Según la Asociación Española de Pediatría, las guarderías son áreas de máximo riesgo por la enorme dificultad de cumplir las medidas de aislamiento que impone el coronavirus y también por la necesidad de contacto físico estrecho entre el cuidador y los niños
La recomendación general es que no se incorporen a las escuelas infantiles, en la medida de lo posible, hasta el control total de la epidemia, pero esto no pone freno a que las guarderías en España estén en estos momentos blindando sus instalaciones de cara al mes de septiembre para conseguir que se conviertan en excelentes instalaciones libres de Covid-19.
Un bebé tiene alto riesgo de enfermar en un medio en el que se encuentran muchos niños, ya que se favorece la diseminación de infecciones con gran facilidad. Una de las labores que tienen que hacer los pediatras es advertir a los padres, que mientras un bebé está en la guardería existe el riesgo de adquirir todo tipo de infecciones, en especial las virales. Un estudio de la Academia Americana de Pediatría concluye que las enfermedades más comunes en estos centros son: cuadros gripales, bronquitis, crup, laringitis, diarreas, otitis, y aún se está a la espera de conocer como el Covid-19 afecta a estos centros. Por todo ello, son muchas las guarderías en nuestro país que trabajan en la total protección de sus centros para evitar la entrada del Covid-19 y así garantizar la salud de los niños que acuden a él, implantando no solo medidas higiénicas, sino las más importantes el control de acceso y temperatura.
Para Nuño Azcona, CEO de B+Safe “en estos momentos lo importante es evitar que el virus entre en las guarderías. De nada sirve desinfectar e implantar potentes medidas de higiene sino evitamos la entrada del Covid-19. Estamos comprobando que las guarderías tienen una gran preocupación en este sentido y trabajan en el desarrollo de intensos y sofisticados planes para adecuar sus instalaciones convirtiéndolas en verdaderos entornos protegidos. Para facilitar la vuelta a la normalidad en el ámbito escolar, protegiendo la salud de niños, padres y docentes, nuestra compañía B+Safe, multinacional líder en tecnologías de salud y seguridad para las empresas ha desarrollado sofisticadas tecnologías que aportaran un blindaje para evitar el contagio”.
Acceso sin contacto por reconocimiento facial con mascarilla y control de temperatura
El nuevo sistema utiliza un potente algoritmo para el reconocimiento facial, basado en la última tecnología de visión computarizada, que permite tanto la verificación facial-incluso llevando mascarilla- y que se complementa con un sistema de detección de temperatura corporal que lleva la cámara que facilita el acceso o no, dependiendo si la persona tiene temperatura alta, con una desviación del +-0.3C.Este sistema marcar un nuevo estándar en la industria de la tecnología biométrica, ya que permite registrar hasta 50.000 plantillas faciales, con una velocidad de reconocimiento intensa y la máxima capacidad de anti-falsificación contra todo tipo de fraudes. Una tecnología segura frente a otras como los termómetros láser que pueden dañar la vista si se apuntan directamente a los ojos.
Control de aforo y acceso con megafonía
La solución dispone de un sistema control de acceso sin contacto basado en reconocimiento facial para trabajadores, docentes y padres. En el caso de los padres, el control de acceso facial reconocerá al padre al momento de llevar al niño o ir a recogerlo y saltará de forma automática un aviso en el interior de la guardería o colegio para recoger o localizar al menor y poder llevárselo al padre, de forma que se garantiza la seguridad y que el padre no tenga que acceder al centro. Pero al margen de esta medida de seguridad lo más importante es su control de aforo que ofrece una seguridad del 95% y evita por una cámara, sensores y NVR que se respete el número de personas que acceden, y la manera en la que lo hacen, evitando aglomeraciones y respetando las distancias de seguridad.
Control mediante CCTV de las instalaciones
La solución se completa con un sistema de video vigilancia que permite controlar el área donde los niños juegan o donde los padres depositan los cochecitos, evitando usos indebidos y la desinfección de los mismos.