Fundación Pelayo ayuda a la Asociación SFC-SQM Madrid tras la primera ola covid. Apostando por proyectos solidarios propuestos por sus empleados, en 2020 han destinado una partida para esta asociación, que agrupa enfermos de Encefalomielitis Miálgica ó Síndrome de Fatiga Crónica y de Sensibilidad Química Múltiple (SQM). La primera patología, SFC/EM, se está incrementando como secuela del Covid-19
La empresa Pelayo realiza anualmente un concurso interno para financiar programas solidarios presentados por los empleados del Grupo. En esta ocasión, uno de los proyectos seleccionados permitirá dotar de material sanitario, apoyo social, económico y psicológico a personas afectadas por el síndrome de Sensibilidad Química Múltiple y por Encefalomielitis Miálgica / Síndrome de Fatiga Crónica en el marco de la actual pandemia. Además, un aumento de casos de EM/SFC se ha relacionado con el Covid de larga duración.
A finales de octubre, se mantuvo una reunión con la gerente de la Fundación Pelayo, Cristina del Campo, para presentar la asociación y el contexto del proyecto de apoyo por el Covid-19. Por parte de SFC-SQM Madrid, que celebra este año su 10º aniversario, estuvieron presentes Inmaculada Sanz, secretaria de la Asociación y empleada de Pelayo, María López Matallana, presidenta, y Cristina Cortiguera, trabajadora social y coordinadora de actividades.
La Fundación se mostró muy interesada en estas patologías, especialmente en el diagnóstico de EM/SFC por su correlación con long Covid . También por las adaptaciones del puesto de trabajo para SQM en todo el Grupo Pelayo.
Inmaculada Sanz, que padece SQM, reconoce que es una ventaja. En estos momentos está teletrabajando, por las desinfecciones químicas, una facilidad que la empresa le ha concedido y prolongado hasta que termine la pandemia.
¿Cómo se adapta un puesto para SQM? “Se eliminan todos los productos de limpieza, sustituyéndolos por otros naturales y se limpia fuera de horas laborables o los fines de semana. También se pide la colaboración de los compañeros, para que no usen productos perjudiciales, como colonias y similares. Además, varias compañeras tenemos el puesto adaptado por esta patología; no soy la única”.
Inmaculada Sanz, como secretaria de SFC-SQM Madrid, es la empleada que propuso el apoyo a este proyecto, que servirá para seguir comprando material de protección, dando apoyo médico y psicológico a los asociados y organizando la actividades online.
Cristina Cortiguera, coordinadora de actividades, resalta la importancia de estas ayudas, procedentes de fundaciones como Pelayo. “Cuando comenzó la pandemia, tuvimos que reaccionar muy rápido y lo hicimos. Pedimos materiales de protección para nuestras socias, reorganizamos todas las actividades, reprogramando para hacerlas desde casa, y dedicamos muchos recursos a acompañamiento y a resolver problemas particulares. Toda ello se hizo con nuestros propios medios y tuvimos que dejar las cuentas muy mermadas. No sabíamos exactamente cómo íbamos a hacer frente a futuros gastos y la aportación de Pelayo ha resultado providencial”.
Por último, Inmaculada Sanz resalta la importancia de que una empresa tenga compromiso social. “Pelayo tiene el sello de “Empresa Familiarmente Responsable” y, verdaderamente, cuida mucho la conciliación y el bienestar de los empleados”.