El confinamiento y los nuevos hábitos (actividades online y el teletrabajo) han causado un crecimiento de las tareas visuales de ámbito y como consecuencia, los defectos refractivos como la miopía y otros síndromes como la astenopia
La pandemia del coronavirus ha tenido una gran cantidad de consecuencias en varios ámbitos: el económico, el social y el más importante, el de la salud. Este nuevo escenario ha sido causante de estrés y preocupación por el futuro, pero el encerramiento ha tenido una gran influencia sobre la vista de las personas. Según la Universidad Politécnica de Cataluña, las horas que las personas pasan frente al ordenador en esta época pandémica, (viendo la televisión, teletrabajando o estudiando online) causa muchos estragos y el más importante es el preocupante incremento de la miopía.
Según Mejor Visión, un centro especializado en Terapia Visual (entre otras), el incremento de la miopía es algo que ya viene ocurriendo desde antes de la pandemia, sobre todo en jóvenes, debido a la tendencia que hay de sedentarismo y una exposición en exceso a las pantallas. Sin embargo, según Mejor Visión, estos factores de riesgo se han incrementado aún más debido al confinamiento y las víctimas principales son los niños y los adolescentes, ya que estos tienen el sistema visual en desarrollo y no son tan capaces o propensos a reducir el uso de los dispositivos digitales.
La miopía, en el caso de que se presente debido al confinamiento, se deberá al continuo enfoque de cerca, que se prolonga durante demasiado tiempo. Mejor Visión explica que esta miopía, tan habitual en jóvenes, suele presentarse de forma funcional y es un problema reversible. También es muy común que se trate de una sensación de ver peor de lejos, algo que suele producirse por la fatiga causada por los esfuerzos continuos. En este caso se trata de una miopía falsa. En caso de que haya una miopía latente, es posible que debido a estos factores se adelante su aparición. No obstante, si se trata de una miopía de forma objetiva, serán necesarias las lentes.
“Cuando las personas teletrabajan y fijan la vista en un punto cercano, como las pantallas, la cantidad de veces que parpadeamos disminuye y esto hace que la superficie del ojo esté menos lubricada, por lo que aparece la sensación de sequedad, de tener arenilla en el ojo, escozor, enrojecimiento, fatiga visual e incluso (y de forma muy frecuente) dolores de cabeza”, afirman desde Mejor Visión. Por lo tanto, el enfoque continuo de cerca también puede provocar un malestar a corto plazo que impide el desarrollo saludable del teletrabajo. En el caso de no tener una buena convergencia ocular (los ojos miran juntos de cerca)(insuficiencia de convergencia) también puede provocar cansancio, molestias e incluso dolor de cabeza. Una forma de evitar estos problemas es situando el monitor a una distancia mayor y en una posición más inferior para no mirar hacia arriba y que el ojo esté más abierto y la exposición sea mayor, así como evitar la exposición prolongada a dispositivos digitales y, por supuesto, la Terapia visual.