Al hablar de identidad corporativa, es habitual pensar en el logo y los colores de una marca. Sin embargo, esta va mucho más allá para recoger la esencia, los valores y las características que hacen única a cada empresa.
Definir la identidad corporativa requiere una gestión activa y una observación cuidadosa de la cultura empresarial. Es habitual que las acciones relacionadas con la imagen de marca y la identidad corporativa acaben en segundo plano de la estrategia empresarial, sobre todo cuando no tienes un equipo específico que pueda centralizarse en esto.
Tanto si tienes una marca de nueva creación, como si estás buscando renovar el branding de tu empresa, te recomendamos acudir a un profesional en el sector. No es necesario que cuentes con tu propio departamento creativo, sino que consigas al mejor profesional para transmitir los valores de tu negocio y/o producto. Es posible conseguir ayuda de la mano de expertos en la materia en plataformas como es.fiverr.com o a través de servicios de consultoría y branding en agencias de comunicación y marketing digital.
A continuación, mostramos algunos puntos clave en la definición de la identidad corporativa de una empresa.
1. Definir la filosofía empresarial
Antes que nada hay que establecer qué hace, cómo lo hace y qué valor aporta tu negocio. Aquí se incluye la misión y visión, así como los valores corporativos y las ideas que guían la forma en la que se hacen las cosas. Todo junto representa la cultura empresarial y es fundamental para crear conexiones significativas con el público, los clientes y el equipo.
2. Establecer la personalidad de la empresa
Todas las empresas son distintas y su personalidad es uno de sus rasgos característicos. Para definirla, puedes pensar en los adjetivos que mejor describen la tuya y partir de su filosofía, la naturaleza del negocio y, sobre todo, el cliente ideal a quien esperas llegar. Una vez establecida, habrá que ir un paso más allá. Será el momento de determinar la forma en la que tu organización se comporta, se posiciona y se diferencia de la competencia.
3. Estandarizar el lenguaje y tono del mensaje
La comunicación es la principal herramienta de cualquier negocio. De este modo no puede faltar en la creación de la identidad corporativa. Aquí, de lo que se trata es de definir la identidad verbal de la marca. Es decir, los rasgos y características que componen la comunicación y la manera y los diferentes canales de trasmisión. Esto debe estar presente tanto en la comunicación interna, entre personal y directivos, como en la externa, hacia el público y los clientes.
4. Definir los elementos visuales
El logo, la tipografía, las formas y la paleta de colores crean la imagen visual que representa a tu empresa. Aunque se trata de un elemento más en la identidad corporativa, es el punto clave para que los clientes la reconozcan y se acuerden de ella. Ten en cuenta que el logo debe ser característico y fácil de identificar, además de poder adaptarse a cualquier formato de difusión. En cuanto al resto de los elementos, procura que se integren de manera armónica y transmitan la personalidad y la filosofía corporativa.
5. Revisar las estrategias de marketing
En el contexto empresarial no basta con ser y hacer, sino que también es necesario demostrar y divulgar. Aquí entra en juego el marketing, tanto en el plano digital como en el tradicional. Evalúa cuáles son los mejores canales según a quién quieres llegar, y asegúrate de que cada campaña o estrategia transmita la esencia de tu negocio con todos sus elementos característicos.
6. Cuidar la reputación
La reputación empresarial es la manera en la que otros perciben tu negocio dentro y fuera de él. La mejor forma de cuidarla es ser congruente y cumplir con lo que ofreces. Para lograr lo primero, asegúrate de que todo lo que transmites está en consonancia con los principios de la empresa, incluso puertas adentro. Con respecto a la gestión de las expectativas, sé transparente con tus clientes y no ofrezcas nada que tu negocio no tenga la capacidad de conseguir. Recuerda que una crisis de reputación puede repercutir gravemente en la marca.
7. Crear un manual de identidad
Prepara un documento en el que se expongan con detalle todos los elementos que forman tu identidad corporativa, y cuida que esté al alcance de cada miembro de la empresa. Si está puesto por escrito es mucho más fácil tenerla presente, comunicarla de manera interna a todo nuevo miembro del equipo y transmitirla de forma consecuente en cada acción.
Definir la identidad corporativa de tu empresa juega un papel estelar en la manera de cómo tus clientes se relacionan con ella y la recuerdan. Esto es de suma importancia porque, al final del día, tu marca es esa huella que dejas en las personas.