Muchos perros se lo pasan en grande jugando en la nieve porque, para la mayoría, también representa una gran novedad. Sin embargo, desde el portal Wamiz, advierten de los peligros que esto puede conllevar
La borrasca Filomena ha dejado en buena parte de España una imagen casi completamente inédita.
Madrid, Zaragoza, Teruel y muchas otras ciudades son portada en periódicos nacionales y extranjeros por estar absolutamente cubiertas de nieve. Mucha gente, con todas las precauciones que impone la pandemia de coronavirus, sale a disfrutar de ella. Pero, ¿y los que lo hacen acompañados de su mascota?
Ojo a la hora del paseo por la nieve con los perros
Muchos perros se lo pasan en grande jugando en la nieve porque, para la mayoría de ellos, también representa una gran novedad. Sin embargo, desde el citado portal advierten de los peligros que esto puede conllevar.
Las almohadillas de los canes pueden sufrir quemaduras por contacto continuado con la nieve, algo de lo que también ha advertido la Policía Nacional estos días en sus redes. Lo ideal es limpiarles las patas y aplicar vaselina. Además, hay que tener mucho cuidado con que no pisen, olfateen o laman productos anticongelantes, puesto que son altamente tóxicos.
Disfrutar de la nieve con precaución
Desde Wamiz dan estos cinco consejos que hay que tener en cuenta para que perro y humano disfruten por igual de la nieve.
- Si el paseo va a ser corto se le pueden poner botas protectoras (de venta en tiendas especializadas).
- Si el paseo va a ser más largo se debe utilizar un protector para sus almohadillas (los hay en crema y spray). En su defecto, untar vaselina.
- Los perros se despistan con facilidad en la nieve porque esta hace disminuir su capacidad olfativa. No hay que quitarles el ojo de encima.
- Hay que evitar que el perro coma nieve; está muy fría y puede tener sal.
- Si hace sol y el perro es de pelo corto, hay que ponerle protector solar. La nieve hace de pantalla y puede provocar quemaduras.
Una vez en casa lo que más agradecerá es una buena ración de comida y un generoso tazón de agua, pues es bastante probable que su desgaste de energía sea alto.
Los perros son capaces de regular su temperatura corporal
Los perros son animales “endotermos”, es decir, son capaces de regular su temperatura corporal en función de la temperatura del ambiente. Por lo tanto, son capaces de sentir tanto frío como calor.
Cuando sienten frío activan los mecanismos para conservar el calor interno, mientras que si sienten calor, tratan de expulsarlo.
Los perros están protegidos por una capa de pelo y grasa en la piel que actúa como protector térmico, pero aun así puede no ser suficiente y que el frío penetre en su cuerpo. La raza y el tipo de pelo van a influir en si los perros tienen frío en invierno o no.
Algunas razas están preparadas para el frío, otras no
Hay razas adaptadas a los climas fríos, como pueden ser el Husky Siberiano o el San Bernardo; mientras que otras cuentan con un pelo muy fino y una capa de grasa poco espesa, como el Yorkshire Terrier o el Chihuahua.
Obviamente, la capacidad para sobrellevar las bajas temperaturas va a ser muy distinta entre ellas, y la sensación de frío será más intensa en las últimas mencionadas.
Manifestaciones del frío
La primera manifestación de frío, y más obvia, seguramente sea cuando el perro comienza a temblar, que es la misma reacción que tienen los seres humanos cuando tiritan.
Se trata de un mecanismo de defensa con en el que los músculos se contraen y relajan rápida y repetidamente, dando lugar a temblores que buscan generar calor.
A la hora de dormir un perro se quedará retorcido sobre sí mismo tratando de mantener el calor con él. También tenderá a dormir más de lo habitual.
Se mueve lentamente. El frío provoca rigidez muscular y por ello tenderá a moverse menos o más despacio, ya que sus articulaciones y músculos sentirán incomodidad.
El frío afecta de forma muy directa al aparato respiratorio, puede generar problemas que hagan más difícil la respiración y el animal podría enfermar. Hay que prestar especial atención si comienza a toser, o si hay mucosidad en los orificios nasales.
En zonas más desprovistas de pelo se puede resecar la piel. Es frecuente en la zona de la trufa, extremos de las orejas y zona de las ingles y axilas. Hidratar muy bien esas zonas será fundamental para su comodidad, incluso puede ser necesario el uso de un champú o mousse hidratante.
¿Qué se puede hacer para protegerlos?
Sencillamente, hay que proporcionarles una fuente calor. Se puede preparar una cama bien acolchada que lo aísle del frío del suelo, por ejemplo; además se puede colocar una manta si es necesario.
Si el perro duerme en el exterior y no se contempla la posibilidad de que entre dentro de casa este invierno, hay que procurarle un espacio que lo aísle bien del frío para evitar que enferme.
Una caseta impermeable y con capa aislante, así como un buen colchón lo suficientemente espeso y cómodo, incluso un par de mantas, sería una buena opción.
Si el perro continúa manifestando frío, o esto ocurre durante los paseos, se puede usar la ropa para perros.
Hay que tener presente que sobreproteger al animal puede afectar negativamente, ya que generará el efecto contrario y el perro sentirá excesivo calor. Hay que actuar en consecuencia, es decir, adaptar las medidas a lo que necesita el can.