Ante la situación de numerosas empresas debido al apagón de la actividad económica, su equipo de asesores aporta las principales claves que tienen que tener en cuenta para hacer viables sus proyectos
A través de su experiencia diseñando y llevando a cabo planes de viabilidad para empresas, IMAP Albia Capital conoce de cerca los momentos más críticos de las organizaciones, en los que su actividad no es capaz de generar recursos suficientes para hacer frente a sus compromisos. Ante la situación que numerosas empresas están afrontando debido al apagón de la actividad económica originado por la COVID-19, su equipo de asesores aporta las principales claves que tienen que tener en cuenta para hacer viables sus proyectos.
En la vuelta a la actividad, las empresas se están enfrentando a una normalidad muy diferente, con mayor endeudamiento y un panorama de recuperación incierto y, por tanto, con necesidades de acomodar los vencimientos de su deuda a los cash flows de su actividad. “En los próximos meses la nueva normalidad nos traerá viejas conocidas como son las reestructuraciones y refinanciaciones. La continuidad de las compañías que se encuentren en esta situación va a depender de que se gestione el problema de forma decidida, profesional y con una metodología adecuada” afirman. En este contexto, desde IMAP Albia Capital ven necesario considerar una serie de claves para afrontar la situación que se está avecinando.
Clave 1. Realismo y anticipación
Aunque resulte duro, es imprescindible asumir que la empresa se enfrenta a una situación de crisis. Además, hay que hacerlo con suficiente antelación para, por una parte, contener la “hemorragia” cuando aún es manejable y, por otra, para que las medidas que se adopten dispongan del tiempo necesario para que surtan efecto.
Clave 2. El problema no es (sólo) financiero
La falta de liquidez, el no poder atender los pagos y, en definitiva, los problemas financieros son solo la punta del iceberg de una situación empresarial más complicada. No sirve de nada atacar el problema financiero buscando capital o refinanciando la deuda si no se atacan también las causas y los problemas de negocio que lo originan.
Clave 3. La liquidez manda
Cash is King en los momentos de crisis. Todo el mundo sabe que las empresas mueren por la falta de caja y, curiosamente, en situaciones de crisis, no deja de sorprender la frecuencia con la que es las empresas acometen compras especulativas de material aprovechando la caída de precios, o invierten en maquinaria que mejora su productividad. En condiciones normales, las actuaciones anteriores serían absolutamente plausibles, pero en estos momentos hay que estirar la caja:
Ajustando los costes a los ingresos previsibles de los próximos meses.
Retrasando todo aquello que no produzca ingresos inmediatos.
Identificando vías de hacer líquidos activos no productivos, no afectos a la explotación o no críticos para la misma.
Negociando con acreedores plazos de pagos.
Adecuando los costes laborales con medidas de contención y flexibilidad.
Clave 4. Los inversores buscan proyectos no problemas
En situaciones de crisis es cuando se echa de menos un inversor que aporte capital para tapar el agujero, pero los inversores invierten en proyectos no en problemas. Por lo tanto, hay que hacer los deberes, tomar medidas para sortear la situación de crisis y volver a construir un proyecto.
Plan de Restructuración o de Viabilidad
Teniendo claras las anteriores premisas hay que definir un Plan y ejecutarlo. El primer paso consiste en definir los objetivos que se plasmarán en un Plan de Restructuración o Plan de Viabilidad. Este Plan define las actuaciones a llevar a cabo para retornar la empresa a la rentabilidad y/o el restablecimiento del equilibrio financiero. Las actuaciones que preverá el Plan serán, entre otras, de tipo operativo, comercial, laboral, estratégico y financiero. Asimismo, contendrá actuaciones de más rápida implantación (quick wins) y otras a más largo plazo que permitan lograr un reposicionamiento sostenible de la empresa.
Ejecución del Plan
Diseñado el Plan, resulta de vital importancia establecer la forma de implantación, con dos figuras clave:
El responsable de ejecutar el Plan: que tiene la responsabilidad de implantar las actuaciones diseñadas en el Plan. Esta figura puede existir dentro de la organización o recurrir a alguien externo a ella. A este respecto, en opinión de IMAP Albia Capital “cabe señalar que los directivos de las empresas están habituados, generalmente, a la gestión en “situaciones normales” de mercado. Cuando nos encontramos en una “situación especial”, frecuentemente es necesario, reforzar el equipo directivo con asesores y gestores expertos en situaciones de crisis de manera que doten al plan y a su ejecución de la credibilidad necesaria ante accionistas, trabajadores, banca, acreedores e Instituciones Públicas”.
El Comité de seguimiento del Plan: que marca las directrices, presta su apoyo al responsable de ejecución del Plan y es el garante y responsable último ante el órgano de gobierno y accionistas de la implantación del Plan.
Desde su experiencia el equipo de IMAP Albia Capital señala que “cuando se atraviesan situaciones traumáticas la contribución de especialistas en el diseño y ejecución del Plan incrementa de manera exponencial las posibilidades de retorno a la vía de rentabilidad por parte de la empresa”. La afirmación se basa en los resultados obtenidos acompañando a empresas en este camino. Para lograrlo, su objetivo no solo es preparar los análisis o los planes de viabilidad, necesarios para definir y compartir qué es lo que hay que hacer, sino acompañar y comprometerse en la ejecución de aquellas actuaciones definidas en el Plan. “De ahí que nuestro compromiso es con los resultados y para ello trabajamos codo con codo con el cliente para conseguirlos”.