La Fundación Savia considera que la ganadería extensiva sigue siendo perjudicada en la nueva PAC

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La Fundación Savia considera que la ganadería extensiva sigue siendo perjudicada en la nueva PAC

La Fundación Savia, organización que lleva trabajando firmemente por la protección y el desarrollo de la Ganadería Extensiva desde el inicio de su andadura, cree en la necesidad de que esta actividad económica, con innumerables beneficios sociales y medioambientales, deje de ser perjudicada de una vez por todas por la PAC. Se han dirigido, por ello, al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, con una serie de datos que creen deben ser revisados en el Plan Estratégico remitido a Bruselas por el notable perjuicio que recibe la ganadería extensiva y la dehesa.

La versión inicial del Plan Estratégico de la PAC (2023-2027), aunque tiene 2019 páginas, se sustenta básicamente en los apartados titulados DELARACIÓN ESTRATÉGICA DEL PLAN NACIONAL (Pag 7-9) y el PLAN FINANCIERO (pags 166-170).

En el primero de estos apartados se especifica que España ha tomado como objetivo el desarrollo sostenible en la agricultura, la alimentación y las zonas rurales en un medio natural vivo… y se dice que para alcanzarlo se compromete a hacer un uso más eficiente del presupuesto de la PAC. Continúa reconociendo que la Ayuda a la Renta juega un papel importante en la resiliencia de las explotaciones, y para garantizarlas toma la decisión de que la Ayuda Básica sea el 60% del volumen total de las Ayudas Directas… y que los ecoesquemas, que suponen un 23% del total, tengan un diseño relativamente homogéneo en todo el territorio.

La lectura de este apartado, así como la de los siguientes, es bastante atractiva y agradable de leer porque parece que nos está llevando a una situación de necesidad de cambios en los sistemas de producción de alimentos para responder a la sociedad europea en los retos que nos demanda desde el punto de vista social, económico y medioambiental.

La mayor parte de las 219 páginas repiten frases y conceptos muy interesantes y seductores como: “Contribuir a la protección de la biodiversidad, potenciar los servicios ecosistémicos y conservar los hábitats y paisajes” (objetivo nº6); “Promover el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de recursos materiales tales como el agua, el suelo y el aire” (objetivo nº5); y “Contribuir a la atenuación del cambio climático y a la adaptación de sus efecto” (objetivo nº4)…

Pero cuando se entra a analizar cómo se reflejan estos bonitos contenidos en el PLAN FINANCIERO, que es el que demuestra el verdadero reparto que se hacen de las Ayudas a la Renta para conseguir los objetivos expuestos, nos encontramos con que el documento escrito mandando a Bruselas parece un relato virtual, cargado de bonitas frases y buenas intenciones, que se ha hecho para agradar a los revisores de PEPAC, pero que tiene muy poco que ver con la realidad de lo que está ocurriendo con los Pastos Permanentes y la Ganadería Extensiva, en más de la mitad del territorio nacional.

Por ejemplo: Se conoce científicamente el extraordinario papel que juegan los Pastos Permanentes (como sumideros de carbono), para alcanzar los objetivos medioambientales del Acuerdo de Paris (2016), el Pacto Verde Europeo (2020) y la limitación de Producción de Metano de la COP25 (2021). Pues bien, se puede observar con rotunda nitidez cual es la injusta respuesta que reciben dentro del Plan Financiero del Plan Estratégico enviado a Bruselas:

Partiendo de la base de que España tiene, según datos oficiales de SIGPAC (Servicio de Información Geográfica de la PAC) 18,8 MILLONES DE HECTÁREAS DE PASTOS, que son dos millones más que de tierras cultivables (que solo tienen 16,7 millones de hectáreas).

Se demuestra que el 77% de todos los Pastos, quedan totalmente fuera de las Ayudas Básicas a la Renta de la PAC. Pues solo 4,58 Millones de hectáreas admisibles tienen Derechos para poder cobrar las Ayudas a la Renta (que están incluidos en las Regiones número 15, 16, 17, 18 y 19).

Se puede ver que la discriminación económica a la que están sometidos los Pastos y la Ganadería Extensiva (indisolublemente unidos) desde hace décadas por parte de la PAC queda reflejada en la actualidad porque solo tienen adjudicados el 22% de los Derechos de Pago Básico y solo van a recibir el 16% del importe total de las Ayudas Básicas a la Renta.

Se puede comprobar que el 76% del total, de los Pastos Permanentes (3,5 millones de hectáreas) que constituyen las Regiones nº 15 y 16 tiene un valor Medio Regional (VMR) de alrededor de 70 euros/hectárea, mientras que el VMR que reciben las tierras de cultivo (Regiones nº1 al nº14) superan los 205 euros/hectárea (un valor 3 veces superior a los Pastos).

Se observa que en la partida presupuestaria correspondiente a los Ecoesquemas (Ecoregiones) solo se dedica al conjunto de los Pastos (Húmedos + Mediterráneo) el 18% del importe total, mientras que las tierras de cultivo recibirán el 82%.

En los Pagos Acoplados (15% del presupuesto) que se reparten entre cultivos y cabezas de ganado (vacuno, ovino y caprino), el importe total que van a recibir los ganaderos queda distribuido de la siguiente forma: Para el ganado que pastorea (extensivo + semiextensivo) se destina 45% del presupuesto, y para el ganado productor de leche y los cebaderos el 32% del presupuesto.

El Pago para Jóvenes Agricultores será destinado a Ganaderos el 23% del presupuesto, y a Agricultores el 77% del presupuesto.

Como se puede comprobar, un reparto tan desigual e injusto para los Pastos Permanentes (con 2 millones de hectáreas más que las tierras de cultivo) dará lugar a que los ganaderos de extensivo reciban unas Ayudas Directas de alrededor del 17% del presupuesto (850 millones de euros al año) y los agricultores recibirán el 83% del presupuesto (4000 millones de euros al año).

La consecuencia de este continuo mal reparto de las Ayudas a la Renta de la PAC (para los ganaderos de extensivo) ha dado lugar a que a lo largo de los últimos 30 años hayan ardido en España alrededor de 3 millones de hectáreas, hayan desaparecido el 65% de las explotaciones ganaderas familiares se hayan despoblado el 80% de los municipios rurales, y que el 84% de las razas autóctonas españolas estén en peligro de extinción.

No es de extrañar por tanto que cada año haya menos ganaderos de extensivo y mayor cantidad de Pastos abandonados, como lo demuestra el hecho de que en el último trienio (2015-2018) analizado por el Ministerio de Agricultura (MAPA) se haya producido una pérdida del 4,3% de los Pastos declarados en la PAC (muy cerca del 5% castigado por Bruselas), mientras que hay un incremento del 1,6 % de las Tierras de Cultivo.

Como se puede observar, la ganadería extensiva, una vez más, vuelve a ser discriminada en otra anómala aplicación de la PAC en España. La Fundación Savia reivindica que se rectifiquen los planteamientos que están acabando con los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva, que no ha estado debidamente representada en las negociaciones mantenidas con los interlocutores, priorizando el mantenimiento del estatus agrario actual, y todo ello, sin tener en cuenta los objetivos medioambientales previstos en el Pacto Verde Europeo.

Carta remitida al Ministro de Agricultura

La Versión Inicial del Plan Estratégico de la PAC (2023-2027, comienza estableciendo los principios en los que se va a sustentar la nueva PAC. Debido a su importancia expositiva de la Estrategia a seguir, nos hemos dedicado a leer detenidamente el apartado DECLARACIÓN ESTRATÉGICA.

En el punto 1 del Índice General, dedicado a la Declaración Estratégica del Plan Nacional (página 7, 8 y 9) se dice que el nuevo Reglamento de Planes Estratégicos supone un cambio sustancial en la PAC, hacia una nueva política orientada a la seguridad alimentaria, la intensificación del cuidado del medio ambiente y el fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales. Para ello, España ha tomado como objetivo el desarrollo sostenible de la agricultura, la alimentación y las zonas rurales en un medio natural vivo; y para alcanzarlo se compromete a hacer un uso más eficiente del presupuesto ligando ayudas al cumplimiento de objetivos en base a tres ejes:

Mayor equidad en el apoyo a la renta

Garantizar el cumplimiento de compromisos y objetivos ambientales

Puesta en funcionamiento de un amplio conjunto de medidas encaminadas a contribuir a la sostenibilidad ambiental

Para lo que "será especialmente necesario no dejar a nadie atrás".

Continúa reconociendo así mismo que la Ayuda a la Renta juega un importante papel en la resiliencia de las explotaciones y expone que para garantizarlo se hará un diseño de la ayuda básica a la renta del 60% del volumen total de ayudas directas, con el fin de contribuir a la consecución de los objetivos de las Estrategias de la Granja a la Mesa y de Biodiversidad para el horizonte 2030, reduciendo el empleo de productos fitosanitarios, la pérdida de nutrientes del suelo y el uso de fertilizantes, así como el de antimicrobianos en la cría del ganado. También, con respecto a los ecoesquemas, dice que se pretende dar respuesta a aquellas necesidades presentes en todo el territorio nacional para lo que resulta idóneo un diseño relativamente homogéneo en el territorio.

También se especifica en esta Declaración Estratégica que, desde el punto de vista social, a través de las ayudas a las rentas se proporciona seguridad al sector agrario, favoreciendo el mantenimiento de la actividad agraria y la revitalización de las comunidades rurales, teniendo en cuenta la reducción de la brecha de género y el apoyo al relevo generacional. Para terminar diciendo que de esta manera se espera que la implementación del Plan Estratégico de la PAC ayude al sector agrario a responder de forma equilibrada a los retos económicos, sociales y

medioambientales a los que se enfrenta, mejorando la rentabilidad del sector, aportando seguridad a los agricultores y garantizando una mayor ambición medioambiental y climática.

La lectura de este apartado nos infundió ánimo suficiente para seguir adelante, analizando el contenido de las 219 páginas de las que consta. Después de haber examinado el conjunto de los 9 apartados desarrollados en esta Versión Inicial del PEPAC, y con todo el respeto debido a las personas que han realizado este trabajo y después de agradecerle el gran esfuerzo para hacerlo posible, nos atrevemos a hacer el siguiente

COMENTARIO

"Parece un relato virtual cargado de bonitas frases y buenas intenciones (que tiene muy poco que ver con la realidad de lo que está ocurriendo en España con los Pastos Permanentes y la Ganadería Extensiva). Parece como si se hubiese escrito pensando en agradar a los revisores del PEPAC". Porque esta propuesta para la nueva PAC (2023-2027) tiene el gran fallo de dejar totalmente fuera de ella al 77% de los Pastos Permanentes.

Con respecto al diseño que se ha hecho para los Ecoesquemas, se puede decir que es heterogéneo e injusto, pues se observa que solo dedica al pastoreo directo (como gran sumidero de carbono) 218,4 millones de euros (19% del importe total), a razón de 48 euros/hectárea admisible (importe medio), mientras que, por otro lado, dedica 889 millones de euros (81% del importe total), a razón de 60 euros/hectárea admisible (de media), a las tierras donde predomina el cultivo intensivo que, por el contrario, lo que hacen es contribuir a contaminar el medio.

En cuanto a lo que se dice sobre una adecuada distribución de las Ayudas a la Renta, un simple análisis del conjunto de los actuales datos agrarios oficiales contradice las afirmaciones que se hacen en el PEPAC sobre el mantenimiento de la actividad agraria y la revitalización de las comunidades rurales. Pues, según el INE, en el último periodo publicado 2013-2018 la superficie de pastos permanentes ha disminuido un 4,3%, mientras que las tierras labradas se han incrementado en un 1,8%. Esta importante regresión de los Pastos Permanentes está provocando, de acuerdo con un estudio realizado por Funcas (Confederación Española de Cajas de Ahorros), el abandono del pastoreo por una gran parte de la ganadería extensiva (disminución del 65% de las explotaciones) y una importante pérdida del aprovechamiento racional de recursos naturales (más de 20 millones de toneladas de materia seca), que en lugar de ser consumidas por el ganado y transformadas en carne o leche, termina en la matorralización del campo y la aparición del fuego (3 millones de hectáreas han ardido en las últimas 3 décadas), que ha emitido a la atmósfera 120 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI).

Partiendo de la base de que esta propuesta administrativa es manifiestamente perjudicial para el importante subsector de la Ganadería Extensiva española, y extremadamente negativa para la sociedad europea por sus repercusiones medioambientales y socio-económicas (abandono del campo, despoblación, fuego y contaminación), solicitamos que se revise esta propuesta PEPAC que crea una enorme e incomprensible situación de injusticia social, económica y medioambiental para la aplicación de la nueva PAC en España (Plan Estratégico Nacional), teniendo en cuenta que somos el país con mayor cantidad de Pastos Permanentes de toda la UE, y el que reúne mejores condiciones para desarrollar la Ganadería Extensiva y Ecológica (como está demostrado) es lo que persigue la Unión Europea para cumplir los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París (2015), Pacto Verde Europeo (2020) y en la COP26 sobre Limitación de la Producción de Metano (2021).

ANTECEDENTES

La deficiente gestión que España está haciendo con los PASTOS los está llevando a la marginalidad, al abandono y a que muchos terminen ardiendo.

Durante la vigencia de la PAC, los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva han estado siempre marginados. Esta deficiente gestión de los Pastos nos ha llevado a que un ganadero de extensivo reciba en España un Pago Básico de 60 euros/hectárea admisible, mientras que, por ejemplo, en Italia reciben 229 euros/hectárea admisible y en Grecia llegan hasta los 258 euros/hectárea admisible (4 veces más que en España).

Los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva constituyen un trípode medioambiental, que es un ejemplo paradigmático de sostenibilidad y economía circular (primigenia) que perdura a través de los tiempos, aportando gratuitamente Bienes y Servicios a la sociedad (paisaje, biodiversidad, salud, bienestar animal, descontaminación, prevención de incendios, etc., etc.), a pesar del maltrato administrativo (económico y legislativo) al que están sometidos desde hace décadas.

Los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva están aportando a España unos 2.000 millones de euros al año, a través de medio ambiente (de acuerdo con el funcionamiento medioambiental emergente europeo y la tendencia actual del mercado de compraventa de Derechos de Emisión de CO2), mientras que, sin embargo, se les está penalizando constantemente quitándoles además de millones de hectáreas (14), el 40% de los 255 euros/hectárea que en justicia les pertenece de la PAC (que son la media que reciben los agricultores), procedentes de las Ayudas a la Renta (Pagos Directos)y que precisamente llegan desde Bruselas, para evitar que tengan que abandonar sus explotaciones por falta de rentabilidad. Esta errónea decisión significa que los ganaderos de extensivo reciben 90 euros/hectárea admisible menos que los agricultores, del total de las Ayudas Directas (incluidos Pago Verde y Pagos Asociados).

La injusta aplicación que se está haciendo de los Pagos Directos de la PAC en España supone un trasvase económico de los PASTOS hacia las tierras de cultivo de más de 407 millones de euros cada año, lo que ha provocado a lo largo de 30 años de PAC el abandono progresivo de más de 10 millones de hectáreas de

superficie pastoreable, la descapitalización de los ganaderos de extensivo, (pérdidas de más de 12.000 millones de euros durante las tres décadas PAC), la desaparición de más del 65% de las explotaciones ganaderas familiares, la despoblación del 80% de las zonas rurales, el poner en peligro de extinción al 84% de las razas autóctonas españolas, además de contribuir a que pueda arder alrededor de 3 millones de hectáreas en las últimas tres décadas, con la emisión tóxica a la atmósfera de 120 millones de Tm de gases de efecto invernadero, que en el mejor de los casos han supuesto un coste medioambiental para España de más de 6.000 millones de euros. Sin contar las vidas humanas perdidas y los daños provocados en la Salud Pública (patologías respiratorias).

Decía el filósofo y escritor romano Marco Tulio CICERÓN: "Hay que conocer el pasado para entender el presente, y preparar el futuro".

Pues bien, estamos dando muestras, hasta ahora, de desconocer el pasado histórico de los PASTOS españoles, de no entender la peligrosa situación de abandono en la que se encuentran en el presente y, por tanto, la improbabilidad de que se pueda ofrecer un futuro prometedor para los mismos.

En este contexto de pastoralismo, hay que resaltar que el diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) define el Pasto de la siguiente forma: Pasto es la hierba que el ganado aprovecha en el mismo terreno donde se cría. Por tanto, hablar de PASTOS es hablar siempre de GANADERÍA EXTENSIVA. Están indisolublemente unidos. No hay ganadería extensiva sin pastos, ni pastos sin ganadería extensiva. También debe quedar claro que "Solo es Ganadería Extensiva la que consume Pastos". Llamar extensivas o semiextensivas a otros tipos opacos de ganaderías intensivas es simplemente tergiversar su buen nombre y facilitar o favorecer una competencia desleal.

FUNDAMENTOS

Desde la Fundación Savia, que creemos firmemente en que la protección y desarrollo de la Ganadería Extensiva es una NECESIDAD IMPERIOSA para España, venimos diciendo desde hace décadas en innumerables escritos dirigidos respetuosamente al Ministerio y Consejerías (todos con su correspondiente registro de entrada) y a los que desgraciadamente no recibimos contestación, el desconocimiento que existe del pasado agroganadero español, la falta de entendimiento existente para comprender lo que está ocurriendo en el presente, y la ausencia total de un proyecto de futuro para los PASTOS Y LA GANADERÍA EXTENSIVA. El argumento que defendemos para demostrar lo dicho queda expuesto en los siguientes puntos (3):

El desconocimiento imperante sobre el pasado histórico de la Ganadería Extensiva española queda patente al comprobar fehacientemente que casi nunca se hace una referencia oficial a la extraordinaria historia que tienen los pastos y la ganadería extensiva en España. Historia milenaria que tiene una referencia emblemática en la creación del Consejo de la Mesta, por parte del Rey Alfonso X en el año 1273, "con el fin de proteger a los ganaderos frente a los agricultores",

porque durante casi 600 años (hasta que fue abolida en el año 1836), la ganadería extensiva era más importante económicamente (aportación de divisas) para el Reino de España que la agricultura. La Mesta fue considerada durante este tiempo como el gremio ganadero más importante de Europa, gracias a la abundante riqueza genética de su ganado (165 razas autóctonas), a la capacidad innata de estos animales para aprovechar racionalmente la ingente cantidad y variedad de pastos existentes en España (tres veces superior en número de hectáreas que las tierras de cultivo), y sobre todo, por la admirable Organización y Planificación que se hacía en España para poder trasladar al ganado de un punto a otro de la Península (Trashumancia) para consumir directamente los recursos naturales del suelo (economía circular) y que no les faltara el Pasto a los animales durante todo el año. Construyendo para ello itinerarios concretos (Cañadas, Cordeles y Veredas), regulados, ordenados y protegidos por la Ley, que constituyeron una extraordinaria red de vías pecuarias interconectadas entre sí, que atravesando España de Norte a Sur y de Este a Oeste, aún subsisten al día de hoy a lo largo de más de 125.000 km y ocupando una extensión de más de 400.000 hectáreas. Pero lo que todavía llama más la atención es que se está ignorando inconscientemente que hasta la década de los años 60 (último medio siglo), existía en España una cabaña ganadera extensiva constituida por 22,6 millones de ovinos, 3,6 millones de bovinos y 6 millones de porcinos, que pastoreaban a lo largo de todo el año en unos 23 millones de hectáreas de pasto, produciendo más de 539.000 toneladas de carne al año, con la que se autoabastecía a toda la población española (33,3 millones de habitantes), que según la ONU tenía en aquellos momentos, un consumo "per cápita" de 21,8 kilos de carne, lo que curiosamente coincide con la recomendación que hace hoy la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) para tener una dieta sana y equilibrada (350-500 gramos/semanales).

La falta de entendimiento de lo que está ocurriendo en la actualidad con los Pastos, puede ser contrastada, por un lado, con la tergiversación del lenguaje que se hace interesadamente al referirse de forma confusa a ellos, comparándolas con tierras improductivas o abandonadas, y solapando los conceptos de pastos forestales (arbóreos, arbustivos), pastos herbáceos y Dehesa, dentro de un "totum revolutum", que solo sirve para facilitar que se produzcan situaciones opacas y fraudulentas, en las que algunas personas físicas, organizaciones y empresas privadas se están apoderando injusta y deslealmente de las características beneficiosas (medioambientales, sociales y de bienestar animal) de los PASTOS y de LA GANADERÍA EXTENSIVA, para desviar sus merecidas Ayudas (Derechos) a otros tipos de cultivos contaminantes y ganadería intensiva (que nada tienen que ver con los primeros), privando así a los auténticos destinatarios (ganaderos de extensivo) de las Ayudas a la Renta que les corresponde por su diaria labor social y medioambiental. Provocando con ello su expulsión del campo, el cierre de sus explotaciones (han desaparecido 2 de cada 3 ganaderos) y el abandono de sus pueblos (el 80% de los municipios están despoblados). Pero además, por otro lado, también puede quedar demostrado la falta de entendimiento administrativo que existe sobre lo que significan los PASTOS para España, en base a siguientes datos que no pueden dejar lugar a dudas:

El 65% del territorio español no es cultivable (debido a las características edafoclimáticas de sus suelos), pero si es pastoreable. Prueba de ello es que tradicionalmente se han reconocido en España alrededor de 23 millones de hectáreas de PASTOS (hasta el año 1980), en los que pastoreaba anualmente un censo de animales de abasto equivalentes a 10,5 millones de UGM, ahorrando con ello a España la producción y comercialización de más de 5.000 millones de kg de piensos concentrados al año, con todo lo que esto significa desde el punto de vista económico (un coste de 900 millones de euros) y, sobre todo, ambiental para el cálculo de la huella de carbono en la industria cárnica (4.000 millones de euros). Sin olvidar que en España existe ya un 20% de tierra improductiva e infértil (degradación del suelo).

Desde el año 1987, cuando España entra en la Comunidad Económica Europea (CEE), y se empieza a aplicar la Política Agraria Común (PAC), se han ido tomando, sucesivamente, una serie de desacertadas decisiones ganaderas que han ido potenciando la presencia de una pujante ganadería intensiva-industrial (contaminante y difícilmente sostenible), mientras que se ha ido penalizando a la ganadería extensiva (familiar, rural y medioambientalmente sostenible), consiguiendo poco a poco la expulsión del mercado de sus productos tradicionales (con una competencia desleal) y marginando cada vez más, en la PAC, a las superficies de pastos (unidad agraria ganadera), apartándolas de las Ayudas a la Renta (Pagos Directos) que llegan desde Bruselas, hasta hacerlas prácticamente desaparecer del escenario de la PAC. El resultado de ello es que, actualmente, el 77% de los Pastos españoles están expulsados (fuera) de la PAC.

En el año 2018, se produce en la Administración una situación digna de mencionar, ya que refleja claramente el poco interés que España dedica a los Pastos. Los escasos datos que oficialmente maneja el Ministerio de Agricultura (MAPA) para ese año, son los siguientes:

Por un lado, el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIGPAC) dice que existen en España 18,8 millones de hectáreas de Pastos.

Por otro lado, el Anuario de Estadísticas Agrarias dice que son solo 8,9 millones de hectáreas.

Mientras que en el Informe del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) aparecen solo 5,9 millones de hectáreas de Pastos.

Se ofrecen tres cifras oficiales, en un mismo año, tan llamativas y DISTINTAS que su mera observación indica el estado de abandono en el que se encuentran los pastos españoles: el SIGPAC reconoce oficialmente que existen 18,8 millones de hectáreas de Pastos, el Anuario de Estadística dice que hay 8,9 millones de hectáreas, pero el FEGA solo declara en Bruselas 5,9 millones de hectáreas (antes de aplicar el CAP). Con el agravante añadido de que el mismo FEGA reconoce además que existen en España 6.825.416 hectáreas de Pastos Permanentes (ubicados en la Red Natura 2000), de los que 2.809.530 hectáreas están catalogadas como "pastos medioambientalmente sensibles". Lo que demuestra que aquí ni siguiera todos los Pastos de la Red Natura 2000 están dentro de las Ayudas Directas de la PAC.

Las difíciles circunstancias por las que atraviesan los Pastos en la actualidad tienen que ver con :

Por un lado, el injusto reparto que España hizo en el año 2015 con los Derechos de Pago Básico de la PAC (para 19,6 millones de hectáreas admisibles). Pues de ellos, a los pastos, que son los terrenos que manejan adecuadamente los ganaderos de extensivo para pastorear, solo se les concedieron los Derechos correspondientes a 4,58 millones de hectáreas admisibles (el 22,3% del total de los Derechos de Pago Básicos), mientras que a los agricultores se les adjudicaron los Derechos correspondientes a 15,35 millones de hectáreas (77,7% de los Derechos). Por si esto fuese poco, a estos ganaderos se les volvió a penalizar a la hora de repartir el importe económico del valor de cada Derecho (concediéndoles a los Pastos valores hasta 22 veces más bajos que a los cultivos), de tal forma que los ganaderos de extensivo (a través de los escasos Derechos concedidos a los pastos) solo reciben el 16% del total de la partida correspondiente al Pago Básico (Ayuda a la Renta), mientras que los agricultores están recibiendo el 84% del dinero total.

Por otro lado, cuando se hace la desconcertante regionalización en España (50 Regiones PAC) para distribuir los mal llamados Derechos Históricos, (basados en producciones del siglo pasado, ya desacopladas) a los ganaderos de extensivo se les concentra casi todos sus Pastos (80%) en dos inexplicables Regiones (Región 103 y Región 203), para que solo puedan recibir de media, entre las dos Regiones, unos 70 euros/hectárea admisible (Pago Básico), después de haberles sido descontadas injustamente, según el Tribunal de Justicia Europeo (Sentencia 9/06/2016), millones de hectáreas admisibles, llegando a alcanzar hasta el 15% de las hectáreas totales en el caso de la Dehesa. Mientras que, a los agricultores se les distribuye (la totalidad de sus hectáreas) cuidadosamente repartidas en 43 regiones, por toda España, para conseguir que reciban por Derecho de Pago Básico alrededor de 180 euros/hectárea, de media (cantidad casi tres veces superior al valor medio del Pago Básico de los ganaderos de extensivo).

Finalmente, la conjunción de la incomprensible regionalización, por un lado, con el injusto reparto de las Ayudas que, por otro lado, ha dado lugar a la debacle, casi definitiva, de la Ganadería Extensiva y a la Dehesa; de tal forma que, de los 5.006 millones de euros de Pagos Directos que llegaron de Bruselas en el año 2018, los ganaderos solo recibieron 822 millones (incluidos Pagos Verde y Asociados), mientras que los agricultores recibieron 4.184 millones de euros (unas ayudas totales a la Renta 5 veces mayores que las que recibieron los ganaderos). Pero lo peor de todo es que esta injusticia se está intentando que continúe, a día de hoy (porque si la situación era muy mala con 50 Regiones, sigue siéndola con el lavado de cara de las 20 Regiones que seguimos), siendo conscientes de que tanto uno como otros hacen la misma función agraria para cumplir con las Directrices socio-ambientales de

la PAC (mantener vivo el campo rural y manejar adecuadamente las tierras), ya que todas las Administraciones saben que las Ayudas están desacopladas de la producción desde hace varias décadas. Por tanto, basándonos en esta premisa, creemos que la desacertada gestión que se hace de los Fondos de la PAC ha conseguido un reparto que desgraciadamente desde el punto de vista medioambiental, es todo lo contrario de lo que pide actualmente Bruselas.

La improbabilidad de que España pueda preparar un futuro halagüeño para los Pastos y la Ganadería Extensiva se puede vislumbrar sin ninguna dificultad, teniendo en cuenta, por un lado, los datos que hemos aportado en el apartado sobre el desconocimiento histórico que existe de los Pastos españoles y, por otro lado, con las contundentes cifras oficiales que hemos ofrecido en el apartado anterior sobre la falta de entendimiento administrativo que padecen los pastos. Pero, sobre todo, lo que más llama la atención, es que la Administración no comprenda el imprescindible papel medioambiental (demostrado científicamente) que los pastos juegan (como sumideros de carbono) en estos momentos para evitar el calentamiento global, y su importante contribución para que disminuyan, de una forma rápida y sostenida, las emisiones (GEI) a gran escala. Los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva cumplen mucho mejor que cualquier cultivo intensivo (generosamente premiados en la PAC) el objetivo principal (disminuir la masa de CO2eq) comprometido tanto en el Acuerdo de París (año 2015), como en el Pacto Verde Europeo (año 2020), y sus estrategias "De la Granja a la Mesa" y "Biodiversidad 2030". En esta emergente actualidad, se puede decir que:

Afortunadamente, a día de hoy, se puede hacer una valoración aproximativa de parte del daño económico que se le está haciendo a los Pastos y la Dehesa con el mantenimiento tozudo de este error en la nueva aplicación de la PAC. Solo el valor económico del Servicio Público que prestan ambos como sumideros de carbono, aparte de los otros múltiples beneficios ecosistémicos que los Pastos y la Dehesa españoles prestan a la sociedad (paisaje, biodiversidad, salud, bienestar animal, etc., etc.), puede suponer una aportación económica al Estado de 150-200 euros por hectárea al año. Este dato se puede obtener en base al potente mercado de compra-venta de Derechos de Emisión de CO2, a razón de 50 euros/Tm CO2eq (precio medio de mercado), multiplicado por las 3-3,5 Tm/CO2/hectárea que captan de media estos ecosistemas anualmente (UCO, 2021); de los que, por cierto, los ganaderos de extensivo no están recibiendo ni un euro, pudiendo ser acreedores de los mismos.

Se trata de un valor económico-medioambiental de los Pastos Permanentes españoles, que coincide con los calculados por otros países, como Francia (estimados en unos beneficios netos de 142 euros/hectárea/año), o Finlandia (que estima que por cada 1 euro de inversión pública realizada por hectárea recupera 20 euros de beneficio).

Esta anómala conducta de España, que está renunciando al uso y aprovechamiento apropiado del suelo no apto para cultivos (en contra de toda lógica europea), desistiendo de la utilización medioambiental de sus razas autóctonas (el 84% de ellas en peligro de extinción), y abdicando del aprovechamiento racional ganadero de recursos vegetales gratuitos (pastos naturales) de gran parte de su territorio (una

riqueza verde con un valor superior a 2.000 millones de euros, una vez transformada adecuadamente en carne) nos lleva a una situación enormemente preocupante para la Ganadería Extensiva, los Pastos y la Dehesa, ya que, además de la pérdida patrimonial generada a sus propietarios (descenso del 50% del valor de la tierra en los últimos años), los dejan anclados en unas importantes pérdidas productivas, dentro de una crisis económica estructural (150-200 euros/hectárea), de la que es imposible que los ganaderos salgan solos, si las Administraciones no toman medidas económicas (Pagos Directos de la PAC), urgentes y de calado en el Plan Estratégico Nacional por un lado, y por otro lado legislan de una forma racional y adecuada para el manejo del ganado en el campo (asfixia burocrática) que difiere enormemente de lo que es el ganado en intensivo. En este contexto de Reforma de la PAC, nos gustaría apuntar que la cortina de humo que se está extendiendo, ahora mismo, para transmitir la sensación de que la gran solución, para mantener los ecosistemas de pastos, es elaborar un Ecoesquema para la Ganadería Extensiva en la próxima PAC (2023-2027) es una anomalía informativa que no debe continuar. Sobre todo, cuando se sabe que el valor de los Ecoesquemas solo va a suponer el 23% del total de los Pagos Directos con lo que ni siquiera se va a poder suplir la desaparición del 30% del Pago Verde actual. Es decir, que el valor del Ecoesquema, destinado teóricamente a salvar a la Ganadería Extensiva significa una nueva artimaña para enmascarar la penalización que van a seguir sufriendo los Pastos y la Dehesa en la nueva PAC.

Por tanto, el CAMBIO VERDADERAMENTE NECESARIO (no el virtual) para recuperar la maltrecha Ganadería Extensiva, los Pastos y la Dehesa tiene que sustentarse sólidamente en otro tipo de Regionalización distinta a la que tiene y plantea España (la nueva Reglamentación ha de ser más moderna y europea, y tendente a quedar reducida a solo varias Regiones), y también hay que establecer unos futuros Derechos de Pago Básico (dirigidos a una auténtica convergencia europea y no a la parodia regional que propone España). Derechos de Pago Básico que han de ser bastante mayores para los Pastos y la Dehesa, de los que existen hoy (como mínimo el doble que los que están recibiendo actualmente si se quiere salvarlos). Debiendo descansar forzosamente dentro del importante capítulo de Ayuda Básica de la nueva PAC, que es el importe que verdaderamente garantiza Europa y donde se va a repartir el 60% del presupuesto total de los próximos Pagos Directos. Todo lo que no sea esto, (y se continúe hablando de los ecoesquemas voluntarios, los diversos pagos asociados, la redistribución del 10% dentro de cada Región, y los PDRs es seguir con la confusión, el embrollo y la injusticia. La realidad incuestionable es que los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva están heridas de muerte en el Pago Básico (español), y es ahí donde hay que actuar urgentemente, porque todos las demás Ayudas son pequeñas añadiduras a las que también tienen derecho estos profesionales, igual que los tienen y los disfrutan el resto de los sectores. Es muy decepcionante tener que seguir viendo como conscientemente se prima a producciones no sostenibles a futuro, y se abandona de nuevo a los Pastos y la Dehesa (crisol ecológico de culturas) en los que los ganaderos de extensivo cumplen, mucho mejor que cualquier cultivo intensivo, los tres objetivos que específicamente se priorizan en

Bruselas para la elaboración de los Planes Estratégicos, que son: a) contribuir a la mitigación del cambio climático (disminución drástica de la masa de CO2), b) promover la gestión eficiente de los recursos naturales (agua, suelo y aire), y c) contribuir a la protección de la biodiversidad, los hábitats, los paisajes y el bienestar animal.

Lamentamos profundamente tener que hacer un escrito en estos términos, pero es la última oportunidad que tenemos para dejar constancia de los múltiples intentos que hemos hecho desde la Fundación Savia para conseguir que se rectifiquen los desafortunados planteamientos que están acabando con los Pastos, la Dehesa y la Ganadería Extensiva. Hemos intentado, durante más de una década, transmitir en muchos escritos, respetuosos y documentados, el daño que se le estaba haciendo a este sector, que es lo mismo que decir al 36% del territorio nacional. Lo hemos intentado, sin éxito, por todas las vías oficiales a nuestro alcance. Lo hemos hecho desde el convencimiento pleno de que el sector de la Ganadería Extensiva nunca ha estado debidamente representado, en las negociaciones mantenidas con los interlocutores válidos ante la Administración, ya que se prioriza el mantenimiento del "estatus agrario actual", hay una oposición manifiesta al cambio, y se está muy condicionados por decisiones injustas tomadas con anterioridad. Todo ello deja de nuevo a este sector como "víctima propiciatoria" de otra anómala aplicación de la PAC en España, sin tener en cuenta que nuestro país "marcha con el pie cambiado" con respecto a los Pastos Permanentes, y no se cumple adecuadamente con los objetivos medioambientales previstos en el Pacto Verde europeo.

En este contexto de amarga exposición, un tanto desagradable para los que escriben, así como para los que van a leerlo, y aunque somos conscientes de que nuestra opinión "va a caer en saco roto" una vez más, porque según leemos en la prensa existe ya "un consenso básico", entre las CC.AA. con respecto a quienes deben ser los perceptores de las Ayudas, y el reparto de las mismas (Plan Financiero, páginas 166-170 del PEPAC), nos atrevemos a hacerles las siguientes

ALEGACIONES-PROPUESTAS:

1ª ALEGACIÓN

Dentro de la atractiva Declaración Estratégica del Plan Nacional (llena de buenas intenciones) que se expone en el primer apartado (páginas 7 a 10) creemos que es imprescindible incluir los Datos Oficiales Agrarios (Distribución del suelo) publicados por el Ministerio de Agricultura (MAPA) en 2018, con la finalidad de conocer cuál es la situación agraria de partida de España (como país miembro de la UE) para abordar la aplicación de la Nueva PAC (2023-2027), y observar cómo se va a repartir las Ayudas Comunitarias. De esta forma se va a poder ver si se hace con justicia hacia todos los productores agrarios, para

poder cumplir con los objetivos previstos en el Pacto Verde Europeo y sus estrategias "de la Granja a la Mesa" y "Biodiversidad 2030".

Nuestra propuesta para este apartado con respecto a los Pastos Permanentes es incluir la siguiente información de la forma que el equipo redactor lo considere oportuno:

España es el segundo país más extenso de toda la Unión Europea, tiene 50,5 millones de hectáreas.

De ellas, solo 16,7 millones de hectáreas son Tierras Cultivables (33% del territorio).

9,4 millones de hectáreas son dedicadas al uso exclusivo de Pastos para el ganado.

20,1 millones de hectáreas están calificadas como Superficies Forestales, de las que 9 millones de hectáreas también son pastoreadas por el ganado.

El SIGPAC (Servicio de Información Geográfica) haciendo una actualización en el mismo año (2018) puntualiza que existen 18,4 millones de hectáreas de Pastos Permanentes (36,5% del total del territorio).

De estos 18,4 millones de hectáreas de Pastos Permanentes, el PEPAC (Plan Estratégico Nacional) SOLO HA INCLUIDO A 4,58 MILLONES DE HECTÁREAS ADMISIBLES, DISTRIBUIDAS EN LAS 5 REGIONES AGRARIAS (de las 20 existentes) DEDICADAS A LOS PASTOS PERMANENTES (0103 + 0203 + 0303 + 0403 + 0503). Por lo que quedan FUERA DEL PAGO BÁSICO DE LA NUEVA PAC (2023-2027) el 77% de los PASTOS PERMANENTES ESPAÑOLES.

Con respecto a la situación en que queda la convergencia interna, señalar que es muy llamativo que el valor medio de los Derechos en la Región 0103 es de 55,5 euros/hectárea, y el valor medio de los Derechos de la Región 1001 es de 1.235 euros/hectárea, 22 veces superior a la Región 0103.

2ª ALEGACIÓN

Conociendo, académica y fehacientemente, que las pérdidas estructurales de los Pastos y Dehesa (Ganadería Extensiva), si se manejan adecuadamente (con buenas prácticas agrarias y una adecuada carga ganadera), oscilan de 120 euros/hectárea (Pastos) a 200 euros/hectárea (Dehesa), proponemos lo siguiente para garantizar su umbral de rentabilidad:

Considerar una sola Región Específica para ellos (dividida en zona húmeda y seca), con una Ayuda Básica que nunca debe ser inferior a 120 euros/hectárea, asegurando la posibilidad de que la Dehesa (cenit de la ganadería extensiva) pueda llegar a los 200 euros/hectárea (ya que sus prácticas de mantenimiento son muy costosas).

Si no fuese posible alcanzar este acuerdo, existe otra alternativa. Alternativa que estaría avalada por el Tribunal de Justicia Europeo en el Fallo que emitió, a petición del Tribunal Supremo español (en la Sentencia de fecha 9/06/2016) en el que dice: "los Pastos que se utilizan por el ganado se deben considerar Superficie Agraria". En base a esta sentencia proponemos:

Incluir los Pastos mediterráneos en la Región de los cultivos de secano.

Incluir los Pastos húmedos en la Región de los cultivos de regadío.

Incluir a la Dehesa en la Región de los cultivos permanentes (ya que se trata de árboles (encinas) productores de frutos, como son reconocidas por la propia Administración en la Capa de Montanera).

3ª ALEGACIÓN

Teniendo en cuenta que España, como país miembro, está obligada dentro de la PAC a minimizar las emisiones de GEI y aumentar la captura de carbono (sumideros), y dando por hecho (so pena que se demuestre lo contrario) que no hay ningún sector agrario productivo que garantice esa exigencia medioambiental mejor que el trípode agrario Pastos-Dehesa-Ganadería Extensiva, no debería existir ninguna duda de que es necesario tomar medidas urgentes para garantizar que en el Plan Estratégico Nacional se asegure la viabilidad económica de todas estas explotaciones, a partir de cubrir su auténtico umbral de rentabilidad (según palabras del propio Señor Ministro). Así mismo, tampoco debería de existir ninguna duda, partiendo de una base objetiva (todos los datos oficiales lo demuestran), de que este subsector agrario, por distintas circunstancias y avatares, ha sido marginado por una inadecuada aplicación de la PAC, lo que ha provocado un brutal abandono de las prácticas agrarias necesarias y adecuadas para el mantenimiento y conservación de estos ecosistemas y su biodiversidad; y por tanto, en este contexto tan precario del sector, es imprescindible recuperar cuanto antes sea posible estos espacios naturales de extraordinario valor paisajístico y medioambiental, y ponerlos al servicio y disfrute de la ciudadanía. Para ello, proponemos lo siguiente:

Reconstrucción del trípode medioambiental Pastos-Dehesa-Ganadería Extensiva (tras las enormes pérdidas económicas sufridas por este sector desde el inicio de la PAC).

Esta reconstrucción puede ser abordada desde los Fondos NEXT GENERATION (NGUE), de acuerdo con la petición que se hace desde Bruselas para que los países miembros puedan aplicar estos Fondos también en la reconstrucción del sector primario.

En esta nueva dimensión económica para la Reconstrucción del sector productivo primario, hay que considerar que la ganadería extensiva encuentra su cénit en la Dehesa (joya agraria medioambiental española), por lo que sería perfectamente entendido y apoyado por Bruselas que España presente un PLAN DE PROYECCIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA DEHESA, referido a las hectáreas reconocidas oficialmente por la propia Administración como Capa de Montanera (para que sean ocupadas por una carga ganadera adecuada a su potencial productivo y quede garantizado su mantenimiento y conservación en el futuro).

Sería muy interesante, social, económico y medioambientalmente, que nos marcáramos como objetivo para la Reconstrucción del mencionado trípode medioambiental, que España recupere su capacidad productora de carne de calidad diferenciada procedente de la ganadería extensiva, que ya ha sido capaz de establecerla (año 1960) en 21,8 kg por persona y año para 33,3 millones de habitantes (ONU). Aunque hoy día existen posibilidades de mejorar esos datos,

debido a todos los avances que se han producido en el conocimiento sobre genética animal, en el manejo de los pastos, y en toda la tecnología que gira alrededor del campo y de la comercialización de sus productos.

Terminamos nuestra Alegación diciendo que un proceso de recuperación, renovación y regeneración del trípode Pastos-Dehesa-Ganadería Extensiva, es una decisión sabia, moderna y transcendente, porque no hay una forma más racional, económica y de futuro que producir carne o leche para la población a través de una ganadería extensiva, ya que no contamina, aprovecha racionalmente recursos naturales que se desperdician si no los consume el ganado, mantiene ecosistemas y razas autóctonas, mejora la biodiversidad y la salud de las personas, y ayuda a la prevención del fuego y a la amortiguación del cambio climático. Sirva como ejemplo y orientación con vistas a un futuro inmediato los siguientes datos, contrastados científicamente: "Producir un kilo de carne en un cebadero de bovinos emite 6,03 kg CO2 eq, sin embargo, producido en pastoreo, capta 9,5 kg CO2 eq". Este proceso productivo, tan frecuente en España, le puede suponer al Estado un coste económico (medioambiental) no contabilizado (externalidades) de 9,5 euros por cada kilo de carne que produce en intensivo más que si lo produce en extensivo (dentro del emergente mercado medioambiental de compraventa de Derechos de Emisión). Por tanto, un hipotético cambio podría suponer, para 500.000 Tm de carne producidas en extensivo, un ahorro de más de 4.000 millones de euros. "No olvidemos nunca que el ganado en extensivo no son animales cuyo objetivo principal sea producir carne o leche, sino que son elementos imprescindibles para conservar ecosistemas de extraordinario valor medioambiental, que serían imposibles de mantener sin su presencia. Su función principal es Conservar Ecosistemas, y su función secundaria, pero no menos importante, es producir alimentos para las personas de una extraordinaria calidad nutritiva, sanitaria y organoléptica", que no pueden ser comparados en el mercado con "máquinas especializadas en la producción de carne o leche".

Les agradecemos mucho su atención y les pedimos que reflexionen sobre este importantísimo tema para el futuro inmediato de la Ganadería Extensiva y Ecológica en España.

Reciba un cordial saludo.

Fundación Savia por el Compromiso y los Valores

Murcia.com