La proliferación de casos de enfermos afectados por el coronavirus está provocando que sean muchas las personas que se planteen realizar testamento por lo que pueda pasar y con ánimo de proteger a los suyos en caso de fallecimiento afirman en testamentos.es
El Covid-19, la enfermedad respiratoria que causa fiebre, tos y falta de aliento se contagia a mayor velocidad que la gripe común y no tiene, en estos momentos, vacuna. En casos extremos puede ocasionar enfermedades graves que pueden conducir a la neumonía e incluso a la muerte
Los testamentos que mayor demanda están alcanzando son los notariales, donde el testador decide el reparto de sus bienes, propiedades y dinero y los vitales donde se indica qué se desea hacer en aspectos como sepultura, donación de órganos o tratamientos médicos aceptados.
Desde testamentos.es, especializada en este campo, su director Jordi Mercader ha explicado que “la demanda se ha multiplicado en los últimos días, hasta el punto que hemos tenido que reforzar nuestro equipo para poder dar respuesta a los casos en menos de 24 horas”.
Se da la circunstancia que, debido a la rapidez de expansión del coronavirus, muchas personas se están planteando realizar un acto como el testamento por la vía urgente y acceden a webs que permiten agilizar un trámite que hasta hace muy poco exigía de varias visitas al notario
La redacción de testamentos en España, hasta hace muy poco, parecía ser terreno solo para ricos que deseaban monitorizar la transmisión del legado hacia sus herederos pero las cosas han cambiado radicalmente. Los divorcios de familias con hijos han causado mella en la demanda. Son muchos los padres que desean proteger a sus hijos en el caso de deceso y no quieren que esta función recaiga sobre su ex pareja con la que a menudo no coinciden. Aparecen figuras clave como los tutores que son designados por el testador para velar por la adecuada administración de los bienes del finado mientras su hijo es menor de edad o los legados que son donaciones de objetos o bienes concretos a personas determinadas, sean estas miembros de la familia o no.
Fenómenos como el coronavirus recuerdan a la población que la muerte no nos es ajena y que es necesario planificarla para no perjudicar o para beneficiar a personas concretas.