A pesar de que los expertos llevan varios años alertando sobre el peligro de la contaminación interior, hasta ahora apenas se había tenido en cuenta la salubridad que caracteriza a algunos emplazamientos cerrados. Contar con ambientes higiénicos, libres de virus y bacterias, y disponer de elementos que ayuden a evitar su propagación es, a raíz de la crisis del coronavirus, más importante que nunca. Y no es para menos: se calcula que el aire interior tiene más de 900 compuestos contaminantes y algunos pueden estar entre 2 y 5 veces más concentrados que en el exterior.
Teniendo en cuenta que una persona pasa cerca del 90% del tiempo en espacios interiores, la arquitectura y el diseño de interiores llevan mucho tiempo investigando soluciones que ayuden a la creación de espacios saludables, reduciendo las sustancias nocivas del ambiente y de las superficies. Aunque muchas de ellas no son la receta mágica contra la actual pandemia de coronavirus, sí permiten extremar precauciones de cara al futuro, creando estancias confortables, eficientes, sostenibles y, sobre todo, seguras desde el punto de vista de la salud.
La compañía Sto, entidad de origen alemán con sede en España especializada en la elaboración de materiales y soluciones constructivas, expone algunas de las soluciones que están ganando protagonismo:
- Acondicionar acústicamente los espacios para evitar alzar la voz. Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EEUU, hablar en voz alta puede generar el equivalente por minuto de más de 1.000 gotas contaminadas capaces de permanecer suspendidas en el aire durante 8 minutos o más en un espacio cerrado. Por ello, una de las principales recomendaciones que se están dando para restaurantes, museos, salas de eventos, locales u oficinas es la de evitar que haya una sobrexposición al ruido. Y es que la consecuencia directa de esta situación es acortar la distancia con el acompañante y alzar la voz, lo que podría ser determinante en la propagación, ya que en este caso la proyección de microgotas de saliva que pueden contener partículas virales es mayor. De ahí que, ahora más que nunca, se estén promoviendo las soluciones de acondicionamiento acústico. Estas, a través de la instalación de elementos fonoabsorbentes, reducen el nivel de ruido de los espacios, así como la inteligibilidad de los mismos.
- Pinturas que limpian el aire interior de contaminantes. El mercado ya ofrece algunas pinturas con capacidades purificantes del aire gracias al efecto de la luz natural, descomponiendo eficazmente los olores y neutralizando sustancias nocivas, cuya exposición puede llegar a causar graves daños en la salud. Incluso algunas compañías, como Sto, ya ofrecen productos de este tipo que lo hacen sin necesidad de luz solar, siendo la iluminación estándar suficiente para iniciar el proceso de limpieza.
- Superficies que neutralizan las bacterias. Las superficies y elementos que conforman los espacios alojan bacterias de todo tipo, y su nivel de adherencia depende directamente de su composición. Por ello, también están comenzando a proliferar el uso de encimeras, baldosas, tiradores o pomos con capacidad de frenar la proliferación de bacterias. Sus grandes beneficios están haciendo que se valore su uso en lugares públicos como bares, restaurantes, cines, hoteles, escuelas, tiendas, espacios de exposición, consultorios médicos … Aunque también son muy útiles en el hogar, sobre todo en cocinas, baños y habitaciones infantiles.
- Sensores de movimiento o soluciones capaces de medir la temperatura de los visitantes. La actual crisis de sanitaria ha empezado a poner de moda en lugares públicos la instalación de accesorios con sensores o detectores de proximidad que limitan el contacto con puertas, interruptores, pomos, pulsadores etc. Así mismo, también se está barajando la posibilidad de incluir en el diseño de las entradas de los edificios soluciones capaces de combinar la inteligencia artificial con la termografía para detectar la temperatura de las personas.
- Elementos constructivos que favorezcan una mayor entrada de luz solar como elemento antibacteriano. La luz natural no solo es buena para la salud, sino que también se ha demostrado su capacidad para eliminar las bacterias que viven en el polvo. Así lo demuestran algunos estudios, como el realizado por la Universidad de Oregón (EE.UU.), que revela que, en las habitaciones oscuras, el 12% de las bacterias permanecen vivas, pudiendo reproducirse. Sin embargo, este porcentaje se reduciría al 6,8% en estancias expuestas a la luz del día. Según estos investigadores, el polvo mantenido en la oscuridad contiene organismos estrechamente relacionados con especies vinculadas a enfermedades respiratorias, que en gran parte están ausentes en el polvo expuesto a la luz del día.
- Uso de biombos, paneles o mamparas separadoras. La obligatoriedad de mantener una distancia de seguridad de 2 metros también está haciendo que aumente el diseño de mamparas, paneles separadores o biombos en tiendas, restaurantes, oficinas o bancos públicos, para, así, evitar el contacto entre los usuarios. Incluso hay algunos emplazamientos que están comenzando a idear pequeñas cabinas de aislamiento.
- Cambios de mantenimiento y operación de las instalaciones de climatización y ventilación. Se ha confirmado que en la actual pandemia el aire es uno de los vectores de transmisión. Por ello, y aunque varias sociedades médicas han subrayado la falta de evidencias científicas sobre la posibilidad de que los sistemas de climatización faciliten la propagación del coronavirus, sí se está recomendando tomar ciertas medidas. En este sentido, desde la Federation of European Heating, Ventilation and Air Conditioning aconsejan realizar cambios en las condiciones de mantenimiento y operación de las instalaciones: asegurar la ventilación de los espacios con aire exterior, poner la ventilación a una potencia media al menos dos horas antes de la apertura del edificio, apostar regularmente por la ventilación natural, incrementar la eficacia de la filtración, etc.