El equipo de Octavio Villazala (gerente del centro canino Montegatto y experto en perros de asistencia) se une al Complejo Hospitalario Universitario A Coruña en un proyecto para detectar la diabetes en pacientes con este síndrome
En el ayuntamiento de Oza-Cesuras, A Coruña, se encuentra una de las mejores instalaciones de España dedicadas al cuidado y atención de los perros. Sí, es Montegatto, un espacio pensado por y para el perro. El centro incluye, además de una escuela de adiestramiento, una residencia canina al más puro estilo hotel cinco estrellas. Aquí los perros tienen hasta televisión, para sentirse como en casa.
Las instalaciones también incluyen un centro veterinario completamente equipad0. Allí, su equipo profesional está siempre disponible para atender cualquier urgencia médica.
Pionero en España en acercar los perros al hospital y trabajar con niños, ahora se suma un proyecto de trabajo con el CHUAC para comprobar si los perros ayudan en la diagnosis de la diabetes.
Se le ha querido preguntar a este divulgador y educador canino, muy presente en medios de comunicación, en que consisten estos programas terapéuticos con niños y sobre el último proyecto en la detección de la diabetes con perros.
Los perros entraron en el hospital
Montegatto colabora en un programa pionero en España en aplicar terapia con perros a niños enfermos. ¿Qué tal la experiencia?
Ha sido una labor muy difícil, se tardo años en llegar allí. Tiene mucho mérito la doctora Adriana Ávila, que es la decana del departamento de Terapia Ocupacional, y que sin ella nada de esto hubiera sido posible. Después se contactó con el hospital y se empezó a hacer un trabajo ímprobo. Ahora mismo se realizan trabajos en dos programas de investigación.
Uno, con niños que tienen síndrome de espectro autista, Down y parálisis cerebral, desde hace dos años. En una sala de espera los niños están unos 15/20 minutos compartiendo con el perro y, aunque tienen juguetes, se le deja al niño interactuar con el perro. Todavía no hay resultados, pero se podría adelantar que son óptimos.
Y ahora se empieza un programa de pacientes oncológicos. Aquí también están en una sala especial, donde los niños (ya más mayores) interactúan con los perros.
¿Cómo ayudan los perros a estos pacientes?
Igual que ayudan al resto de personas. Un perro es terapéutico. Si el perro no es de agrado, siempre se puede decidir si se quiere ver al canino o no. Además, los perros tienen empatía con los seres humanos. En estos casos en concreto, cuando una persona se encuentra deprimida o tiene miedo y le aparece un perro en medio de este proceso... El perro es un trozo de luz. Hay lágrimas, hay momentos muy emotivos.
"El perro es un trozo de luz para un niño enfermo"
¿Debe favorecerse más el contacto con animales desde pequeños?
Sí, por supuesto. Hay niños que no saben lo que es un huevo, ni han visto una gallina en su vida. Es increíble. ¿Cómo es posible? Saben inglés, pero no ha visto un huevo en la vida. Esto es un pecado mortal. No saben lo que es la nieve, no saben lo que es tirarse por un barranco, no han olido un caballo, no han olido una caca de vaca... (risas)
Hay una ventana que se abre en el cerebro de los perros al mes y poco y se cierra a los tres meses. Esa es la ventana, y si no ha tenido experiencias en ese tiempo tiene muchas posibilidades de tener miedo, y por tanto poder morder. Detrás de cualquier perro que muerda existe la palabra miedo. Siempre que hay un problema de conducta con el perro, hay miedo. Esa ventana ayuda a fraguar la personalidad del perro.
Más allá de este proyecto en el Materno, ¿hay algún otro en funcionamiento?
Si, hay un proyecto en marcha con el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, un programa muy ambicioso sobre la detección de la diabetes. Hay mucho mito sobre que el perro detecta el cáncer, las subidas o bajadas de azúcar... Este proyecto es pionero en España, en hacer un estudio de investigación para cuantificar y cualificar si los perros pueden detectar la diabetes. Para ello se trabaja con cuatro o cinco perros que reciben previamente un adiestramiento canino y un muestreo de 100 personas que tienen este tipo de patologías.
¿Cómo se desarrolla este proyecto?
Pues cogiendo muestras. Cuando uno está hipoglucémico se pueden coger muestras a través de la saliva o la sudoración, se pueden analizar y después trabajar con el perro.
¿Cómo se trabaja con el perro?
Asociando reforzadores con algo que se quiere, en este caso el nivel de azúcar. Se sabe que hay perros que detectan, y en un porcentaje alto, pero son casos aislados.