No sólo las moléculas químicas pueden ser peligrosas entre los tratamientos, algunas tecnologías médicas también lo son. La criolipólisis, que apareció hace unos diez años, es una técnica externa utilizada para destruir los lípidos almacenados en el tejido graso subcutáneo. Se basa en la aplicación de frío (-5°C a -15°C) localmente, en las almohadillas de los michelines, abdomen, muslos y debajo de las nalgas (alforjas), músculos pectorales, brazos, pliegue del sostén, debajo de la barbilla, durante varias decenas de minutos. Es una alternativa a las técnicas quirúrgicas como la liposucción o la lipectomía.
Y no tiene nada que ver con la crioterapia con nitrógeno líquido, que funciona a - 196°C, en baños, para la recuperación deportiva o a prueba en ciertas enfermedades como la esclerosis múltiple. Es utilizado por médicos y cirujanos estéticos, médicos autodenominados antienvejecimiento, esteticistas y algunos pequeños dispositivos de consumo que se comercializan. Su carácter no invasivo, su facilidad de uso y su rapidez explican su rápida penetración en el mercado de la belleza. En algunas ciudades y entornos, entre las personas activas de ambos sexos para las que la imagen corporal es importante, la técnica es un verdadero éxito. El coste de una sesión es muy variable, pero siempre llega a unos pocos cientos de euros. No está sujeto a las normas que regulan la cirugía estética, los productos sanitarios o los productos cosméticos. Sin embargo, genera efectos indeseables, algunos de los cuales son preocupantes.
Inmediatamente o poco después de la sesión, puede aparecer dolor, moretones, enrojecimiento, entumecimiento u hormigueo, y molestias. La mayoría de ellos desaparecen espontáneamente en pocos días o semanas. Pero algunas complicaciones son de larga duración -quemaduras, congelación, hiperpigmentación, daño nervioso sensorial periférico - y otras son irreversibles-, hernias inguinales e hiperplasia paradójica (aumento local del tejido graso). Algunas personas han sido hospitalizadas, otras se han sometido a cirugía. La Alta Autoridad de Salud, que llevó a cabo esta evaluación, concluye que "la práctica de los procedimientos de criolipólisis presenta una sospecha de grave peligro para la salud humana" y recomienda que se supervisen los equipos y los profesionales.
Uno de los trabajadores de la empresa criolipolisismadrid comentaba sobre ello: “cualquier cosa puede tener peligro, pero tenemos las mejores medidas de salud para esto, y ningún cliente se ha quejado por nada de ello.”