El sector de la alimentación está transformándose hacia una industria más sostenible, que atiende las necesidades cada vez más exigentes de los consumidores y que apuesta por la calidad y seguridad de sus productos. Retos que, en realidad, están intrínsecamente unidos entre sí y que no pueden abordarse por separado. Porque para conseguir alimentos nutritivos, seguros y sostenibles, cada vez más demandados por la sociedad, es necesario abordar temas como la propia sostenibilidad de los procesos, que ayude a reducir la huella de carbono de las empresas alimentarias.
La pandemia de Covid-19 ha tenido mucho que ver en esta transformación, ya que ha provocado que los ciudadanos vuelvan a preocuparse por necesidades básicas como la seguridad de los alimentos que consumen. Por eso los embalajes se han convertido en un medio para proteger no solo a estos productos, sino también a los propios consumidores. Smurfit Kappa es consciente de esta situación, por eso cuenta con embalajes de cartón ondulado que, además de facilitar su protección y garantizar la conservación de todas sus propiedades, transmiten una seguridad higiénica que los convierte en un factor determinante para la elección de un alimento u otro en el punto de venta.
Para lograrlo, la compañía cuenta con un laboratorio de seguridad de productos de última generación con la acreditación ISO 17025. Un espacio donde trabaja un equipo de técnicos, expertos en esta materia, con más de 20 años de experiencia y conocimientos científicos en química y microbiología. Este tándem es, junto a las fábricas de Smurfit Kappa, el responsable de la seguridad de su amplia gama de soluciones de packaging, con múltiples usos en sectores donde la seguridad es primordial, como es el de la alimentación.
El laboratorio, situado en la fábrica de papel de Biganos (Francia), da soporte a todas las plantas de la compañía en Europa, incluidas las de España y Portugal. Además, su equipo es el encargado de asesorarlas sobre las regulaciones existentes en los diferentes países del continente y de la propia Unión Europea, con el objetivo de que cumplan la normativa comunitaria y establezcan unas buenas prácticas de fabricación (GMP) de sus embalajes. De esta forma, proporciona a los clientes soporte regulatorio y servicios de consultoría, para que estén al día con las últimas actualizaciones y poder comercializar sus productos con total tranquilidad.
Gracias a este laboratorio, Smurfit Kappa garantiza a sus clientes la pureza de los embalajes que les suministra, así como su calidad y la consistencia del papel con el que están fabricados. Puntos clave a lo largo de toda la vida de estas soluciones, así como de los propios productos a los que protege. Muchos de ellos tan delicados como los referentes a alimentación. Además, el equipo de este laboratorio revisa su impacto ambiental, avalando su sostenibilidad.
Susana Amaya, Quality, Food Safety & Environment Manager de la División Cartón España | Portugal | Marruecos, asegura que "somos la única compañía de embalajes de papel y cartón ondulado que ofrece este servicio de forma interna. Nuestro laboratorio está equipado para satisfacer todas las necesidades de nuestros clientes en términos de análisis y soporte químico, microbiológico y regulatorio. Además, también les proporcionamos consultoría en I+D para resolver todas sus problemáticas al respecto. Por ello, la labor del equipo de este laboratorio único es clave para que podamos diseñar embalajes seguros, que respeten la salud de los consumidores y, además, que reduzcan la huella ambiental de los clientes".
Smurfit Kappa fabrica 7,5 tm / año de papeles compatibles con el contacto con alimentos y tiene la capacidad de analizar hasta 200 sustancias diferentes para garantizar su seguridad. Los productos químicos y las bacterias pueden migrar desde los envases a través del aire, el agua y la grasa, lo que puede llegar a afectar la seguridad del producto. Gracias a este laboratorio, los clientes obtienen una protección para sus productos del 100%, gracias a los análisis detallados que se realizan en él y que les permiten comercializar sus productos sin ningún riesgo posible de contaminación y cumpliendo con todos los requisitos de la normativa europea y nacional.