Los profesionales a menudo pintan las puertas en vez de sustituirlas. Por norma general siempre se obtiene mejor resultado si se sustituye la puerta antigua por una nueva, pero este método no deja de ser una forma de reciclaje y una manera óptima de ahorrar
Los profesionales a menudo pintan las puertas en vez de sustituirlas. Por norma general siempre se obtiene mejor resultado si se sustituye la puerta antigua por una nueva, pero este método no deja de ser una forma de reciclaje y una manera óptima de ahorrar.
Un consejo antes de proceder a pintar una puerta es escoger el espacio de trabajo adecuado. Trabajar en un garaje, tienda o sótano permitirá controlar mejor las condiciones de iluminación y secado.
Se aconseja colocar la puerta en posición horizontal minimiza las corridas de la pintura.
Esto es lo que hay que hacer después de quitar la puerta:
Limpiar la puerta con un limpiador doméstico a ser posible preparado para madera.
Casi cualquier limpiador servirá, siempre y cuando se quite la grasa. Las áreas alrededor de los pomos de las puertas son especialmente propensas a la acumulación de grasa.
Luego se deberá retirar todos los herrajes de la puerta para obtener una pintura más limpia y ahorrar tiempo.
Posteriormente se deberá de quitar la acumulación de pintura alrededor de las bisagras y los cerrojos así como rellenar las abolladuras y los agujeros con un relleno lijable.
Consejo profesional: Es preferible rellenar dos veces las abolladuras profundas para compensar el encogimiento.
Después de esta preparación se procede a la lija de la puerta.
Lijar la puerta hará la superficie un poco más rugosa y permitirá que la imprimación se adhiera mejor.
Será muy importante alisar la pintura astillada y las imperfecciones de los trabajos de pintura anteriores.
Esta suele ser la parte más tediosa y que más tiempo consume del proyecto.
En las áreas planas, se deberá nivelar las viejas pistas y las marcas de pincel con un bloque de lijado duro. Para los perfiles con forma, se utiliza una combinación de almohadillas de lijado, esponjas y retazos de papel de lija.
Las pinturas lisas suelen llevar la etiqueta "esmalte" o "puerta y moldura".
Después de aplicarlas con un rodillo de alta calidad, normalmente se pueden saltar los pasos de la brocha y aún así obtener resultados perfectos.
Una vez aplicada la primera capa se deberá proceder a pintar detalles que hallan pasado desapercibidos con una brocha pequeña.
Todo este proceso ser repetirá cuantas veces se requiera hasta conseguir el acabado deseado.
La limpieza es igual de fácil, pero se deberá esperar antes de volver a pintar (16 a 24 horas).