Las empresas del sector del libro (librerías, editoriales y distribuidoras) valoran y agradecen el esfuerzo realizado por el Gobierno para aprobar unas medidas que permiten a las empresas del sector cultural, en general, y del sector del libro en particular, obtener liquidez, fundamental en la situación actual. No obstante, el instrumento elegido para poder realizarlo, la sociedad de garantía recíproca Audiovisual Finanzas SGR, vinculado al sector del cine, genera grandes dudas ya que se trata de una entidad que tiene un absoluto desconocimiento de las peculiaridades del sector del libro y de sus necesidades. Además, consideran que, al establecer un mínimo de 40 millones para todos los subsectores, no se ha conseguido una proporcionalidad que se corresponda con el peso real del sector del libro.
Por lo demás, el conjunto de medidas aprobado hoy destina 75 millones de euros a los sectores culturales de los cuales solo cinco van destinados al sector del libro y, más concretamente, a las librerías independientes.
Libreros, editores y distribuidores siguen echando en falta medidas que permitan hacer frente a la crisis derivada de la emergencia sanitaria. Las aprobadas hoy resultan, por tanto, positivas, pero insuficientes para afrontar la caída de los ingresos prevista en el conjunto del sector del libro y para asegurar la pervivencia de las empresas del sector. Es por ello que sigue reclamando la aprobación de medidas adicionales urgentes como la puesta en marcha de un programa de compras públicas de libros destinados a las bibliotecas públicas, universitarias y escolares a través de las librerías de proximidad, para lo que sería necesario modificar la normativa referida al contrato menor; la aprobación de un bono-libro que permita incentivar el consumo de libros tras la reapertura de las librerías; medidas de apoyo a la exportación de libros, como la subvención de la participación en Ferias Internacionales o el desarrollo de misiones comerciales; la implantación del cheque libro para la adquisición de los libros de texto así como el apoyo a la campaña de comunicación de la celebración del día del libro el próximo 23 de julio, entre otras. Es fundamental para analizar la supervivencia del sector conocer qué medidas se tomarán, qué recursos llevarán asociadas y cuándo se activarán. La falta de concreción sobre estas medidas -planteadas desde el mismo inicio de la crisis- incrementa la sensación de incertidumbre.
Por último, el sector sigue reclamando la consideración del libro como bien de primera necesidad en línea con lo que está ocurriendo en otros países de nuestro entorno, lo que permitiría hacer un reconocimiento explícito del valor del libro en nuestra sociedad.