Primero, el Nutri-Score contra el aceite de oliva, el jamón ibérico y los quesos españoles. Ahora, una iniciativa contra el consumo de carne. Las campañas que ha estado promoviendo el ministro de Consumo, Alberto Garzón, están causando una verdadera indignación entre los sectores productivos españoles por ir en contra de los productos típicos de España. La más reciente, una campaña contra el consumo "excesivo de carne", ha enfurecido al sector ganadero que considera que los datos aportados por Garzón no cuentan con una base, ni rigor científico. Una polémica que ha llegado hasta las altas esferas, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez declaró: "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible". Una declaración contundente que deja en claro su marcada oposición a la iniciativa de Garzón.
Las palabras de Sánchez fueron bienvenidas, pero no fueron suficientes para calmar la indignación del sector agroalimentario. Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), le pidieron al presidente que retire la campaña de Garzón al considerarla "un despropósito de principio a fin". A su vez, los presidentes de seis Organizaciones Interprofesionales, Asici, Avianza, Intercun, Interovic, Interporc y Provacuno, le hicieron llegar al ministro Garzón una misiva en la que expresan su estupor por la campaña, al considerar que esta "difama" la imagen del sector.
Desde las asociaciones ganaderas insisten en que las afirmaciones de Garzón son "erróneas" y "desenfocadas". Además, acusan al ministro de llevar a cabo esta campaña adrede "a través de canales públicos" para intentar "crear una confrontación artificial con un sector que cumple un rol social y económico de primera magnitud en nuestro país".
El tenor de las declaraciones de distintos representantes del sector refleja el descontento generalizado con Garzón quien, a través de sus campañas, se ensaña con el sector. Su iniciativa contra el consumo de carne es la última gota que rebalsa el vaso y esto se percibe en el tono de las declaraciones de los representantes del sector. "Basta ya de tanto ataque gratuito", ha reclamado el presidente de Asaja Nacional, Pedro Barato. Un pedido que tiene mucho que ver con todo lo que ha soportado el sector en los últimos meses. Como lo ha explicado el secretario de ganadería de UPA, Román Santalla, "la agricultura y ganadería han seguido produciendo alimentos durante la pandemia y hubo una reducción histórica de las emisiones". Pero eso no es todo ya que la molestia del sector tiene que ver principalmente con los reiterados "ataques" de Garzón al sector productivo español. Como indica Barato, el ministro "mezcla el consumo, la dieta mediterránea y los datos", lo que a su parecer, demuestra "un gran desconocimiento de la ganadería española".
Quien también ha salido rápidamente en defensa de los productores españoles ha sido el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. A pesar de asegurar que no quiere "entrar en polémicas y menos con un colega del Gobierno", Planas se mostró crítico con las declaraciones de Garzón y aseguró que las críticas hacia el sector ganadero son "profundamente injustas" y admitió que no le parece justo "señalar con el dedo al sector cárnico".
Pero además, Planas reveló un dato no menor y es que Garzón no le transmitió con anticipación el lanzamiento de la campaña. Lo que deja entrever que, a pesar de que Planas busca evitar la disputa con su colega, lo cierto es que la grieta entre ambos se hace cada vez más profunda. Después de todo, no es la primera vez que Garzón y Planas difieren públicamente sobre una política promovida por Consumo. Esto ya ha ocurrido con la iniciativa del etiquetado frontal nutricional que promueve Garzón, el polémico semáforo NutriScore, criticado por la mala calificación que le otorga al aceite de oliva, jamón ibérico, queso manchego, al mejillón de galicia y a muchos otros productos típicos españoles. Por eso, Planas mostró su desacuerdo con el sistema al asegurar que "nada que dañe a la dieta mediterránea puede ser aprobado por el Gobierno de España".
Según asociaciones, científicos y expertos, el modelo elegido por Consumo, el etiquetado francés NutriScore, perjudica a los productos españoles. Por eso desde el PP, Cs y Vox, le han pedido al Gobierno central que paralice la puesta en marcha de este sistema, con el objetivo de proteger la producción agroalimentaria española y la dieta mediterránea. Tal como lo ha hecho Italia que, en lugar de ceder a las presiones de las grandes corporaciones que se beneficiarían de este etiquetado, ha decidido desarrollar un innovador modelo que supera las limitaciones del algoritmo detrás del funcionamiento del NutriScore.
El modelo italiano, el NutrInform Battery simplemente informa a los consumidores, sin emitir juicios de valor, ni penalizar alimentos. La propuesta italiana se basa en un principio clave de la dieta mediterránea y que es el consumo equilibrado de todos los alimentos. De esta forma, valora y protege la cadena alimentaria. Un modelo que debería ser considerado como una alternativa en España, pero que continúa siendo ignorado por Garzón que se limita a decir que no hay otra opción más que el NutriScore. Un etiquetado al que él mismo ha calificado de "imperfecto".
Ahora que Garzón ha dado a conocer su nueva iniciativa sobre la carne, el rompecabezas empieza a completarse. Para el consejero de Sanidad, José María Vergeles, las declaraciones de Garzón podrían ser "la antesala del NutriScore" y ha asegurado que, de ser así, Extremadura no apoyará el NutirScore para los productos de calidad.
En su última comparecencia ante la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso, Garzón abordó la polémica del NutriScore y se refirió a quienes lo critican por traicionar a España al defender el etiquetado. Durante su monólogo, Garzón preguntó a los presentes si realmente creían que él ha traicionado o está traicionando a España o al tejido empresarial español. Si quedaban dudas, ahora con la iniciativa contra el consumo de carne, queda cada vez más claro que la respuesta es que sí, que los proyectos de Consumo están perjudicando al sector productivo español.