Así lo demuestran en un artículo recién publicado por los investigadores de la clínica MARGen de Granada, liderados por el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik en la revista International Journal of Molecular Sciences
Además de aumentar el riesgo de otras patologías, obesidad y sobrepeso afectan negativamente la fertilidad femenina. La obesidad femenina influye negativamente en diferentes aspectos de fertilidad, si bien, el más importante tiene que ver con la calidad de los óvulos. El exceso de tejido adiposo secreta sustancias que modulan al sistema inmunitario cuyas células pueden infiltrar fácilmente los ovarios y provocar el estrés oxidativo y una reacción inflamatoria que causa daños directos e indirectos en los óvulos.
Para saber si se tiene sobrepeso u obesidad basta con dividir el peso en kilogramos por el cuadrado de la estatura en metros. Se habla del sobrepeso cuando una persona tiene el índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 25, mientras que la obesidad se caracteriza por el IMC igual o superior a 30. Según estadísticas recientes, el 31% de las mujeres españolas son obesas o tienen problemas de sobrepeso y, si el ritmo de crecimiento se mantiene, en 2030 el 55% de mujeres españolas serán obesas.
El eje grasa - sistema inmunitario - inflamación
Según una publicación reciente, el exceso de grasa corporal afecta al sistema inmunitario de dos maneras diferentes y simultáneas. Primera, las células de la grasa corporal (adipocitos) actúan de modo muy parecido a las glándulas endocrinas produciendo factores (adipokinas, como por ejemplo leptina o lipocalina) que salen a la circulación sanguínea y modifican la función de otros tipos de células, entre ellas las del sistema inmunitario. Segunda, en el contexto de obesidad, la carga de los triglicéridos (los componentes principales de la grasa corporal) supera la capacidad de almacenamiento de los adipocitos provocando su hipertrofia que lleva progresivamente a su muerte (necrosis). Ambos fenómenos causan la misma respuesta del sistema inmunitario: infiltración del tejido adiposo con macrófagos y un tipo específico de linfocitos (células T colaboradoras), cuya mutua interacción lleva a la activación de la secreción por los macrófagos de sustancias (citocinas) proinflamatorias. Estas últimas provocan un círculo vicioso de causa-efecto, en el cual las citocinas proinflamatorias realimentan la producción de más citocinas de este tipo por otros macrófagos. A continuación, las citocinas activan la inflamación en varios órganos, incluyendo los ovarios. La inflamación de los ovarios afecta a los óvulos, tanto directamente como indirectamente. Los efectos indirectos se deben a daños causados en las células ováricas implicadas en la nutrición de los óvulos y en la regulación de su desarrollo.
La inflamación crónica de los ovarios causa un estrés oxidativo debido a una producción elevada de radicales libres de oxígeno y de nitrógeno que supera la capacidad antioxidante de las células afectadas. La acumulación de estas especies reactivas, a su vez, causa daños en los óvulos y otros tipos de células ováricas. A este nivel se está formando un otro círculo vicioso, en el cuál la liberación de radicales libres de las células necróticas aumenta su producción y la consecuente acumulación en las células adyacentes aún sanas. La interdependencia entre la inflamación y el estrés oxidativo es la causa principal de la mala calidad de los óvulos en mujeres obesas.
Cómo aliviar el daño de los ovarios en mujeres obesas
Estudios recientes demuestran que las consecuencias nefastas de sobrepeso y obesidad para la fertilidad femenina se pueden aliviar mediante un tratamiento oral con sustancias antioxidantes e inmunomoduladoras. Estos resultados abren nuevas vías para facilitar la maternidad de las mujeres que, por varias razones, no pueden adelgazar en un tiempo razonable.
Si se estudia de cerca el mecanismo molecular detrás de la disminución de la calidad de óvulos en mujeres obesas, notamos que es prácticamente idéntico al proceso de envejecimiento ovárico, aunque las causas son diferentes. En ambos casos se trata de un estrés oxidativo que retroalimenta otros procesos como la reprogramación del sistema inmunológico y la inflamación.
Los tratamientos para aliviar esta condición son también parecidos y consisten en la administración oral de diferentes tipos de sustancias antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras, resumidos en un artículo recién publicado por los investigadores de la clínica MARGen de Granada, liderados por el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik en la revista International Journal of Molecular Sciences.
Las sustancias utilizadas pueden ser antoxidantes directos (vitaminas C y E, coenzima Q10, acido fólico) indirectos (activadores de la producción de antioxidantes por las células en riesgo, por ejemplo la hormona del crecimiento) o moléculas que combinan ambas actividades y añaden una acción inmunomoduladora (melatonina). La elección de la óptima combinación de estos fármacos se debe decidir individualmente según la condición actual de cada mujer.
Los doctores Tesarik y Mendoza-Tesarik utilizan este tipo de tratamiento desde hace años, incluso antes de la reciente reconfirmación de su eficacia por estudios independientes. Sin embargo, Tesarik y Mendoza Tesarik subrayan que este tipo de tratamiento no se tendría que utilizar como terapia de primera línea. “Las mujeres jóvenes tendrían que empezar por hacer un esfuerzo para reducir su peso mediante una dieta saludable y ejercicio físico. Diferentes técnicas de cirugía bariátrica (disminuyendo el volumen de la cavidad gástrica) representan otra opción. Sin embargo, la práctica cotidiana nos enseña que muchas mujeres no llegan a adelgazar lo suficiente con la dieta y no aceptan la intervención quirúrgica que no está libre de riesgos".
La administración oral de antioxidantes, antiinflamatorios e inmunomoduladores es un tratamiento bien tolerado, eficaz, y sin efectos adversos. Es particularmente útil para las mujeres de edades avanzadas que ya no tienen mucho tiempo para ser madres. “Y hay que recordar que el sobrepeso y la obesidad pueden causar un estado de premenopausia antes de la edad habitual. Es importante recordar que el tratamiento se tiene que mantener durante el embarazo, porque la obesidad también causa varios problemas de las mujeres embarazadas y de los futuros niños,” añade el doctor Tesarik.