Los precios en los mercados de gas europeos se encuentran en mínimos históricos al igual que los precios del petróleo. En ambos casos se puede encontrar la caída de la demanda de energía por la crisis de la COVID-19 entre sus causas. Pero hay otros intereses geopolíticos que también propician la actual situación de los precios bajos de los combustibles, como la desincentivación de las inversiones en fotovoltaica y eólica, o hacer inviable la extracción de gas de esquisto en Estados unidos
Los precios del petróleo
Las caídas históricas de los precios del petróleo están ocupando la mayoría de titulares en unos tiempos en que la pandemia de COVID-19 acaparan prácticamente la totalidad de la atención informativa. Los precios anormalmente bajos del crudo también se deben, parcialmente, a las consecuencias de la pandemia mundial: la caída de la demanda del combustible en todo el mundo por el parón de la economía en prácticamente todos los países ha hecho que las reservas estén al límite de ocupación y no haya donde almacenarlo.
Las noticias del petróleo a precios bajos son muy llamativas ya que es un mercado donde la oferta está muy controlada por unos pocos países productores que la gestionan oportunamente para evitar precisamente estas situaciones que les perjudicarían. Entonces, si la demanda ha disminuido ¿por qué no se ha rebajado también la producción? Pues una guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudí, esta última liderando al resto de países de la OPEP retrasó un acuerdo para limitar la producción frente a la caída de la demanda. Mientras el acuerdo no llegaba, los precios continuaban cayendo desde inicios de marzo y las reservas se continuaban llenando. Una vez conseguido el acuerdo, el pasado domingo 12 de abril, parece que ya era demasiado tarde para remontar.
La situación actual de los precios de los mercados europeos de gas
Sin ocupar tantos titulares, la situación de los precios de gas también es de mínimos históricos. Desde los precios máximos registrados en septiembre de 2018, los precios en los mercados de gas europeos no han parado de bajar. Desde ese final del tercer trimestre de 2018, los precios en el mercado ibérico de gas MIBGAS han caído un 77% hasta situarse por debajo de los 7 €/MWh. Las situaciones en los mercados TTF holandés y NBP británico son completamente análogas con caídas de los precios del 80% y 87%, respectivamente.
La demanda de gas también se ha visto afectada por la crisis de la COVID-19 y su caída también ha impactado los precios de los mercados de gas en las últimas semanas. Pero, como se ha visto, la tendencia a la baja de los precios del gas, que ha llevado a la situación actual de mínimos históricos, viene de más lejos y, como siempre, no se puede atribuir a una única causa si no más bien a una combinación de varios factores.
Por un lado, están las reservas de gas almacenadas en toda Europa que están en niveles históricamente altos para esta época del año. En el conjunto de los países de la Unión Europea, el gas almacenado alcanza los 657 TWh, el valor más alto de la historia a estas alturas del año. Esta cantidad de gas representa el 59% de toda la capacidad de almacenamiento disponible. Estos niveles de las reservas han venido por la menor demanda durante el invierno que ha registrado temperaturas menos frías de lo habitual.
Por otro lado, al igual que en el caso del Brent, están los conflictos y tensiones geopolíticas. Por ejemplo, los productores tradicionales de gas, los que extraen el gas de pozos, parecen tener cierto interés en mantener los precios bajos de momento para hacer menos rentable, e inviable en última instancia, la extracción de gas de esquisto, sobre todo en Estados Unidos. Estos precios bajos han puesto en crisis la producción de gas en Estados Unidos que no es suficientemente rentable y la deuda acumulada se cuenta en miles de millones de dólares, una situación que, en el peor de los casos, podría arrastrar a los bancos a la crisis.
Los precios bajos del gas y del petróleo también dificultan la expansión de los nuevos biocombustibles como combustibles alternativos para el transporte. De la misma manera, disponer de gas a precios muy bajos desincentiva la inversión en proyectos de energías renovables, sobre todo fotovoltaica y eólica, porque un precio del gas bajo mantiene los precios de los mercados eléctricos bajos y hace menos rentables las nuevas plantas de generación.
Perspectivas futuras de los precios del gas
Si una de las causas de los precios bajos actuales del gas es la poca demanda de un invierno suave y por la crisis de la COVID-19, es de esperar que en cuanto empiece la recuperación económica la demanda remonte y los precios tengan tendencia a subir. En cuanto a las tensiones e intereses geopolíticos, ya es más complicado de prever. Se ha visto recientemente como declaraciones del presidente Trump con amenazas a Irán han hecho repuntar los precios del petróleo estadounidense WTI y del europeo Brent.
Pero hay que tener en cuenta que unos precios del gas y del petróleo muy bajos durante demasiado tiempo no acaba beneficiando a ninguna de las partes. Por lo que, al ser precios controlables por la parte de la oferta, en el medio-largo plazo la subida de los precios parece clara.
En AleaSoft se actualizan diariamente los modelos de previsiones de demanda y de precios de gas en todos los horizontes desde corto hasta medio y largo plazo. Durante esta crisis de COVID-19, se van actualizando los reportes de previsiones que siempre se realizan con los datos más recientes y con los escenarios más probables. En breve se agregarán los precios de los mercados de gas al Observatorio de mercados de energía de su sitio web.