El tenista balear vuelve a los entrenamientos en pista tras pasar en junio por el quirófano para tratarse del psoas ilíaco de su pierna izquierda y de la cadera. Es la primera vez que se le ve en una pista de tenis desde los innumerables intentos que tuvo durante primavera para poder disputar Roland Garros 2023.

Alguien con 37 años y ostentando en su palmarés 22 Grand Slam, 36 Máster 1000, 2 oros olímpicos, 5 Copas Davis, 5 años terminados como n1 del mundo, 92 títulos individuales, 103 contando los títulos en dobles e innumerables récords que, seguramente, jamás serán superados, ¿estaría más que satisfecho con su carrera y estaría en paz si se retirase hoy mismo, no?

Bueno, esto se aplicaría al 99% de los tenistas actuales, pero no en el caso de Nadal. El manacorí ha vuelto a pisar una pista de tenis en los entrenamientos y, por primera vez desde que cayera en 2 ronda del Open de Australia 2023 ante Mackenzie McDonald, hemos podido verlo portando una raqueta en su lugar más apreciado con el fin de poder retirarse cómo, dónde y cuándo él (y su cuerpo) quiera.

Lejos queda ya ese fatídico duelo ante el estadounidense McDonald donde Nadal, por enésima vez, tuvo que jugar un partido de tenis con evidentes problemas físicos, y han tenido que pasar exactamente 37 semanas desde entonces para poder contemplar unos segundos de Nadal entrenando con la vista puesta en 2024.

La pronta eliminación de España en la Copa Davis ante República Checa y Serbia anularon por completo las pocas posibilidades que había de ver el retorno de Rafa al circuito profesional en noviembre en las rondas finales de la Davis 2023. 

La “avería” que se hizo Nadal en Australia fue bastante más de lo que se esperaba, y mientras su regreso iba postergándose torneo a torneo, llegó Roland Garros, y ni para entonces él estaba lo suficientemente preparado y recuperado para afrontar un reto como aquel.

Desde entonces, poco hemos sabido acerca de él, hasta que hace un par de semanas concedió algunas entrevistas donde habló de muchos temas, entre ellos, de su estado y su futuro. 

Y ahí subyace uno de los mayores problemas en el estado físico de Nadal: la incertidumbre. Uno puede planificar su calendario de X forma, y que luego tu cuerpo no esté preparado para ello, por lo que tendrás que modificarlo en función de lo que puedas soportar. 

Ni Nadal a día de hoy sabe exactamente dónde y cuándo volverá, pero la vuelta del tenista balear a los entrenamientos en pista supone la primera piedra del camino con un objetivo final de poder retirarse en una pista de tenis, y no en una rueda de prensa. 

En el vídeo podemos apreciar cómo golpea la bola tanto con su derecha como con su revés con cierta intensidad, aún lejos de un nivel óptimo para competir como es lógico, pero con signos de mejoría si lo comparamos con algún vídeo de hace unos días. 

Se ha hablado de que su vuelta será en Australia, o de que su despedida será en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero todo eso es pura especulación, la noticia real y actual es que podamos contemplar de nuevo a Nadal con una raqueta de tenis, y aunque no sea un vídeo muy extenso, sí que tiene un gran peso para los amantes de este deporte, porque significa que, en cierto modo, las cosas están saliendo bien dentro de los plazos establecidos, y, por consiguiente, eso es algo tremendamente positivo de cara a un futuro cercano.

Aunque aún faltan varias semanas para saber en qué punto real está Rafa, ya que él mismo dijo que su ilusión es ver cómo se encuentra a medios de noviembre, por lo que todavía le quedan unas cuantas semanas para chequear su estado físico, y que sea éste el que marque el devenir de su futuro.

Mientras Djokovic y Alcaraz se han repartido los trozos de tarta más jugosos del circuito durante 2023, Nadal ha tenido que ver cómo este año suponía el primero de su carrera donde se perdería 3 de los 4 Grand Slam de la temporada, cómo iba poco a poco cayendo en el ránking ATP y viendo como uno de los récords de longevidad más impresionantes de la historia (el de semanas consecutivas en el top 10) caía en marzo debido a que no pudo defender los puntos de 2022 en ese primer tramo de la temporada.

El manacorí ha tenido regresos formidables de lesiones a lo largo de su larga trayectoria, pero este reto no tiene precedentes: 37 años, solo habiendo jugado 4 partidos en 2023, volverá seguramente sin ránking ATP y afrontando el que será, seguramente, el último año de su carrera deportiva. 

Los grandes retos están destinados a grandes deportistas, cuánto mayor es el reto, mayor es la recompensa. Cuanto mayor es el reto, mayor es la satisfacción en la victoria. Cuanto mayor es el reto, mayor es la posibilidad de fracasar. Pero nunca es un fracaso si pones todo de tu parte, aunque las cosas no salgan como uno quiera. El fracaso es no intentarlo, el fracaso es no dar tu 100%, y Nadal ya ha demostrado que por él, no va a quedar.

Podrá perder en 2024, pero no podrá fracasar si da todo lo que le queda dentro. Y eso es algo que nunca se le podrá echar en cara a Rafa.