Según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa interanual de este indicador en la Región de Murcia desciende hasta el 3,8%, siendo 2,8 puntos inferior a la registrada el mes pasado y cinco décimas superior a la nacional.
Detrás de esta drástica reducción de la tasa general se encuentra la bajada que experimentan la electricidad y los carburantes, en contraste con el fuerte aumento que registraron en marzo del año pasado, como consecuencia del estallido de la guerra en Ucrania. Este “efecto base” se refleja en los grupos relativos a Vivienda y Transporte, que experimentan descensos interanuales del 17,5% y 5,5% respectivamente. El resto de productos, en cambio, mantienen tasas de crecimiento positivas, destacando en este sentido Alimentos y bebidas no alcohólicas (17%), Bebidas alcohólicas y tabaco (9,3%), Menaje (8,5%) y Hoteles, cafés y restaurantes (7,3%).
Como consecuencia de ello, la tasa anual de inflación subyacente (que no tiene en cuenta productos energéticos y alimentos sin elaborar) apenas se reduce cuatro décimas y se mantiene elevada, concretamente, en el 8%.
Respecto al mes anterior, descienden Vivienda (-2,1%), Transporte (-0,2%) y Comunicaciones (-0,1%) y crecen los precios del resto de grupos.
Estos datos, por tanto, muestran la persistencia de las tensiones inflacionistas en una buena parte de los productos que integran la cesta de la compra habitual de las familias, especialmente, en el caso de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que mantienen una tasa de crecimiento interanual del 17%
Ello, unido al encarecimiento de las hipotecas propiciado por la continua subida de los tipos de interés por parte del BCE y al estancamiento que sigue padeciendo la negociación colectiva en muchos sectores, dibuja un panorama muy adverso para las personas trabajadoras y sus familias. Los convenios colectivos de la Región apenas registraron un incremento salarial medio del 2,52% hasta marzo de este año y seguimos sin un AENC que sirva de referencia para pactar una política salarial equilibrada y justa.
En este escenario, la pérdida de poder adquisitivo que está sufriendo la remuneración de los asalariados es incontestable y, además, un problema para la economía, puesto que aumenta las situaciones de pobreza y perjudica el consumo y por ende, la actividad económica y la creación de empleo.
UGT considera que las empresas no pueden continuar instaladas en la irresponsabilidad que supone bloquear la negociación colectiva y negar sistemáticamente subidas salariales acordes a la inflación, mientras que siguen aumentando sus márgenes de beneficio, aprovechando la coyuntura y alimentando una espiral inflacionista que perjudica a todas y a todos. Nuestro Sindicato, por ello, seguirá exigiendo medidas eficaces para contener los precios de los productos básicos e impulsando una política salarial que garantice el mantenimiento de la capacidad de compra de las rentas del trabajo y lo haremos, sin lugar a dudas, articulando la movilización que sea necesaria para conseguirlo.