Dicen que cuanto mayor es el reto mayor es la recompensa. Pues bien, este domingo Carlos Alcaraz tenía por delante un desafío que solo los elegidos son capaces de superar. El resultado ya lo conocen: de nuevo acabó con el trofeo entre los brazos y esa sonrisa que empieza a convertirse en un auténtico ícono.
Pero vayamos al principio. Las interminables lluvias provocaron que no se pudiera disputar la jornada del sábado, por lo que la organización se vio obligada a diseñar un calendario en el que las dos semifinales se jugarían unas horas antes de la final. Es decir, los dos últimos supervivientes del torneo tendrían que pelear por el título arrastrando el cansancio acumulado del encuentro anterior.
Alcaraz apenas pudo descansar tres horas entre la semifinal y la final
La primera semifinal entre Carreño y Schwartzman parecía que iba a ser la más competida. Y como sucede muchas veces en el deporte la lógica no se impuso, porque el que fuera bronce olímpico en Tokyo logró deshacerse del argentino por un sencillo 6-3 y 6-4.
En cambio el duelo entre Alcaraz y de Miñaur que contaba con un claro favoritismo a favor del español, se convirtió en un maratón de más de tres horas y media de duración en el cual logró salvar dos bolas de partido y se hizo con la victoria de forma agónica.
Con el susto metido en el cuerpo y casi sin tiempo de reposo el pupilo de Ferrero afrontaba su primera final en el Godó. Evidentemente no se encontraba en las mejores circunstancias, y menos con un Pablo Carreño enfrente que había permanecido en pista dos horas menos que él. En la piel de otro jugador esto podría suponer una losa demasiado pesada, sin embargo valiéndose de un carácter brutal mostró un excelso nivel para batir cómodamente al asturiano por 6-3 y 6-2.
El poco desgaste fue clave
El saque fue el claro protagonista de los primeros juegos, de hecho ninguno de los dos era capaz de sumar puntos al resto. Esta racha duraría hasta el dos iguales, cuando Carlos consiguió aprovechar los segundos saques de su oponente para cosechar el primer break de la tarde. Dicha rotura le otorgó al palmareño una confianza extra, que merced de su gran intensidad de bola y de su sólido servicio terminó por apropiarse del set.
Tras la reanudación el doble semifinalista del US Open intentó ser más agresivo e incomodar algo más al flamante top 10, que no deseaba lidiar con largos intercambios debido a la fatiga previamente mencionada. Y como tenía prisa, comenzó a desplegar un tenis brutal que se tradujo en un letal 4-0 de parcial. Se había vuelto a salir con la suya, y esta vez superando situaciones extremas. Su épico triunfo en el Conde de Godó era ya una realidad.
Cuarto título de su carrera y máxima efectividad en finales
Con la consecución del abierto barcelonés Alcaraz mantiene su impecable récord en finales atp: cuatro jugadas, cuatro ganadas. Gracias a este éxito se une a Nadal y Rublev como los únicos que saben lo que es levantar tres entorchados en 2022. Cabe destacar que se convierte en el primer murciano que logra vencer en Barcelona, vengando de esta forma la derrota de Almagro contra Nadal en la edición de 2013.
Además, esta fantástica semana le ha servido de trampolín para colocarse entre las diez mejores raquetas del mundo. Este lunes se levantará como número nueve, posición que hasta ahora nunca había alcanzado en el ranking. Poco más que añadir de un chaval que sigue brillando con luz propia y que no deja de crecer a pasos agigantados. El futuro es todo suyo.