Desde que empezó la crisis del coronavirus, Gremisa ha incorporado mascarillas, ropas y guantes de protección en todos sus operarios
De todo ello habla José María Amoedo, Ceo en Gremisa Asistencia:
Aunque la naturaleza de la actividad de Gremisa Asistencia está incluida como baja probabilidad de exposición. Realizar cientos de intervenciones semanales y con un contacto bastante cercano, impone una importante protección propia y del asegurado.
Con estas medidas de protección, se garantiza que se defienda adecuadamente al operario de aquellos riesgos para su salud. Estableciendo protocolos de seguridad para antes, durante y después de cada intervención.
Hay que tener en cuenta, que Gremisa dispone de oficinas en Zaragoza, Huesca, Teruel, Tarragona, Soria, Baleares, Santander, León, Lérida y Castellón con más o menos incidencia de la infección según la provincia. Es por ello, que esta protección va más allá de la de los operarios e incluye al resto de las personas susceptibles del contacto directo o indirecto con ellos. Se debe seguir atendiendo las filtraciones, roturas, incendios y daños en viviendas ocasionados, así como en comunidades ó comercios.
Los equipos de protección individualizados, contienen mascarillas para protección respiratoria, guantes de tipo desechable para evitar contactos directos a través de saludos de mano y en el caso de servicios en viviendas, comunidades ó comercios, donde alguna persona presente síntomas, incluye ropa de protección contra salpicaduras de fluidos ó secreciones.
También, se han reforzado las medidas de higiene personal en todos los ámbitos de trabajo y frente a cualquier escenario de exposición.
La higiene en las manos es la medida principal de prevención, para lo cual se habilita de raciones individualizadas de gel desinfectante de manos Hidroalcohólico antivirus y aunque las manos estén visiblemente limpias, se recomienda en la medida de lo posible realizar los trabajos de reparación con guantes. También Intentar comunicarse con mascarilla. Y si se puede hablar a algo más de dos metros entre los interlocutores.
Con estas medidas, que son cuando menos extrañas en los equipos de trabajo, se contribuiye a evitar contagios, a tranquilizar a los asegurados y a garantizar esa primera barrera de protección.