Con un valor actual de 50.000 millones de dólares y un crecimiento en el último año del 18.000%, Dogecoin es una de las criptomonedas que más expectativas genera.
Sus creadores analizan sorprendidos el auge de Dogecoin que, dicen, emprendieron desde el primer momento como una broma entre amigos y una forma de ridiculizar el fenómeno crypto.
Dogecoin nace en 2013 como una broma entre amigos sin ninguna pretensión de alcanzar un valor real en el mercado crypto. Hoy su valor alcanza los 50 mil millones de dólares, y aunque ningún analista puede concretar exactamente las causas de su crecimiento, son muchos los que especulan sobre los fuertes riesgos que acumula esta moneda virtual.
Las claves del Dogecoin
Aunque todas las criptomonedas cumplen con una serie de características similares, Dogecoin ha gozado desde su salida al mercado de un atractivo que le ha hecho resaltar por su peculiaridad.
A diferencia de otras monedas, Dogecoin no tiene un límite de minado, como sí ocurre con Bitcoin o Litecoin. Esto ha hecho que se vea como un activo más accesible para aquellos que buscan iniciarse en el mundo de la minería virtual, ya que además el proceso resulta más sencillo: su disponibilidad ronda los 5.000 tokens al año.
Marketing Viral
Pero esto es sólo la puerta de entrada, y es que Dogecoin ha sabido jugar muy bien todas sus cartas. Siendo los propios creadores de esta moneda virtual expertos en marketing, no tardaron en conseguir patrocinios y grandes campañas de promoción, entre las que destacan el piloto de NASCAR Josh Wise conduciendo el popular dogecar, y la campaña Doge4Water para hacer llegar agua potable a Kenia.
Estas son algunas de las estrategias que han utilizado sus fundadores, Billy Markus y Jackson Palmer, para poner Dogecoin en el punto de mira y dar que hablar sobre la criptomoneda, manteniendo siempre su intención sarcástica. Según los propios creadores: ‘‘Dogecoin es otra moneda más, sólo que no se toma en serio a sí misma: es solo Dogecoin’’
Por esta razón, analistas e inversores analizan la explosión de Dogecoin poniendo el foco en Elon Musk y en otros influencers del sector financiero. Y es que cuando Elon ha mostrado interés en redes sociales por la criptomoneda del meme canino se observa una correlación directa en la subida de su precio.
¿Oportunidad o burbuja?
No son sólo las constantes e imprevisibles fluctuaciones las que hacen que Dogecoin sea fácilmente etiquetada como burbuja, y es que mientras activos como Bitcoin o Ethereum ofrecen un proyecto tecnológico y sustancial en su razón de ser, Dogecoin no ha ofrecido ningún cambio desde su nacimiento.
Así pues, para muchos hablar del proyecto de Dogecoin es hablar de un ‘’perro gracioso’’ por valor de miles de millones de dólares, con una capacidad de minado ilimitada y que hasta el momento no aporta ningún uso más allá del marketing viral.
Está por ver hasta qué punto sus creadores pueden hacer de esta burbuja algo más interesante, o si por el contrario, se desinflará como cualquier moda. Sólo el tiempo nos lo dirá.