En anteriores comunicaciones, ya hemos ido trasladando el posicionamiento de ALIENTE respecto a la necesaria transición energética, resumido en el lema Renovables sí, pero no así. Sí a la sustitución de combustibles fósiles por fuentes de generación más sostenibles, pero no con un planteamiento que pretende aumentar la producción de energía, sin considerar los límites reales del planeta y trasladando la idea de que podemos seguir consumiendo tanta energía como queramos, ahora que por fin es "renovable".
Este modelo de transición, basado en instalaciones a gran escala y alejadas de los centros de mayor consumo, cobra una dimensión internacional con el plan de interconexiones eléctricas propuesto en Europa, bajo la consideración de Proyectos de Interés Comunitario (PIC), con las que se prevé convertir la Península Ibérica en el gran proveedor de energía limpia para cubrir la creciente demanda fuera de nuestras fronteras, concentrando aquí los impactos sobre el territorio, los paisajes, la biodiversidad y las poblaciones rurales, que podrían verse beneficiadas por el modelo distribuido y justo que defendemos desde ALIENTE, con el apoyo de la comunidad científica y cada día más ciudadanos, reunidos por las casi 200 plataformas que representamos.
Hoy queremos trasladaros este otro aspecto del modelo de transición elegido, que va camino de convertirse en un error histórico, justo cuando tenemos la gran oportunidad de aprovechar todas las capacidades que ofrecen las fuentes renovables.