De febrero a abril se abre la veda para la elección de centro educativo para miles de familias en toda España. Es a partir de entonces cuando los angustiados padres asisten dubitativos a las múltiples jornadas de puertas abiertas de los centros, donde comprueban si el colegio está al día en nuevas tecnologías, si fomenta el deporte, si impulsa la lectura o bien si potencia las lenguas extranjeras.
Actualmente hay un punto de interés adicional que compara los diferentes centros educativos y hace que algunas familias se declinen por uno u otro centro: las matemáticas.
Y es que, según una investigación realizada por la Universidad de Quebec, las habilidades matemáticas “son el mejor predictor del éxito académico futuro, ya que el buen dominio de esta materia favorece el avance en otras áreas como son la lectura y la comprensión verbal”.
No es de extrañar, por lo tanto, que las matemáticas se hayan convertido en una de las principales áreas a cuidar por parte de los centros.
En este sentido, Miquel de Paladella, director de JUMP Math España y experto de innovación social de #los100deCotec, comenta que, en este contexto, son principalmente dos las razones por las que los programas innovadores en la enseñanza de las matemáticas se han convertido en una ventaja competitiva para los centros, principalmente en Madrid y Barcelona, que son las ciudades con una mayor ratio de implementación:
1. En matemáticas, el sistema educativo tradicional no funciona. El aprendizaje mecánico, con base en la memorización y la repetición, no permite una comprensión profunda ni la competencia matemática, por lo que se generan lagunas en el aprendizaje. Esto no solo desmotiva a los estudiantes, sino que también garantiza fracasos continuados durante toda su escolaridad. En este sentido, uno de cada cuatro alumnos de 15 años en España “no llega al nivel mínimo para operar en una economía moderna”, según el último informe PISA de la OCDE.
“Y estos resultados no son ni naturales, ni tolerables. Hoy sabemos que prácticamente cualquier niño y niña tiene la capacidad de dominar perfectamente las matemáticas de Primaria y Secundaria. Si no lo consiguen, es un problema del sistema, de los recursos y de la pedagogía” comenta de Paladella.
Los centros que están consiguiendo mejoras significativas en matemáticas destacan algunos de los cambios qua han notado: “Antes, teníamos en cada clase un grupo de alumnos que se desconectaban nada más empezar. Otros que ni intentaban resolver problemas porque se etiquetaban como incapaces en mates. Ahora, el gran éxito es que se atreven a enfrentarse a cualquier problema matemático” afirma José Luis Touron, profesor del colegio Virolai. “Los docentes necesitamos materiales que nos ayuden a plantear pequeños retos incrementales que faciliten la competencia matemática, y no tanto la memorización de fórmulas o mecánicas de resolución”, prosigue Touron.
2. Los centros quieren mostrar datos de mejoras de alumnos frente al sector.
Pasar del aprendizaje mecánico que proponen los programas de matemáticas tradicionales, a programas de innovación educativa donde se pauta el aprendizaje de lo concreto a lo abstracto empieza a ser un imperativo en el sistema escolar. De hecho, según un sondeo de JUMP Math España realizado en 2019, el 75% de los docentes afirma que “cuando los alumnos asimilan las habilidades matemáticas, participan más en clase y mejoran en muchas otras materias”.
Los padres y madres son cada vez más conscientes de esto en España. “Muchos colegios privados nos venden que sus alumnos aprueban la Selectividad y que entran en las carreras de su primera elección; pero a menudo te das cuenta que lo consiguen a costa de mucho profesor particular, o de selección natural de los alumnos durante la ESO”, nos comenta la madre de una alumna del colegio Virolai. Lo importante es pedir resultados durante toda la escolaridad, y que el colegio escoja con criterio su programa de matemáticas”.
Son datos que los centros presentan como ventaja competitiva dentro de su catálogo formativo y que además sigue una línea educativa que pone el foco en la comprensión y la participación. “Desmitificar el talento innato y decir no a que los alumnos se pongan la etiqueta ‘no sirvo para las mates’. Todos son capaces de dominarlas y mejorar su rendimiento si les planteamos una secuencia probada de aprendizaje”, concluye Miquel de Paladella. Un dato más que inclina la balanza de los progenitores a la hora de elegir centro. Demostrado.