometida su producción hasta después del verano
a situación de emergencia sanitaria ha cambiado la forma en que se vive y se trabaja, y también en lo que respecta a la forma de construir. Si hace una década la construcción modular era un gran desconocido para la mayoría del público, ahora cada vez son más, tanto entre particulares como entre administraciones y empresas, quienes acuden a este tipo de soluciones. El sistema de construcción modular conlleva una serie de importantes ventajas en términos de flexibilidad, tiempos y calidad respecto a la construcción tradicional.
Javier Goñi, director de NSM, explica que la irrupción del COVID19 ha puesto en evidencia una serie de nuevas necesidades tanto para espacios de trabajo como para viviendas particulares. Las exigencias en cuanto a medidas sanitarias y ventilación son mayores tras la pandemia. “También vemos cómo los clientes están empezando a valorar más conceptos como la flexibilidad, la rapidez en el montaje, la versatilidad a la hora de diseñar o la posibilidad de ampliar el tamaño de los edificios y la posibilidad de trasladar el edificio a futuro. Se busca esa flexibilidad, pero también fiabilidad y certidumbre, con el foco puesto en una rápida recuperación de la inversión, en que no haya desviaciones en costes o en la fiabilidad en los plazos. Todo eso te lo da la construcción modular”, resume Goñi.
Desde NSM han comprobado cómo la situación de emergencia sanitaria ha tenido un impacto muy desigual en los sectores vinculados a los proyectos modulares. Mientras que el sector de la restauración ha sufrido una paulatina ralentización, otros sectores han aumentado su demanda, especialmente en el ámbito de la sanidad, educación, industria y energías renovables.
La vivienda modular, la nueva tendencia
NSM, empresa ubicada en Navarra con más de 20 años de experiencia en construcción modular industrializada y off-site, ya apostó por la vivienda modular antes de la crisis sanitaria, pero ha sido ahora cuando han dado un salto con el desarrollo de 4 nuevos proyectos previstos solo para este año. Desde NSM apuntan a que “sobre todo desde que comenzó la pandemia, se ha disparado el interés por las ventajas que ofrece este tipo de construcción”.
“Muchas personas están empezando a pensar de forma diferente en el tipo de vivienda que quieren: buscan viviendas eficientes energéticamente, más espaciosas y con diseños adaptados a sus necesidades. En este sentido, la construcción modular tiene mucho que ofrecer. Es un sistema en el que la innovación no cesa y el cliente es cada vez más consciente”, señala Goñi.
Construcción a medida, ecológica y eficiente
La construcción modular es sinónimo de calidad, rapidez, eficiencia y personalización. Muy alejado de etiquetas como la de construcción low cost, con la que en ocasiones se asocia. Desde la empresa apuntan a que todavía existe un punto de confusión respecto a qué supone la construcción de vivienda modular. Muchas personas lo vinculan con una solución habitacional de bajo coste cuando no es así. “La vivienda modular es una vivienda que apuesta por la calidad, la eficiencia energética y medioambiental y las soluciones a la medida de cada cliente. Y eso tiene un coste”, incide Goñi.
Construcción modular en el sector empresarial y en obra pública
Más allá del ámbito de vivienda particular, la tendencia positiva de las soluciones modulares en la industria y la obra pública se sigue consolidando. Entre las empresas y administraciones sí existe un conocimiento mayor de todo lo que aportan este tipo de soluciones. Prueba de ello es que durante el 2020 y 2021 se ha incrementado la demanda de estos proyectos en la mayoría de los sectores.
Desde oficinas a centros sanitarios, pasando por subestaciones eléctricas e instalaciones para la industria de renovables el número de proyectos no ha parado de crecer. Hasta el punto, afirma Goñi, “de que, pese al momento complejo que vivimos, tenemos toda la producción comprometida hasta después del verano”.